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miércoles, 24 abril, 2024
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En 10 años empeoró situación de gente pobre en Zacatecas y Guadalupe

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA • Araceli Rodarte •

■ Cifra de personas que tenía una relación laboral asalariada se redujo de 76.5 a 63%: docente

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■ En este periodo aumentó de 3.9 a 5.1% el indicador de gente con dos trabajos, explica

En un lapso de 10 años, la población que vive en condiciones precarias en la zona conurbada de Zacatecas-Guadalupe, aumentó considerablemente su nivel de vulnerabilidad, especialmente en el ámbito de empleo, puesto que la cifra de personas ocupadas que tenía una relación laboral asalariada se redujo de 76.5 a 63 por ciento, informó José Roberto González Hernández, docente de la Unidad Académica de Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).

“Una caída de 12 puntos porcentuales es una situación importante porque el estudio es prácticamente con las mismas personas, aunque se agrega a gente que subió de los 14 años de edad y que podemos considerarlos como personas ocupadas”, explicó.

Además, las categorías laborales, después de ese periodo, ahora se concentran en albañil, empleada doméstica, dependiente de comercio y vendedor callejero, las cuales conforman 60 por ciento de todos los ocupados en zonas con alto índice de reproducción precaria.

Ello indica que la oportunidad de diversificación en términos laborales se ha reducido en ese grupo social en particular, ya que el trabajo en locales fijos aumentó en 11 puntos porcentuales y la derechohabiencia derivada de la relación laboral disminuyó de 34 a 31 por ciento en 10 años.

También aumentó el indicador de personas con dos trabajos de 3.9 a 5.1 por ciento, y en su mayoría se trata de empleos no asalariados, principalmente actividades informales, como la construcción, comercio en la calle y otras, indicó.

Asimismo, aumentó de 25 a 50 por ciento su situación de vulnerabilidad reflejada en la generación de conflictos con los vecinos, abandono de la pareja y embarazos en mujeres menores de 17 años de edad, mientras que el rubro de hogares con situaciones inseguras en su colonia se redujo de 27 a 16 por ciento.

González Hernández, especialista en políticas públicas y rendición de cuentas, explicó que la función de la familia en condiciones de precariedad, en el desarrollo del capitalismo, consiste en reproducir la fuerza de trabajo, ello a través de la reproducción biológica y del mantenimiento y sustitución de la fuerza de trabajo

En ese sentido, la reproducción social familiar se fundamenta en el mantenimiento de cuestiones biológicas y cotidianas que se refieren a temas personales, la formación de la personalidad y las relaciones sociales fuera de la familia.

La reproducción precaria familiar, entonces, es la replicación de las dimensiones cotidianas y sociales de la familia que implican ámbitos privados y económicos ocurridos por debajo de los estándares de un entorno histórico-espacial concreto, sostuvo.

Para estudiar la reproducción precaria en conjunto con Margarita González Hernández, investigadora de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo, indicó, se calculan cuatro dimensiones: vivienda, ingresos monetarios, educación y segregación socioespacial, las cuales expresan mejor los procesos de reproducción social en sus aspectos básicos.

Comentó entonces que la zona conurbada de Zacatecas y Guadalupe puede dividirse de acuerdo con los diversos índices de reproducción precaria, aunque las áreas que interesaron a su estudio son aquellas donde se intensificaron las carencias.

De esa manera, en 2004 se encontraron 10 características en las familias que habitan zonas o áreas con alta reproducción precaria, entre ellas que dedicaban su gasto principalmente en la alimentación, ocupación similar, vulnerabilidad, relaciones conflictivas y participación escasa.

La vulnerabilidad se entiende como la existencia de eventos, procesos o rasgos que entrañan adversidades potenciales que pueden ser físicos, de relación con el entorno o cuestiones de salud que implican “gastos catastróficos”, porque éstos son insostenibles para casi todos esos hogares, explicó González Hernández.

En ese sentido, el nivel de indefensión social que representa la vulnerabilidad está íntimamente ligado a la condición de privación propia de la pobreza, y la marginación, y por ende, de los grupos cuya reproducción familiar es precaria.

Asimismo, los indicadores mediante los cuales se mide la vulnerabilidad son: el hábitat, empleo, capital social, educación, protección social y rasgos demográficos.

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