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martes, 16 abril, 2024
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Nadie puede negar que el sistema político y social “apesta”: Francisco Valerio

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Por: ALMA ALEJANDRA TAPIA • Araceli Rodarte •

■ Considera que todos los partidos están metidos en la misma lógica y entre ellos se tapan

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■ Una característica central de la corrupción es que ocurre en las catacumbas, en lo oscurito, dice

No hay la menor duda de que la corrupción es uno de los grandes problemas nacionales. Nadie puede negar que el sistema político y social “apesta”, y es un poco lo que sucede con el aire; “todo mundo lo respiramos pero nadie lo puede coger con las manos”, opinó el académico, Juan Francisco Valerio Quintero, al considerar entendible que nueve de cada 10 zacatecanos crean que es frecuente o muy frecuente la corrupción en este estado, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dados a conocer esta semana. El catedrático de la Unidad Académica de Ciencias Sociales de la UAZ consideró que la corrupción no nace de la ignorancia, sino de la arrogancia y el menosprecio que siente el poder por la inconformidad de los ciudadanos.

Si bien hay intentos de medidas para contrarrestar la corrupción con reformas legislativas, son insuficientes y muestra de ello es que una institución del Estado como es el Inegi, consigna una realidad que todos los ciudadanos perciben, “así como los malos olores, que no se pueden entregar en cajas de pestilencia porque es un asunto etéreo y difícil de comprobar”. Sin contar que quien juzga, es parte de los actos y muchas de las veces son los legisladores quienes usan su criterio para decir si se aplica o no la ley.

Ante ese escenario, Valerio Quintero consideró importante exigir el cabal cumplimiento de instituciones que en realidad “no sirven para nada”. Una muestra de ello son las cuentas públicas, las cuales cuando se entregan al Congreso del estado, es un hecho público y notorio que los diputados las negocian entre sí.

Es decir, los presidentes municipales del partido A tienen un conjunto de pecados que los podrían llevar a la cárcel y la devolución de recursos, de igual manera los tienen los del partido B, es así que negocian entre sí y se perdonan mutuamente. De modo que el costo de la Auditoría Superior del Estado (ASE), el procedimiento, gasto de papel, renta de edificio y más, quedan en la nada.

Valerio dijo que por tanto, todos los partidos están metidos en la misma lógica y entre ellos se tapan, una muestra es el audio que circuló en Zacatecas, donde ex diputados cuyas voces se reconocen, hablan con claridad de un pago de 100 mil pesos para aprobar el presupuesto de egresos 2013, sin quitarle, literal: “ni un pinche cinco”.

Sin embargo, todos los involucrados andan en la calle y muchos hasta premiados con cargos públicos, lo cual evidencia que tan deshonestos son ellos, como el poder que les da trabajo, al saber que contrata corruptos.

Ante ese tipo de hechos, Valerio Quintero consideró que los políticos disfrutan de un poder prácticamente incontestable, en gran medida porque la ciudadanía está diluida y saben que cualquier medida por antidemocrática que sea, será aceptada sin condiciones por la sociedad. En ese hecho también hay corrupción.

Ésta por tanto, se debe identificar con una descomposición de la relación entre las medidas y los fines, pese a que normalmente se le identifica con el robo de impuestos, disfrazar que se gastaron en algo y llevarlos a la bolsa de algún político.

Sin embargo, no termina ahí, tiene muchas otras formas y no es estrictamente indispensable distraer los fondos públicos. Una de las características centrales de la corrupción es que ocurre en las catacumbas, se da en cerrado o mejor dicho en lo oscurito y nadie dice que pide diezmo para dar obra pública, pero los empresarios lo comentan sin poderlo demostrar en público, porque evidentemente nadie que concursa una obra entrega por escrito el acuerdo. En Zacatecas, dijo, es 11 por ciento.

De modo que el “regalo jugoso” que recibe el funcionario por haber asignado la obra, evidentemente es corrupción, ya que se lucra con su función pública. Lo que a la par indica no asignar la obra a quien la construye de mejor manera y mejores condiciones de precio, sino al que se presta a la corruptela.

El académico recordó finalmente cuando se pretendió al inicio del actual sexenio, modificar la “corrupta situación”,  y se pensó en un Tribunal de Cuentas con un funcionamiento semejante a los de Europa, pero los legisladores se negaron a aprobar la iniciativa del gobernador Miguel Alonso, puesto que si una entidad autónoma determina responsabilidades, les quitarían ese poder y ya no se perdonarán recíprocamente, lo que significaría perder poder político.  “Les faltó responsabilidad, y esa también es una forma de corrupción”.

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