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jueves, 25 abril, 2024
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En duda, beneficios del programa de Escuelas de Tiempo Completo

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA • Araceli Rodarte •

■ Así como exigen, las autoridades también deben cumplir, indica Alicia Escoto

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■ No se cuenta con la infraestructura ni con el personal necesario, asevera

Aparentemente, el programa de Escuelas de Tiempo Completo fortalece los procesos educativos en las aulas en diversos ejes temáticos a la vez que los alumnos son beneficiados con alimentación en algunos planteles, pero de la intención teórica y retórica a la praxis, la distancia es mucha.

Mediante ese programa, las escuelas incorporadas deben ampliar el horario escolar de las 8 a las 15:30 horas, a diferencia del horario común que termina a las 13 horas. En ese tiempo, se trabajan cuatro ejes: la lectura y escritura, arte y cultura, desafíos matemáticos y el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación aplicado transversalmente en todas las asignaturas.

Sin embargo, no se cuenta ni con la infraestructura ni con el personal necesario para cumplir con los lineamientos del programa, además que el material que se otorga a esas escuelas es insuficiente y llega tarde en demasía, incluso pocos días antes de terminar el ciclo escolar.

Escuelas de Tiempo Completo es un programa que plantea un modelo integral en el que los niños accedan a los conocimientos escolares habituales, además de fortalecer los ejes temáticos mencionados, pero la estructura y la operatividad parece no funcionar.

Se habla de la formación artística y cultural pero no se contrata a maestros especializados. Se enseña a los niños a tocar flauta o guitarra, pero deben compartir y turnarse los instrumentos para practicar. Se fomenta la actividad física para abatir los altos indicadores de obesidad, pero no se cuenta con un maestro de tiempo completo. Se impulsa el uso de la tecnología, pero no hay equipo de cómputo suficiente y en muchos casos tampoco Internet.

Los maestros que aceptan ingresar al programa, en ese escenario y como pueden, fungen también como docentes de música u otras expresiones artísticas, y sin dominar los conceptos de los diversos deportes, también deben enseñarlos porque el profesor de educación física no puede atender todos los grupos, ya que su plaza consta de horas clase y debe trasladarse a otros planteles.

Es decir, los docentes deben fungir como tales, pero también como enfermeros, psicólogos, músicos, deportistas, intendentes, etcétera, porque la Secretaría de Educación Pública (SEP) a nivel federal, y la Secretaría de Educación de Zacatecas (Seduzac) a nivel estatal, no invierten lo necesario para que el programa funcione.

Alicia Escoto Peralta, docente en la escuela González Ortega, ubicada en la comunidad Machines, en la capital del estado, que a partir de este ciclo escolar se incorporó al programa Escuelas de Tiempo Completo, expone que uno de los principales inconvenientes es que supuestamente la escuela es proveída de materiales didácticos, pero llegan muy tarde.

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En el caso de esa escuela, por ejemplo, varios de los materiales que debían recibir los niños desde agosto o septiembre, cuando inició el ciclo, llegaron en abril, mientras que los utensilios de cocina para el comedor apenas llegaron la semana pasada, cinco días antes de terminar este año escolar.

Aunado a ello, el material que llega es insuficiente. Para el área de arte y cultura, llegaron flautas que los niños deben turnarse para utilizarlo e incluso “ni siquiera alcanza para cubrir un grupo completo”.

“Sería importante que la secretaría retomara este tipo de detalles para que, así como exigen que los maestros cumplamos, ellos también deben cumplir. Si exigen calidad y buenos resultados, que ellos cumplan con su parte”, expresó la docente.

En ese sentido, señaló que no es posible que los alumnos sean competentes en habilidades tecnológicas, pero sin tener las computadoras y materiales necesarios para que el docente pueda ofrecer la calidad educativa de la que hablan en el discurso oficial.

Esa situación se suma a factores externos que impiden el adecuado desarrollo de los procesos educativos, por ejemplo, niños golpeados, con hambre, problemas psicológicos o físicos.

Desde su punto de vista, entonces, el resultado del programa Escuelas de Tiempo Completo no es el que debería obtenerse. Los maestros cumplen con su labor, pero hay problemas que no están a su alcance resolver, como la carencia de materiales, “y aun así lo hacemos”.

Es necesario entonces que en el inicio del ciclo escolar las escuelas sean dotadas de todos los materiales didácticos o utensilios de cocina que se requieren para todo el año y de los recursos económicos para ello, porque en la escuela González Ortega, que este ciclo escolar se sumó al programa, la tarjeta mediante la cual es posible la compra de insumos para el comedor, apenas pudo utilizarse en enero de este año.

“Esa es una inconsistencia más que no se trabaja como viene estipulado y no porque los maestros seamos flojos, porque nosotros nos quedábamos a trabajar, pero sin alimentar a los niños a pesar que a las 14:30 horas ya tenían hambre o estaban cansados”, aseveró Escoto Peralta.

Asimismo, la maestra expuso que este año en el programa se dio énfasis a la asignatura de español y matemáticas, pero los niños mostraron mayor motivación hacia talleres o cursos relacionadas a las otras áreas de arte y cultura o incluso del deporte, en las cuales tampoco se cuenta con docentes especializados.

En educación física, el tiempo que acude el maestro a esa escuela es insuficiente para atender a todos los grupos, debido a que es un maestro contratado por horas y que además laborar en varias escuelas a la vez.

A pesar de esa situación, los maestros deben cumplir con todo lo establecido en el programa, y evidentemente no es posible alcanzar los propósitos y objetivos planteados en las condiciones en las que se encuentran.

Además, los niños no están acostumbrados a permanecer tanto tiempo en la escuela, de manera que en determinado momento muestran cansancio y su atención ya no es la misma en las actividades escolares. El único beneficio tangible es la alimentación para los niños, puesto que, además de proveerles alimentos nutritivos, a los padres de familia les aminora el gasto en la economía familiar.

Otro problema que enfrentan los maestros que son parte del programa, es de carácter laboral. La aplicación del Impuesto Sobre la Renta (ISR) a la percepción económica que reciben, “lo vemos como una transgresión a nuestro derecho laboral, porque es una compensación que se nos da por trabajar tiempo extra a nuestra jornada laboral”.

“No es justo porque trabajamos el tiempo que nos estipulan, aún con las carencias que hay en la escuela y aún cuando no nos mandan los materiales. Ya nos aplican el impuesto a nuestro sueldo, y si el programa se paga como una compensación, no debería tener un impuesto extra”, agrega Escoto Peralta.

En consecuencia, “hay bastante inconformidad, porque no reditúa el tiempo que estamos invirtiendo, ni el trabajo, ni el cansancio ni el estrés. Ahora con el impuesto no basta la cantidad que estamos percibiendo para cubrir el trabajo que se realiza”.

La percepción que recibía por concepto del programa de Escuelas de Tiempo Completo era de 12 mil pesos cuatrimestrales, pero luego de aplicarse el impuesto, en su caso recibió menos de 9 mil pesos.

En efecto, dotar de alimentación a los niños, desayuno y comida, es algo positivo. Rubí Romero Adame, nutrióloga en la escuela González Ortega, es responsable del comedor del plantel y según expone, hace un año 80 por ciento de los alumnos en ese plantel padecía algún problema de desnutrición u obesidad, y después de incorporarse al programa Escuelas de Tiempo Completo, la desnutrición prácticamente fue erradicada.

Para abatir la obesidad, se instituyó un programa denominado “Aprendiendo a jugar con mis amigos los alimentos”, que consiste en una sesión cada dos semanas en la que se evalúa el peso y talla de los niños, además que se interactúa con actividades físicas y deporte.

Con la instalación de un comedor en la escuela, se instituyó un menú de alimentación que se basa en frutas y verduras, las cuales son 60 por ciento de la dieta alimenticia, además de alimentos no perecederos.

Para acceder al servicio de alimentación, los niños solamente deben pagar 5 pesos como cuota de recuperación para el desayuno, mientras que la comida es totalmente gratuita, la cual es preparada por los mismos padres de familia, quienes se organizan por turnos.

Según explica la nutrióloga, hay una persona voluntaria que se responsabiliza de la cocina sin recibir ningún salario, pero se le recompensa con alimentos no perecederos que no se consume por completo.

Respecto a los alimentos que se preparan a los niños, expone que ella elabora las minutas cada semana, y aunque hay un patrón establecido por el programa, no se aplica debido a que contiene muchos alimentos que en Zacatecas no se pueden conseguir.

El Sistema Desarrollo Integral de la Familia (DIF), en coordinación con el programa, aporta despensas que contienen arroz, frijol, soya, aceite, atún, azúcar y leche, mientras que ella misma elige los alimentos perecederos.

El problema más evidente en los comedores es la infraestructura. En la escuela González Ortega, de Machines, el espacio destinado a la preparación de los alimentos tiene techo de aluminio y por lo tanto se genera un foco de infección por los insectos. “Tenemos vidrios rotos y el piso no es el adecuado. Es lo que nos hace falta, pero yo comenzaría por un nuevo techo y un mosquetero que evite el ingreso de insectos”.

Desde el punto de vista de los padres de familia, el programa Escuelas de Tiempo Completo es positivo, porque se asigna más tiempo de clase a los niños, además que se les brinda alimentación más saludable.

Cecilia Sánchez Castro, madre de familia en esa misma comunidad, comenta que su hijo recibe clases de inglés y le están enseñando a tocar la flauta, aunque él y sus compañeros se la turnan para practicar.

El mayor problema que observa, a pesar de los beneficios obtenidos, es la situación en que se encuentra el comedor, ya que el espacio que se le destinó no es apto para la preparación de alimentos y faltan muebles, pero se desconoce si esa necesidad sea atendida o no próximamente.

Para Ubaldo Ávila Ávila, subsecretario de Educación Básica y Normal de la Seduzac, es destacable que al iniciar la actual administración gubernamental en 2010 sólo había 29 escuelas incorporadas al programa de Escuelas de Tiempo Completo, pero después de cuatro años hay un total de 569, mientras que para el próximo ciclo escolar se espera que aumente 220 planteles más.

De ese total de 569 escuelas, solamente 190 contemplan la alimentación para los niños y en ellas “se tiene contratado de manera temporal a 90 nutriólogos, quienes se reparten en los planteles y checan cada semana el menú de alimentación. Son escuelas muy vigiladas y ordenadas y trabajan muy bien”.

Respecto a los avances que se han logrado con este programa, señala que difícilmente se puede generar un resultado favorable en tan poco tiempo, puesto que este sólo puede evaluarse a través del trayecto educativo del niño en los diversos grados escolares. Sin embargo, asegura que muchos de los niños que participan en las Olimpiadas del Conocimiento en diversas asignaturas, son alumnos de planteles incorporados.

La inclusión del servicio alimentario para los alumnos en las Escuelas de Tiempo Completo, explicó, depende del deseo de participación de los padres de familia y los maestros, pues en tales casos el horario escolar aumenta una hora más, de las 15 a las 16 horas diarias.

No obstante, Ávila Ávila admite que no se cuenta con la infraestructura necesaria en todas las escuelas para instalar un comedor, además que en muchos de ellas hace falta un espacio para la elaboración de los alimentos, motivo por el cual no es factible que todas las escuelas incluyan ese rubro de alimentación.

Los maestros que participan en ese programa reciben 3 mil pesos mensuales adicionales a su salario, aunque ese recurso ya no está exento de la aplicación del Impuesto Sobre la Renta (ISR), ello por disposición de la Reforma Fiscal.

“Ante esta problemática, la secretaría tomó la decisión de darle su pago quincenal, de manera que reciba la parte correspondiente a su compensación y que el impuesto sea proporcional a ese monto”.

Sobre la posibilidad que muchos maestros abandonen ese programa en protesta por los excesivos cobros del ISR, como lo ha advertido un sector del magisterio, respondió que eso sería lamentable porque significaría que los docentes sólo se interesan por su percepción y no por el bienestar de los alumnos y los padres de familia.

Respecto a los materiales escolares que se otorgan a esas escuelas, el subsecretario indicó que las compras se realizan en volúmenes grandes, pero el proceso se lleva a cabo a través de una licitación que no corresponde a la Seduzac, sino a otras instancias.

Aunque reconoció que el material que se les otorga a los planteles es insuficiente y no se puede cubrir el total de las necesidades de estos, advierte que no es posible dotar de instrumentos musicales para cada alumno, pero  “el propósito es que, en el rubro del arte, el maestro siente las bases para que los niños desarrollen el aprendizaje. Es por ese motivo que inicialmente solamente se dota del material mínimo indispensable”.

Sin embargo, año con año se destina una inversión específica para el programa de Escuelas de Tiempo Completo, de manera que constantemente se otorgarán más materiales a los planteles para que en algunos años estén totalmente equipados.

Sobre el funcionamiento y operación de ese programa, el recurso es otorgado por Gobierno Federal, “pero ha sido gracias a la voluntad del gobernador Miguel Alonso porque ha tocado los espacios de la SEP para solicitar que este programa llegue a Zacatecas, pues es un recurso que llega al maestro y al alumnos, es decir, es una oportunidad de desempeño para todos”.

Ávila Ávila reiteró que la capacidad para atender las necesidades de las escuelas que son parte de ese programa, depende del recurso económico que se les asigne, por lo cual se espera que año con año mejoren esas condiciones.

“Habrá que preguntarle al padre de familia y al alumno si en realidad quieren salirse de la modalidad de Escuelas de Tiempo Competo, porque es la modalidad de tiempo completo, no el maestro de tiempo completo. Sin embargo, si hay una decisión colectiva de todos los docentes, padres y niños, con gusto la podemos retirar”.

En el ámbito académico y escolar, entonces, el programa atiende diversas tareas del conocimiento, aunque en este ciclo escolar se enfatizó el fortalecimiento de las asignaturas de español y matemáticas, y a partir del próximo ciclo escolar se contratará a un maestro de inglés para cada una de las Escuelas de Tiempo Completo.

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