Las Morismas de Bracho es un evento con el cual se representa la lucha entre cristianos y moros, se ha convertido en una tradición que según algunos historiadores nació en Zacatecas después del año 1820.
Un funcionario público afirmó que realizaran un operativo de revisión a los que acudan (revisando bolsas, mochilas, etc.) para evitar acudan con botellas de bebidas embriagantes y que también se garantizará la seguridad en la zona.
Algunas fuentes señalan que se espera una participación de 10 mil personas en la celebración de las Morismas en su edición 2014 y una asistencia de más de 39 mil personas como espectadores.
Dejando de lado lo notable que este evento puede representar en el aspecto religioso, es menester abordarlo desde lo cultural, a unos pocos días de que se realice dicho evento, resulta necesario reflexionar sobre el impacto ambiental a la zona, en un recorrido para inspeccionar la zona, horas después de un “ensayo” fuimos testigos del montón de basura (botellas de bebidas alcohólicas, cajetillas de cigarros, bolsas de plástico, botellas de plástico, etc.) que los asistentes dejaron.
Hace un mes, aproximadamente, realizamos un recurrido similar en las Lomas de Bracho y alrededores, en esa ocasión notamos los “apartados” con cinta plástica apartan su lugar, como un cuadro de 6×6 metros, desgraciadamente ahora encontramos planchas construidas con cemento, suponemos para indicar mejor el “apartado” y quienes se sentaran ahí no tengan contacto con la tierra, con esto se genera la pregunta ¿cuál es el operativo ambiental de las autoridades?
Las planchas no tienen un orden, se puede distinguir que incluso algunos quitaron flora para la colocación del cemento y para tener una –vista limpia- hacia el espectáculo ¿dónde está la autoridad correspondiente para regular el uso del suelo y evitar el daño ambiental?
¿Habrá un operativo para procurar tener el mínimo impacto hacia la flora y fauna del lugar? Este evento cultural implica rubros como la educación, los valores y los principios de tanto de los participantes, el público en general y de las autoridades involucradas.
Ojalá que después del 31 de agosto el lugar no tenga basura regada por todas partes y que se haya logrado el respeto a la flora y fauna. Lo anterior con sustento a lo acontecido en los eventos realizados en el cerro de La Bufa por la celebración de la Toma de Zacatecas y la mala planeación que tuvieron.
Es una oportunidad para recapacitar sobre: la invasión en el predio de Lomas de Bracho y el impacto ambiental que los invasores generan; la actuación y responsabilidad del ayuntamiento de Vetagrande; la contaminación del arroyo que atraviesa por esa zona; la posibilidad de colocar baños portátiles; el cómo empatar este evento con la mejora del comportamiento humano en su reflejo de la cultura local antes de promoverlo como patrimonio inmaterial. ■
