■ Políticas están mal diseñadas, y además mal aplicadas, dice docente de la UAZ
■ Algunos de los programas implementados benefician sólo a algunos maestros, señala
Con la Reforma Educativa y las modificaciones al artículo tercero constitucional, los fracasos del sistema educativo respecto a la federalización, los libros de texto y los planes curriculares y la formación docente, se acentuarán aún más, afirmó Domingo Cervantes Barragán, docente investigador de la Unidad Académica de Docencia Superior de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
A raíz de las políticas públicas que se han implementado gradualmente en todos los niveles de la educación, dijo que se han generado graves efectos, principalmente porque paulatinamente se ha desarticulado el sistema construido a través de los años.
La federalización, proceso que significa la descentralización administrativa del sistema educativo, solamente se aplica en el discurso, porque ello implica delegar no solamente el trabajo y la coordinación, sino también los recursos y la autoridad, pero ahora con las reformas el sistema se centraliza casi por completo.
La federalización de la educación, recordó, fue producto de la descomposición del sistema político mexicano, y es por ello que ni los gobernadores ni los secretarios de la educación ni los directores, tienen la facultad para tomar decisiones en el ámbito administrativo, pero tampoco en lo académico.
Otra política educativa implementada de forma equivocada y que “también es un desastre”, comentó Cervantes Barragán, es la relacionada a la formación docente. Ante el contexto de la enseñanza de la educación por competencias desde preescolar hasta doctorado, la política de la formación en realidad está ausente en todo el sistema educativo y en todo el país.
Al respecto, expuso que la SEP emprendió cursos aislados para implementar el proyecto de la educación por competencias, pero solamente se trató de un “simulacro” en donde solamente invitan a amigos y a profesores que probablemente no están interesados en ese proyecto pero que son obligados a asistir para obtener puntos en la Carrera Magisterial.
“Esos son elementos de las políticas públicas que están mal diseñadas, y además están mal implementadas las actividades que pudieran pretender ser parte de las políticas educativas”, expresó.
Asimismo, se refirió a la Carrera Magisterial como uno de los programas implementados para beneficiar “a los cuates” y a la gente que está cercana a las oficinas de gobierno, y por el contrario, ignoran a los profesores que están frente a grupo, ya que sólo pueden acceder a ella los docentes que se encuentran en un medio urbano y por lo tanto tienen la posibilidad de acceder a cursos o posgrados.
En síntesis, “las políticas públicas sobre educación que pudieran tener algún beneficio, planteadas originalmente con la modernización, parecían lógicas, pero en su implementación a estas alturas desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, van a la baja, con una mínima calidad y pertinencia en la atención del sistema educativo para brindar un servicio a la educación”, explicó.
