Ni en los sueños más salvajes de Ernesto Zedillo, ni en nuestras más aterradoras pesadillas concebíamos reformas tan drásticas como las de este sexenio. Tenía razón Paco Ignacio Taibo II en el documental De la barbarie a la esperanza, Ali Babá y los 40 ladrones llegaron con el hambre feroz por no haberle podido hincar el diente a gusto al presupuesto nacional en doce años. El despilfarro de Peña Nieto en campaña no podía ser gratuito, y pese al costo político que implica, llegó el momento de pagar la factura. Dos años después de la elección cabe preguntarse ¿Cuánto les debía el PRI que con Pemex les pagó?
La Reforma Energética que permitirá al capital privado plena intervención para explorar y explotar el petróleo en todas sus etapas, prácticamente privatizó el petróleo sin “vender un tornillo” de Pemex, como les gusta decir a los neoliberales. La pérdida es para todos, pues aunque se nos ha hecho creer que nunca fue nuestro, fue del petróleo de donde salió 40% del presupuesto público que hoy tenemos que cubrir con más impuestos.
Aún no salíamos del azoro de la reforma en lo general, cuando vino la aprobación de las leyes secundarias que nos trajo más “bondades”:
Por principio, se aprobó el uso del fracking para la extracción de hidrocarburos, técnica de fracturación hidráulica para la cual se utilizan entre 9 y 29 millones de litros de agua con químicos que pueden generar a largo plazo migraña e incluso cáncer. Es tan grande la amenaza de contaminación del agua y del subsuelo que Greenpeace se pronunció públicamente en contra.
Por otro lado con la reforma podrían dejar de llegar más de 23 mil millones de pesos a los estados, lo que significaría una disminución de 50% del presupuesto de estados como Zacatecas, según lo advirtió hace meses Rodolfo García Zamora. La Secretaría de Hacienda dice que ni lo sentiremos, al fin que el boquete se cubrirá con los impuestos aumentados y corregidos por la reforma hacendaria.
También se aprobó la “ocupación temporal” de tierras es decir, que si las empresas del sector energético, previsiblemente extranjeras, requieren de tierras privadas, ejidales, comunales etc., el legítimo dueño estará obligado a entregárselas, le guste o no, gracias a un proceso legal que lo forzará a ello a cambio de la indemnización que establezca la autoridad.
Éramos muchos y parió la abuela. Aún no terminamos de pagar el Fobaproa que nos endeudó con 850 mil quinientos millones de pesos, cuando nuestros legisladores ya nos endilgan la deuda de los pasivos laborales de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad, que juntos ascienden a un billón 347,000 millones de pesos. Luis Videgaray, secretario de Hacienda, dice consoladoramente que esta deuda es pública de origen al tratarse de empresas paraestatales. No explica sin embargo ¿si es que hubo alguna vez dentro de las empresas, como debiera haber existido, un fondo para pagar ese pasivo, y si lo hubo dónde está? ¿En el caño de la corrupción?
Asumir el pasivo laboral de Pemex y CFE significaría un endeudamiento en total de 7 billones 982,500 millones de pesos, equivalente a 48.5% del Producto Interno Bruto (PIB), la deuda más alta de los últimos veinte años.
Con todo ello, continuará mensualmente el aumento a las gasolinas, aunque con la entrada de nuevas empresas en un futuro el precio se fijaría según el mercado, en esa trampa del neoliberalismo que nos dice que a mayor competencia, menores precios; como si los grandes industriales no fueran capaces de ponerse de acuerdo para vender caro. Finalmente hasta en los alimentos es previsible el aumento de los precios, pues con los energéticos caros, la amplia probabilidad de despojo de tierras agrícolas, y el uso del agua para el fracking, habrá menor producción de alimentos y con ello, aumento del precio de los mismos.
Y finalmente, la cereza del pastel del servilismo legislativo: la exención a las trasnacionales del sector energético de la obligación de reparto de utilidades entre sus trabajadores.
¿Será que todo está perdido? Eso esperan que creamos.
Aún podemos impedirlo, de acuerdo a lo publicado en el Diario oficial de la Federación el 14 de marzo de 2014, si 2% del padrón electoral así lo exige, se podrá realizar una consulta respecto a la Reforma Energética, y si en ella participan al menos 40% del padrón electoral, el resultado tendrá que acatarse obligatoriamente.
En ese entendido el Partido de la Revolución Democrática y el Movimiento de Regeneración Nacional, cada uno por su parte, organizan la colecta de firmas que exigirá la realización de la consulta. Sabrá usted cual es la cruz de mi parroquia, nunca ha sido un secreto, si le interesa hacer algo más que lamentarse, es decir firmar por la consulta, es cosa de decirlo-escribirlo.
@luciamedinas
