■ Pagan hasta con un año de anticipación y hacen grandes esfuerzos, relata promotor turístico
■ Su pretensión es “conocer el mar” o hacer disfrutar de la oportunidad a los hijos, señalan
“Al ver a la señora que estaba llorando viendo el mar, fui y le dije: ¿ Señora por qué está llorando si ya estamos aquí en la playa? -Es que si no es por este viaje que usted hizo yo no conozco el mar. La señora traía unas redecitas con su ropa, no traía maleta”.
La anécdota es una de tantas que relata lo difícil que es viajar para las personas de escasos recursos durante periodos vacacionales a fin de descansar o recrearse o motivados como esta persona por “conocer el mar”.
Ésta corresponde a la razón por la que, dijo Favio Núñes Viramontes, optó por dirigir su atención a este sector del mercado. Uno para el que antes, parece ser, nadie se había interesado en la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe.
“No había agencias de viajes económicas, había puras muy caras, las de los riquitos del Centro Histórico de Zacatecas”, dice.
Junto con su hermano Christian fundó primero Econuviajes, que actualmente opera en la calle Morelos del centro de la ciudad de la capital del estado, luego Baratours y posteriormente Turística Zacatecas.
Detrás de la iniciativa que ahora involucra a tres hermanos, sus esposas y el padre de Favio, está otra anécdota ocurrida hace 15 años, la de una familia que convocó a primos y vecinos porque quería viajar a Mazatlán, se organizó para hacerlo y cuando una parte de la misma falló en su objetivo, no hubo otra que hacer volantes para convocar a desconocidos a fin de compartir el camión y el paquete de hotel. “Fue idea de mi hermano. Sacamos como 300 pesos de volantes, los repartimos en el centro”.
Así lograron llenar no un camión, sino otros tres más. Y repitieron ese verano en dos ocasiones. El primer local de la empresa que nació “como un juego”, dice el entrevistado, fue la cochera de la casa. Allí todavía ocurre la gente de la colonia Fovissste “porque saben que se organizan viajes”.
La historia de Econuviajes y sus derivaciones podría expresar en sí misma “la creatividad” a la que proponen los especialistas en salud emocional debieran recurrir las personas para paliar la difícil situación económica, y que implica justo, acciones organizadas en colectivo.
Con tandas, ahorros cada vez hechos con mayor anticipación, y pagos en abonos, es como está resolviendo la gente de escasos recursos sus ganas de viajar. Y no tanto, porque este “nicho de mercado” como le llaman los mercadólogos, a pesar de los grandes esfuerzos, a veces heroicos que hace la gente, ha decrecido en demanda en 70 por ciento en los últimos cuatro años, según la experiencia del entrevistado.
“No he aumentado mis precios, van subiendo conforme a la gasolina, pero (aun así la gente) ya no viaja tanto”.
Quienes salen del estado durante vacaciones y “puentes”, fundamentalmente lo hacen, señala Núñes Viramontes, motivados por darles esta oportunidad a sus hijos pequeños.
“Ahora es un lujo ir a un viaje. Después de tanto tiempo de friega de la gente que tiene muy poca paga. Abona para llevar a sus peques. Casi todas las familias que vienen aquí, van por los niños”.
Justo el día anterior a la entrevista con La Jornada Zacatecas, realizada en un pequeño local ubicado en la alameda de Guadalupe, refiere el caso de una jefa de familia que reunió dinero mediante una tanda, le solicitó a Favio, “cinco lugares de adulto y siete de niño”.
“La acomodé como pude”, mencionó. Y citó la expresión de su cliente: ‘es que yo voy por los niños”.
Otra experiencia reciente involucra a un empleado de una dependencia de Gobierno Federal, que ayudado por su hijo, de oficio albañil, habría ahorrado todo un año “en un botecito” para poder tener vacaciones de verano.
Comenta también, que un día cruzó la puerta de su negocio una mujer, “se veía de escasos recursos, llegó con su bolsita y todo” preguntando por el costo de un viaje, un camión completo a Ixtapa.
Luego de escuchar la cantidad agregó para asombro del gerente de Baratours, “ah, y también me da el de Chiapas”.
La cliente vende palomitas y durante tres años ahorró para poder llevar a su familia a estos viajes cuyo adelanto, 40 mil pesos, le fue entregado a Favio Núñes Viramontes en “un botesote de puras monedas de 10 pesos. Para estar ahorrando tres años…es bastante tiempo y yo me imagino bastante friega”.
Y fue en Bucerías, Nayarit; pueblo con playa ubicado a un costado de Nuevo Vallarta, dice. El que le hizo decidirse a “seguirle a los viajes económicos”, porque otras empresas que ofrecen estos servicios dice, no se han puesto a pensar en las personas de escasos recursos sino en sus ganancias exorbitantes.
El costo de hacerse llegar hasta allá para la mujer, esa que llevaba no una maleta sino una “redecita” con sus pertenencias y que lo primero que hizo “desaforada” fue bajar a ver el mar, y lo segundo, llorar frente a él, fue de 600 pesos.
Se aparejan a las anécdotas, entre ellas, las de estudiantes que para pagar su viaje trabajan de sol a sol en un barbecho, lavan autos, hacen rifas y eventos para poderse dar este gusto, los fenómenos de ocurrir a la agencia cada vez con más tiempo de anticipación, seis meses o hasta un año, y hacerlo en colectivo, familias mezcladas con amigos y vecinos. Con “la barriada” como fue el caso de la propia familia Núñes.
Antes, en una sola exhibición pone un ejemplo, la gente pagaba 800 pesos. Ahora acude desde julio preguntando por los paquetes que ofrecerá la agencia en diciembre, los cuales paga en pequeños abonos en tanto se cumple la fecha.
Nuñes Viramontes ante este escenario, propone que la Secretaría de Turismo de Zacatecas (Secturz) debiera subsidiar a este tipo de personas “con un tanto por ciento” de los costos “para que todo mundo conociera lugares de interés turístico…porque es frustrante para la gente no tener un pequeño viaje”.
Muchas veces las peticiones que sus clientes ocasionalmente le hacen para bajar las tarifas, son atendidas pero comenta, “eso también le corresponde a Gobierno del Estado. Su Secretaría de Turismo, afirma, tiene con qué”.
