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jueves, 18 abril, 2024
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7 de cada 10 niños zacatecanos repatriados a inicios de este año viajaban solos: INM

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Por: RAQUEL OLLAQUINDIA • Araceli Rodarte •

■ Entre enero y febrero 46 menores de la entidad fueron deportados; 74% no tenía compañía

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■ Más allá de los números, se observa un drama humanitario que no es reciente: Miguel Moctezuma

De acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Migración (INM) recabadas durante los dos primeros meses de 2014, se advierte que casi 7 de cada 10 menores zacatecanos que fueron repatriados se encontraban solos en la frontera norte del país.

En los meses de enero y febrero de este año hubo 46 menores de 18 años, originarios del estado, que fueron obligados a regresar al territorio mexicano y, de ellos, 74 por ciento iban sin compañía de un adulto. En ese mismo periodo, la cifra a nivel nacional fue 2 mil 578 personas.

En cuanto a los datos de 2013, las cifras del INM reportan que se registraron en todo el año 246 repatriaciones de zacatecanos de hasta 17 años de edad, de los cuales viajaban solos 78 por ciento; mientras que en el año 2012 fueron 347 casos, con 70 por ciento de estos niños y jóvenes los que se encontraban sin compañía en la zona fronteriza.

Más allá de los números, se observa la existencia de un problema que actualmente está sin resolver, expuso el docente investigador de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Miguel Moctezuma Longoria.

Un drama humanitario que no es reciente, sino que hay investigaciones de hace años que documentan la misma situación que se vive en estos momentos, por lo que “sabemos del problema de tiempo atrás y pareciera que México acaba de descubrir el hilo negro”.

El investigador Miguel Moctezuma Longoria ■ foto: miguel ángel núñez

En un primer momento el académico precisó, sobre el término repatriación, que “México debe dejar de ser hipócrita, (…) porque los menores no son repatriados, son deportados de Estados Unidos” y las autoridades mexicanas únicamente los apoyan a llegar a sus lugares de origen.

Narró cómo este regreso obligado de los menores se realiza en condiciones de vulnerabilidad, pues en muchas ocasiones se dan por la noche y en localidades como Ciudad Juárez, Nogales y Tijuana, las cuales representan un peligro para los jóvenes y niños.

Esto se lleva a cabo así por parte de las autoridades estadunidenses, a pesar de los llamados que se han hecho para que las repatriaciones sean en horario diurno.

Al no cumplirse este formato de deportación, “quiere decir que los menores son sometidos a situaciones de vulnerabilidad” y no son tratados ellos mismos como un sector poblacional que debe ser protegido, sino que en los mismos discursos que se dan en Estados Unidos se les califica como peligrosos para sus ciudadanos, expuso Moctezuma.

Reconoció que, poco a poco, se ha registrado una reacción de condena por parte de la comunidad internacional hacia estos hechos. No obstante, sostuvo que “México ha reaccionado demasiado tarde”.

El docente de la UAZ añadió, en cuestión de las cifras que existen, que se calcula que anualmente llegan cerca de 40 mil menores a los albergues ubicados en la frontera entre ambos países.

Esta situación por la que atraviesan los menores mexicanos, quienes por lo general son repatriados de manera inmediata y con los riesgos de llevarse a cabo por la noche en zonas de peligro, también la sufren los niños y jóvenes que provienen de países como El Salvador, Guatemala y Honduras, por ejemplo.

En este sentido, Moctezuma explicó que en estos últimos casos, sobre todo de oriundos de países de Centroamérica, las víctimas son retenidas en los denominados Centros de Recepción de Menores, que son “cárceles disfrazadas”, porque no les permiten que se marchen hasta que un juez no resuelve su situación jurídica.

Ante este problema, no sólo de México, sino común para varias naciones de América Latina, la intervención debería provenir por parte de un organismo supranacional, explicó el académico, como es el caso de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Al respecto, precisó que “yo creo que la ONU puede ser como un juez donde los jugadores puedan ser vigilados según las  cartas que cada quien tiene. Y un organismo de este tipo, supranacional, tiene menos intereses que los países. (…) Pero México no sé por qué no quiere plantear este problema en la ONU, un problema que está más allá de una negociación entre dos países”.

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