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jueves, 25 abril, 2024
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El cronista y la Memoria Histórica (Última de dos partes)

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Por: UZIEL GUTIÉRREZ DE LA ISLA* •

  • El Mirador de Heródoto

El concepto de cronista y su quehacer es difuso en el contexto social y profesional, muchos consideran de manera estricta que es un investigador y conocedor del pasado, otros le determinan la obligatoriedad del conocimiento de las tradiciones, personajes, usos y costumbres del vestido, gastronomía, arte popular; cuentos, historias, leyendas, prosa y poesía, entre otras áreas.

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Actualizando y homogeneizando criterios, se considera que el cronista es un personaje que asienta los hechos de la actividad actual y que, cuando así corresponda, los sustenta en investigaciones y análisis del pasado, apoyado en las innovaciones de tecnologías materiales y las teórico metodológicas a su alcance.

En la pasada 42 Convención Venezolana de Cronistas, llevada a cabo del 17 al 20 del presente, en la ciudad de San Felipe, Yaracuy, se expusieron dos conceptos del libro Oficio de Cronista, de Wilfredo Bolívar, editado en Acarigua, 2007: 1. El cronista es el “Autor de una Crónica”, y 2. “Individuo con virtudes de honorabilidad y conocimientos para investigar y divulgar la historia pasada y presente… para, por escrito, publicar la memoria de su localidad”.

En otras palabras, el cronista es el responsable de rescatar, elaborar, difundir y custodiar la Memoria Histórica de su entorno. Con respecto a este tema, actualmente los estatutos de las asociaciones, tanto mexicanas como venezolanas, contemplan (como entorno), principalmente cronistas municipales o estatales. Sin embargo existen ya muestras de la extensión de esta actividad en otros organismos de la sociedad, desde una institución educativa, empresarial, de una organización social o asociación civil, e incluso de una familia: ejemplo en nuestro país lo es la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), que cuenta desde hace años, con un cronista en cada espacio universitario.

La situación actual de su estatus, en la mayoría de la ocasiones más por voluntad y amor a su entorno, que con conocimientos y apoyos institucionales, el cronista se dedica con pasión desmedida al rescate, manutención y difusión de la historia, como fortalecedor de los valores de identidad y protector del patrimonio cultural. La gran mayoría, iniciaron su carrera en la práctica, en el trabajo cotidiano de hacer y rescatar la historia a su buen entender, a través de meterse empíricamente a los archivos o en pláticas con los viejos de la comunidad. Estos cronistas quizás se alejan de lo riguroso del reporte técnico-científico, pero logran el rescate de materiales para la realización parcializada de la historia.

Es por ello que se propone el fomento de la inclusión de cronistas adjuntos y/o auxiliares, con la idea de que, manteniendo al cronista titular, se pueda contar con el personal de niveles académicos propios para la realización del trabajo con las actualizaciones profesionales que se requieren, o bien, recursos humanos con los que se promueva la capacitación y la actualización en los diferentes rubros metodológicos para la realización más cercana a lo profesional de la Memoria Histórica.

La Memoria Histórica UAZ 12-16, como documento normativo, tiene por objetivo esencial facilitar el quehacer primordial del cronista, que no es otro que conjuntar y realizar información y materiales en relación a eventos relevantes o los nominados como “históricos, únicos o representativos” en el campo de la vida institucional. Es pues, el documento a través del cual la comunidad, (considerándose desde los constituyentes de un grupo, una pequeña localidad, municipio, ciudad o cualquier institución), tendrá la oportunidad de conocer su pasado, testificar lo que como relevante se asienta en el presente y, de alguna manera, proyectar su pensamiento y acciones hacia el futuro.

Contiene puntos concretos tales como: El Diario; el archivo vertical publicado; las evidencias, fotográficas, audiográficas, videográficas y documentales; evidencias escritas testimoniales; memorabilia y la Crónica propiamente dicha, entre otros aspectos que, al implementarse, darán como producto el documento histórico que permanecerá como testimonio para las generaciones futuras

Aclarando que la propuesta no intenta interferir con la forma de trabajar tradicional, condicionada en la experiencia del pasado, sino complementar el trabajo actual del cronista, no obstruir ni entorpecer su quehacer, sino, fomentando la creatividad, retomar y actualizar el sentido de hacer la crónica de los eventos presentes para que en el futuro se pueda localizar la información inmediata, completa y fidedignamente.

El trabajo del cronista es una actividad titánica, pero sólo de esa manera se realizará la correcta manutención de la historia, misma que si se ve  fortalecida con actividades hacia la formación de niños y jóvenes cronistas; creando bibliotecas, archivos y museos de la oficina del cronista; publicando revistas y libros periódicamente, se tiene asegurado el futuro de la memoria histórica.

Esa es la importancia del cronista, hombres y mujeres baluartes, miembros del ejército de erradicadores de ignorancia; constructores de identidad y de amor a los valores. Sin su trabajo se determina la historia a la amnesia natural del desarrollo humano. El cronista es un investigador, un historiador, un literato, un poeta, un músico, un artista, un escritor, fortalecedor del orgullo de pertenencia, en su trabajo se encuentra la Memoria Histórica Latinoamericana.

Adjunto un agradecimiento a los cronistas venezolanos por las inmerecidas atenciones recibidas y sus manifestaciones de hermandad.

Así se ve el mundo desde el Mirador de Heródoto. ■

 

*Cronista de la UAZ

[email protected]

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