Estoy a favor de quienes no son favorecidos. Estoy a favor de los ignorados, de los abandonados, de los desprotegidos. Estoy a favor de los despojados de esperanza.
Redacto un manifiesto en el que nada tengo para perder. Redacto una declaración de principios que quieren buenos finales. Redacto algo que podrá no ser testamento, aunque sí lo parezca.
Creo en la lucha que implica muchas luchas. Creo en las pequeñas cosas que componen a la grandeza. Creo en el espíritu humano como convención creada a partir de la buena voluntad y la búsqueda de mejores estadios.
Creo en las palabras, sobre todo cuando éstas logran arrastrar realidades insuperables. Creo en los renglones cuando tocan a otros y los mueven. Creo en los párrafos que se convierten en pendones e inspiran a la acción.
Creo en que la ayuda que uno puede dar es superior a uno mismo e implica una gran diferencia. Creo en que uno más uno son mucho más que dos. Creo en la amplitud del alma, en la luz compartida, en la riqueza que viene por la unión de voces y silencios.
Creo no en las banderas, sino en las personas que las sostienen. Creo no tanto en las ideas como en los ideales. Creo en las páginas que podemos escribir, sobre todo cuando estamos escribiéndolas.
Creo en la gente que tiene convicciones, aunque esté equivocada. Creo en la gente que encuentra la felicidad con mucho menos patrimonio que el desesperado. Creo en la riqueza que nunca se agota porque vive dentro.
Creo que vale la pena luchar por los quemados. Creo que es posible lograr un entorno mejor, con personas más conscientes, con esfuerzos mejor generados. Creo en la dicha y armonía auténticas.
Creo en la paz y una espiritualidad sin religiones, sin ligazones. Creo en la euforia que al aterrizar también construye. Creo en la noche en que los ángeles cantan dilectos deseos para los hombres de buena voluntad.
Creo en los epitafios que resumen una vida al servicio de los demás. Creo en los funerales que exhiben años a los que se les saca jugo en abundancia. Creo en que mi muerte será festiva, llena de muchas alegrías.
Creo en la entrega. Creo en el entusiasmo como estilo de vida. Creo en la gente que pisotea la tristeza propia y abona al gozo común.
Creo en la lucha que hoy y mañana damos por los quemados. Creo en la sintonía que marca. Creo en el creer así.
