- Historia y poder
Cuanto más se estudia sin prejuicios de la fabulosa historia de nuestro Zacatecas, más se encuentran los motivos para asombrarse de cuan enorme en su acervo historiográfico y cuantas sus historias paralelas que se encumbran en señalarse como populares, magníficas, terrenales y dichosas.
¡Francisco Villa era zacatecano! Sí, el famoso gavillero, el magnífico jinete, el salteador de caminos, El Robin Hood mexicano, el que repartía su botín entre los más pobres y desarrapados producto de sus continuos asaltos a las haciendas esclavizadoras, el que asaltaba las ciudades “quitándole al rico el producto de su robo” era nada más y nada menos que hijo del pueblo zacatecano y es por ello que el gran Doroteo Arango se puso su nombre en su honor y su fama.
Y murió joven, arteramente balaceado, y era valiente y arrojado y su fama se extendió a lo largo y ancho de nuestros territorios, donde el estandarte del chinacate busca siempre la paz en sus hogares, el pan sobre la mesa, la justicia tan anhelada desde siempre.
Así lo cuentan los anales de la historia nueva, la que se investiga a fondo y se cristaliza en documentos que son parteaguas para levantar la ceja y explicarnos los caminos en donde han de parar los pueblos educados,los que conocen bien de su historia y la entienden en el fragor de los tumultos.
El dato lo leí, por supuesto en los libros de nuestra magnífica biblioteca municipal Roberto Cabral del Hoyo en el libro VILLA, de Friedrich Kats en la que asegura que “no hay duda que existió un bandolero real llamado Francisco Villa”.
En otros documentos, por ejemplo, en 1938, el historiador coahuilense Pablo Martínez del Rio le pidió a don Miguel Soto, un veterano duranguense queinvestigara sobre el zacatecano Pancho Villa y anotó que el zacatecano era hijo ilegítimo de un poderoso local y en donde trabajó desde muy joven como vaquero en una hacienda de “manera privilegiada”, domando potros salvajes, teniendo amplio contacto con el peonaje, pero también, de los vericuetos y transas de la entonces familia política zacatecana, tan pudiente y espantada.
Operó durante varios años como un gran bandido en los territorios de Zacatecas y Durango y pasó a la fama en el asalto a la hacienda duranguense de la Estanzuela donde murió su dueño, el señor Manuel Mueller, un alemán famoso por sus castigos y ejecuciones ante levantados.
Hacia 1888, murió el gran Pancho Villa en un enfrentamiento en ese territorio con miembros de la policía estatal y de inmediato su fama corrió por todos los rumbos. Doroteo Arango Arámbula, de apenas 12 años de edad, supo del suceso, mas aun que 3 años después, se uniría al bandolero duranguense Ignacio Parra, que tenía amplios contactos con nuestro Villa Zacatecano.
Así la historia verdadera de este ícono mundial mexicano que ha sido reverenciado hasta por los mismos Beatles, Fidel Castro, Ché Guevara, Juan domingo y Evita Peron, Salvador Allende y hasta por Mandela.■
