Una más de las mujeres rockeras que han sabido enfrentar con todo a esta gloriosa existencia que el gobierno, por medio de los legisladores, nos está presentando como la panacea para un México mejor, otra de las chavas que siendo rocanroleras han tenido la fortaleza para sacar avante a la familia, con toda la energía y el amor que caracteriza a la mujer que no se deja vencer por nada, aunque el cónyuge haya tenido que abandonar el seno familiar para seguir otro sendero; claro ejemplo de que la mujer rockera zacatecana es valiente y no se doblega ante nada, fiel a sus principios, a sus ideales, a sus objetivos.
Originaria de la ciudad de Zacatecas, comenzó a escuchar rock a la edad de 12 años por medio de unos primos que venían de San Luis Potosí y otros de Chihuahua. Ellos traían su música, y la verdad, allí le empezó a llamar la atención, mientras aquí se escuchaba puro rock urbano. Ellos traían a Metallica y a Guns and Roses. El heavy, el melódico y el gótico son los géneros que más le gustan.
“Mi mamá como que me protegió mucho por ser hija única y no aceptaba muy bien que yo cantara, porque eso de la cantada lo traigo desde que era muy pequeña, siempre anduve involucrada en muchas cosas, como en el coro de la iglesia o participando en los festivales escolares”.
“Como a los 14 años conocí a una chica que siempre que organizaban fiestas le entraba a la cantada. Provengo de familia de mariachis, entonces fue que conocí a Sheila López en una de esas fiestas familiares; le gustaba mucho cantar y lo hacía en una banda que en esos tiempos se llamaba Bajo Protesta. Me invitó a participar en un proyecto que traía; era de rock de los setenta y todo ese rollo. Lo importante es que ya tenía un representante; después, surgió algún problema legal, y a mí como que me quedó la idea de cómo hacer bien las cosas; bueno, aparte, me gustaba mucho como cantaba”.
“Incursioné en el rock cuando me casé. Ángel Ponce, mi marido, tocaba en un conjunto de música popular; luego conoció a Pepe Carrillo, quien tenía una banda que se llamaba Acero y Fuego. Entró a esa agrupación como tercer guitarrista; sucesivamente, se fueron haciendo cambios hasta que quedó como primer guitarro. Se desintegró el grupo quedando sólo Pepe y Ángel, quienes formaron la banda Ángel Nocturno. Empezaron a tener problemas con Juan, el vocalista de ese tiempo; estuvieron batallando una temporada, en la cual se dieron cuenta de que a mí me gustaba cantar heavy y fue cuando me invitaron a formar parte de la agrupación”.
“El material que se compuso desde el tiempo de Acero y Fuego hasta la conformación de Ángel Nocturno era material que Pepe ya traía en algunos esquemas de dos tres rolas, incluyendo el nombre, así que pusimos manos a la obra para terminar los arreglos entre Ángel, Pepe y yo. Al principio, de Ángel Nocturno éramos solamente Pepe, Ángel, Lalo y yo en las vocales; allí hicimos la modificación a la pieza Somos cuatro no los cinco; también compusimos la rola Ángel nocturno, otro blusesillo El poder de una guitarra; de las siguientes, fueron algunas que le compusimos al Miguelillo, Una noche sin ti y la de la muerte”.
“Me separé de la banda porque yo tenía muchas expectativas en el grupo, pero desgraciadamente se fue saliendo todo de proporción porque ya era nada más tocar en cualquier bar por un cartón de cervezas, y pues como que ya se estaba perdiendo la idea que se tenía al principio, que era la de sacar adelante un proyecto, y fue por eso que decidí salirme de la banda, porque eso ya no me agradaba”.
Perla considera que Ángel Nocturno ha destacado en el heavy metal, aunque hay que reconocer que hay otras bandas de otros géneros, como Postnecrum, Pacal y Ansuz, que son las que mejor lo han hecho.
“Me retiré de las tocadas porque ya ni esas bandas traen mucha propuesta. La verdad, desde que me acuerdo, son los mismos tonos; considero como que se estancaron todas; de hecho, son años en que las bandas siguen interpretando el mismo material, a veces la misma banda es la culpable de este estancamiento porque sigue –seguimos- pidiendo las rolas de hace 10 o 15 años, pero sigo pensando como que ya no proponen algo nuevo”.
La propuesta de Perla para que cambie la escena zacatecana es la creación de espacios para el rock, la difusión masiva de la música hecha por las bandas de aquí, más atención a los diversos géneros, porque desgraciadamente siempre se ha tachado a los rockeros de malos, drogos, alcohólicos, entonces, no hay una cultura, no se da a conocer bien lo que realmente existe. Hay que dar a conocer las raíces del rock; a lo mejor traen buenas propuestas, pero sólo queda en apariencias.
En definitiva, “ya no quiero regresar a los escenarios, porque te das cuenta que hay otras cosas, que dices: para qué participar en un proyecto que no te va a dar más”.
