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jueves, 28 marzo, 2024
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Discusión sobre salarios no significa que se buscará aumentar poder de compra de los mexicanos: Guardado

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Por: ALMA RÍOS • Araceli Rodarte •

■ El discurso, impuesto por la coyuntura preelectoral y aprobación de las reformas, plantea

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El discurso en torno al alza del salario mínimo que ha ocupado el interés nacional recientemente y proviene tanto de la izquierda como de la derecha política del país, ha sido impuesto por la coyuntura preelectoral, y aquella dada por la aprobación de las reformas estructurales.

En este último caso pudiera expresar estrategias de mediatización que adelantaran riesgos de estallidos sociales ante los magros resultados que dichas reformas tendrán en la mejoría de la calidad de vida de la población, expresó José Luis Guardado Pérez, docente e investigador en la Unidad Académica de Economía de la UAZ.

“Las reformas estructurales difícilmente van a redundar pronto en la calidad de vida de la población. Se le tienen que buscar paliativos, quienes conducen el país lo saben bien y tienen que pensar en esto”.

Independientemente de “discursos”, hay necesidades estructurales “urgentes” en la economía mexicana, una de ellas, precisó, es dinamizar el mercado interno mediante la redistribución del ingreso, cosa que debiera hacerse de forma sistemática y sostenida y no por decreto o mediante consultas, dijo.

De entrada, advirtió, hay que “desconfiar de cifras que nos digan de cuánto debe ser un salario”, pues debe proponerse el tema en base a un “examen complejo acerca de cuál es el conjunto de necesidades y consumos de los que se está privando la gente. No se trata sólo de darle limosna, sino de que su calidad de vida en un contexto amplio mejore”.

Al respecto, su posición es, recordando nuevamente los discursos con que “vendieron” a la población las reformas estructurales y comparándolos con el actual de elevar el salario, esa: que se trata sólo de un discurso que no tiene detrás una preocupación real para lograrlo.

“Quisiera ver medidas efectivas que den como resultado este efecto, habría que ver que resulten en realidades (…) nos vendieron el discurso de que con la Reforma Energética iban a bajar la gasolina el diesel y el gas. Quiere decir eso, que lo más probable es que no sea cierto…hay que ver hasta dónde nos han mentido y hasta dónde nos hemos creído el discurso oficial”.

Hablar de los salarios obviamente, dijo, es tocar una fibra sensible de la mayor parte de la población, expuso por tanto, “es aprovecharse de la necesidad de la gente”.

Un aumento salarial por decreto aunque fuese posible en el corto plazo, advirtió, rápidamente sería rebasado por una “oleada de nuevos precios”.

El incremento del poder adquisitivo de la población debiera implicar otra “reforma estructural”, que establezca mecanismos en las políticas económicas y monetarias para que se dé una redistribución de recursos a favor de la población.

Aseguró que quienes están al mando en este ámbito saben bien cómo hacerlo, pues son egresados de prestigiadas universidades y poseen doctorados en Economía, de tal manera que han logrado mantener el control de precios “a pesar del notable aumento” de los energéticos, refirió el caso de los gasolinazos: “quiere decir que se pueden hacer las cosas”.

Trajo a la memoria que un elemento fundamental del modelo económico actual que rige en el país desde hace 30 años, es “la apuesta total” de la política monetaria a mantener el salario “congelado”.

Existen países en que esta política tiene un doble efecto, la implementación de programas para crear empleos y el control de precios, como el caso de Estados Unidos, expuso, pero en México sólo atiende a este último propósito, cosa que ha traído para el país altos costos sociales.

“Un aumento salarial es urgente, si el primer paso es ofrecerlo por decreto, venga el decreto pero no caigamos en un juego perverso de que lo que nos dan con la mano derecha nos lo quiten con la mano izquierda al aumentar los precios”, expresó.

La necesidad apremiante del aumento del poder adquisitivo del salario, no es sólo para la población sino para el caso de la reproducción a mediano y largo plazo de la propia estructura económica del país, aseveró.

El sistema económico mexicano requiere dinamizar el mercado interno y este se tiene que dinamizar dándole poder de compra a la población trabajadora, que constituye una gran masa de consumidores que no tiene acceso a un importante segmento de bienes y servicios, indicó.

Agregó que los mexicanos tienen derecho a acceder a bienes y servicios que rebasen un consumo básico, mismo que casi refiere los alimentos.

“En todo lo que implica una calidad de vida según los estándares actuales del desarrollo de la cultura y del desarrollo humano como se expresa los principales países del mundo”, dijo.

En Zacatecas, agregó, la mayor parte de la población tiene un ingreso que apenas le permite acceder a términos de subsistencia. Y debiera diversificar su consumo, ejemplificó, en el sector turismo y medios culturales “es muy poca la población que accede a esos servicios y  mercancías”.

Sin pensar en forma ilusoria, añadió, sí se deben pensar en mecanismos fiscales y de política monetaria que por lo menos frenen un poco el sesgo que tiene la redistribución del ingreso en México.

“Quisiera ser optimista sobre la discusión que se da acerca del salario, realmente no puedo serlo. No hay algún elemento que me permita saber a mí que esa discusión que se da en el ámbito político vaya a trascender en resultados de una mejora real en el poder de compra del salario”, expuso.

El debate acerca del tema se lleva a cabo este día 5 y 6 de agosto en la capital del país y tendrá como escenario el Foro Internacional “Salarios Mínimos, Empleo, Desigualdad y Crecimiento Económico” convocado por el gobierno del Distrito Federal en el Museo Nacional de Antropología e Historia.

Han sido llamados a la discusión, según se informa en el portal de Internet de esta demarcación, especialistas de entre otros países, procedentes de Uruguay, Argentina y Brasil.

Se anunció, asimismo, que el foro tendrá la participación del secretario de Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete Prida y el secretario Adjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Antonio Prado.

Presuntamente los resultados de esta discusión serán llevados a modo de propuesta por el jefe de Gobierno capitalino, a la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) y la propia Asamblea de Representantes del Distrito Federal.

Por su parte Gustavo Madero, informó hace pocos días, la iniciativa que el Partido Acción Nacional propone para mediante una consulta popular, preguntar al pueblo de México, en proceso aparejado a las próximas elecciones federales de 2015: “¿Estás de acuerdo en que la Ley Federal del Trabajo establezca que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos fije un salario mínimo para cubrir la línea bienestar fijada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social?”.

Ambas iniciativas han fijado posturas que adelantarían cifras para el salario mínimo. Por parte de la Sedeco del DF, se ha dicho se tiene “como aspiración”, que ningún mexicano que trabaje una jornada completa gane menos de 100 pesos.

En Zacatecas, Arturo López de Lara, dirigente estatal de Acción Nacional, expuso como cifra propuesta, se sitúe el salario mínimo en alrededor de 84 pesos diarios.

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