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martes, 23 abril, 2024
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Exige modelo económico heroicidad y creatividad a las familias para disfrutar de la vida: expertos

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Por: ALMA RÍOS • Araceli Rodarte •

■ Condiciones monetarias restringen las posibilidades de elección de las personas: López Díaz

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■ En México 60% de la población gana entre 4 y 5 salarios mínimos; en Zacatecas, va de cero a dos minisalarios, informan

Desde la perspectiva psicoanalítica la vida emocional de las personas “no duerme”, es continua. No tiene cortes. Por eso son importantes los espacios de tiempo que impliquen un cambio radical con aquellos aspectos de la realidad “no gratos, o con los que no se es armónico”.

Es necesario concientizar las emociones que derivan de la batalla cotidiana del ser humano con su realidad que exige permanentemente “atención, sacrificios y trabajos”, no sólo para el caso de los adultos sino también para el de los niños, que deben atender las demandas de la escuela y a veces, para quienes se insertan en familias de economía precaria, un trabajo con el que ayudan al sostenimiento del hogar o apoyo a las labores del hogar y para cuidar a hermanos menores.

“Los sujetos batallan cotidiana y permanentemente con la realidad para poder operar en ella”, sintetiza en su exposición, Germán López Díaz, psicoanalista de orientación lacaniana de la Escuela Mexicana de Psicoanálisis (EMEP).

Por esto, el acceso o no al descanso, la recreación y el ocio, es fundamental para la salud emocional, -agrega-, para situar el tema en la coyuntura del inicio del periodo vacacional y las opciones que para satisfacer estas necesidades tienen las familias.

La realidad mexicana y concretamente zacatecana, restringe por las condiciones económicas, las posibilidades de elección de las personas a benefactores relacionados con este aspecto y cada vez más, según su experiencia clínica, se expresa en manifestaciones de tristeza, ansiedad, angustia o ataques de pánico. Existe un conflicto entre las ofertas que hace el discurso social imperante y las posibilidades de ejecución reales.

Ante esta contradicción las reacciones de la gente son la frustración, la tristeza y el odio, expresados cada vez en rangos de edad más amplios, “hoy nos llegan pequeñitos de 6 u 8 años viéndose en un estado anímico de esta índole”, dice.

“La forma de vida de los sujetos está definida por los lineamientos de la economía. Eso es un hecho. En ese sentido, entonces es cada vez más de índole heroico, el cómo los sujetos van creando formas para producir quizá un poquito más de centavos que les permitan pagarse las vacaciones o para crear un juego o un paseo dentro de su misma comunidad”.

La economía define “la participación y el lugar de un sujeto”, y determina la vida de las personas, reitera.

Así, heroicamente, es como se sobrevive actualmente y precisa, “no hay que suavizarle y hacerle como que no vemos la realidad”,  la cual es, particularmente en el estado de Zacatecas, “avasalladora”.

 

Las familias ante el periodo vacacional

Aristeo Correa Álvarez es padre de tres hijos, de 7, 3 y un año de edad. Trabaja bajo el esquema de outsourcing con la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol). Su trabajo implica permanecer alternadamente 15 días fuera de casa. Éste, como años anteriores, su familia pasará la temporada vacacional con parientes de Sombrerete.

“Viajan ellos (su esposa y sus tres hijos) a visitar a la familia pero nada más por costumbre o por decir que salimos, que hacemos algo…”, comentó.

Sobre los deseos de experimentar ambientes distintos a los que ofrece Zacatecas durante las vacaciones, por ejemplo, visitar alguna playa añade: “sueños sí podemos tener, pero nos quedamos con las ganas porque económicamente no nos es posible salir (…) somos cinco de familia, (implicaría) pasajes de autobús, estancias, comida…sí es algo bastante complicado”.

Agregó que “hace 10 años, en el  año 2000, yo ingresé a trabajar en una empresa local, ganaba 4 salarios mínimos, ahora a 14 años me doy cuenta que gano tres salarios mínimos. Entonces sí es algo que golpea a la economía, y se va uno acostumbrando”.

“Las personas siempre tratan de adaptarse, desafortunadamente, a lo mínimo que hay. Nos acostumbramos a que cada vez nos paguen menos y eso es palpable. Nada más que no lo queremos ver. Y por eso es que nos adaptamos simplemente. Nunca nos ponemos a pensar…porque tratamos de verlo positivamente y quizá está mal, esa educación nos han puesto, esa educación es la que tenemos”.

El cine y otras opciones que signifiquen “desembolsar” tampoco lo son para esta familia que alternativamente ha encontrado otras posibilidades, como “enseñarles (a los hijos) lo simple de la vida”.  A través de un paseo, cuenta, “aquí a un lado del cerro ellos ven la fauna, el otro día encontramos unos conejos y no es algo parecido a un zoológico pero para ellos es impresionante haberlo visto”.

“Mi salud emocional o mental no la baso en eso, pues porque no tengo la posibilidad. Estaría un poco…de algún modo incompleto. Entonces básicamente lo baso en salir con mis hijos (…) Y eso es lo que me da el esparcimiento necesario para no estar pensando en que me falta algo,  cómo lo voy a lograr.

Independientemente de eso, es mejor ver lo que tengo a mi lado que tratar de estarme quejando”.

Otras opciones para su recreación son las visitas a museos por su carácter de entrada libre en el caso de los menores y andar el centro de la ciudad. La hija más grande tuvo oportunidad de participar en algunos cursos de verano en ocasiones anteriores, pero señala Aristeo Correa, “esta vez no lo vamos a hacer porque la clausura de ballet nos generó algún gasto”.

Los tres hijos de Juan Esteban Delgado de 14, 12 y 8 años, tienen ya expectativas propias de lo que desean hacer con su tiempo libre. “Sí me echan montón y quieren divertirse, igual por los comentarios de sus compañeros, amigos que tienen la posibilidad de salir por ahí a la playa o a algún estado de la República y ellos me manifiestan el deseo de salir a otros lugares”.

Las vacaciones justo las entienden como un espacio de libertad, por eso, comenta Juan Esteban, sus hijos no tienen interés en involucrarse en cursos de verano. “La verdad ellos lo que quieren es salir, descansar un rato de la escuela. Me han manifestado que para eso salen de vacaciones: para estar libres”.

Para este padre de familia, el periodo vacacional implicará atender una realidad más apremiante, que enfrenta desde hace un año: el desempleo. “Trabajaba en Servicios Modelo en la Corona, hubo recorte de personal y desafortunadamente nos tocó. Y por esa situación es por la que estamos desempleados”.

Escuchar que su familia exprese aspiraciones de vacacionar en contextos para él inaccesibles, significa experimentar tristeza e impotencia, “de en ese momento no poderle dar gusto a los hijos (…) es lamentable que en tiempos de vacaciones los niños se queden con ganas de salir, distraerse.  (…) la verdad es triste que no nos alcance para eso”.

Su opción piensa, será organizarse con hermanos y familia política para planear un paseo a algún balneario cercano, de los ubicados en Jerez o Villanueva.

La heroicidad de José Esteban, quien actualmente realiza para sobrevivir trabajos de herrería, carpintería y junto con su esposa, vende jugos, surge en una expresión común entre los mexicanos: (no queda) “más que echarle ganas, seguir adelante, y tratar en lo posible de hacer un pequeño sacrificio para ver si podemos sacar a los niños a pasear”.

 

Una política económica que hace permanecer las cosas “tristemente como están”.

“Mientras no tengamos en el centro de toda la actividad política el bienestar de todas las familias esto seguirá tristemente como está”, sentencia Benjamín Romo Moreno, docente e investigador desde hace 40 años, en la Unidad Académica de Economía de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

El profesor precisó, que si bien el salario mínimo está definido constitucionalmente para proponer la suficiencia para una serie de satisfactores a necesidades humanas fundamentales, incluida el descanso y la recreación, las autoridades no lo toman en ese sentido, sino simplemente como un “indicador”.

Explicó que el fenómeno económico que involucraría el caso de los entrevistados se puede reflexionar desde la economía política marxista. El concepto de la reproducción de la fuerza de trabajo, “es muy parecido a lo que está establecido en la Constitución para el salario mínimo, (implica) lo necesario para alimentarse, tener vivienda, traje, diversiones, etcétera”. Estos fenómenos de precariedad económica se producen por la caída de la tasa de ganancia para los capitalistas, su manera de recuperarla es congelando salarios.

Lo que sucede a las familias respecto a los grandes esfuerzos que tienen que hacer para obtener tiempo de ocio, recreación y descanso, “tiene que ver directamente con la evolución que ha tenido el ingreso de las familias en los últimos años. Es conocido de todos que la inflación ha sido mayor que los incrementos salariales”.

A nivel nacional, 60 por ciento de la población gana entre 4 y 5 salarios mínimos. Esto es, un promedio de 250 pesos diarios. “La canasta básica tiene un valor de 200”, ubica. En el caso de Zacatecas, 51 por ciento de la población ocupada obtiene por su trabajo, de cero a dos minisalarios.

El efecto de esto, agrega, luego de subrayar que un trabajador requeriría por lo menos tres de salarios mínimos para cubrir la canasta básica, es que “no hay posibilidades de que las familias una vez que satisfacen sus necesidades de alimentación puedan acceder a otro tipo de bienes y mucho menos destinar recursos a la diversión”.

Los bajos salarios también restringen las compras, provocan una demanda interna pobre y por tanto, una baja producción de las empresas que se ven obligadas a realizar recortes de  personal.

Entre otras formas, los jefes y jefas de familia resuelven esta desigualdad mediante el trabajo de los hijos y/o el cónyuge en caso de que lo tengan, o son subsidiados en su consumo por familiares migrantes mediante remesas enviadas desde Estados Unidos, fundamentalmente.

Solucionar la necesidad humana de ocio y descanso durante los periodos vacacionales ha tenido como vías, la visita a familiares, que representa otro subsidio de la estructura parental, “dado que les dan alojamiento y alimentación y de esa manera rompen lo rutinario”. Pero otra opción, que dice ayuda a consolidar una forma de asumir de forma “más natural” el entorno y aceptarlo tal como está, es pasar las vacaciones o los tiempos de ocio viendo la televisión.

“Yo creo que la última alternativa que le queda a familias en estas condiciones de pobreza es recurrir a la diversión que está a la mano (…) aumentan el número de horas frente a la televisión con las consecuencias que esto tiene sobre todo para los niños en términos de la programación que se presente y en algunos casos va conformando una determinada ideología”.

El hecho de que aceptan “como algo dado las condiciones de vida que se tienen”, opina el académico, inhibe la conducta “para que las familias busquen superar las condiciones en que se encuentran a través de un incremento salarial”.

Por otro lado las reformas a la Ley Federal del Trabajo, “obligan a los asalariados a mantener una actitud de sumisión mayor”, pues debilitaron a los sindicatos al “abaratar los despidos. Es otro fenómeno que actúa en contra de las posibilidades de bienestar de las familias”.

Asimismo, añadió a esta lectura, el que las autoridades presentan como un logro el aumento de familias que ingresan a Oportunidades debería ser una vergüenza para los gobiernos pues significa “que no estoy funcionando, que no estoy operando para que tengan mejores condiciones de vida”.

La Cruzada contra el Hambre, manifestó, “está admitiendo tácitamente” la situación de muchos mexicanos de no acceder siquiera a la nombrada “canasta básica”.

 

Acudir a la creatividad ante un discurso que nos dice “que sólo hay un camino”

El necesario  un “corte” a la continuidad de la vida emocional de las personas que implicaría en el contexto de la precariedad económica que se señala, el descanso y la re-creación, comentó otra vez el psicoanalista Germán López Díaz,  no obstante “está en chino”, lamentó.

Sin embargo, ve en “este tiempo que vivimos”, una de grandes oportunidades para que la gente vuelva a recuperar su capacidad de creación, “lo que siempre les ha sido propio”.

“Lo primero que me viene (a la mente) es pensar en lo revolucionario. No se me ocurre que el sujeto pueda hacer grandes creaciones en la línea de una resignación, para nada. Eso es tristísimo, (sino) retomar la posibilidad creadora de los sujetos en la línea de transformar su circunstancia”.

Recomienda, “ante las vicisitudes, porque las hay en nuestra vida cotidiana que nos sumergen en este estado de tristeza, de coraje o frustración, que (las personas) sepan que hay otro al que pueden acudir, con el cual hablar y crear en ese encuentro soluciones (…) ahí entra la capacidad de la palabra“.

Lo comunitario, el diálogo y una visión propositiva concertada entre quienes encuentran que tienen un problema común, es una vía de resistencia en la que en principio es primordial recuperar la alegría, como otra más de las expresiones de heroicidad. Así se plantea al parecer la realidad para las familias mexicanas, cada vez más.

El discurso global “que nos dice casi, casi, que sólo hay un camino´ (…) cierra, acorde a su interés, las posibilidades (…) Recuperar esa capacidad creadora es generar otros discursos, que haya otras opciones”, propuso.

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