■ Estudiante de secundaria sufre acoso físico y verbal, refieren familiares de una menor
“María” tiene 12 años y actualmente cursa el primer año de secundaria en la escuela pública Bicentenario, ubicada en el municipio de Guadalupe, Zacatecas. Hasta hace poco más de un par de meses, a finales de marzo, el acoso escolar que sufre esta adolescente pasó de ser verbal para convertirse en físico, dejándole un desvío de tabique y un esguince cervical de segundo grado.
Los padres de la menor, quienes prefirieron guardar el anonimato tanto de su persona como de su hija, a quien únicamente nombran como “María”, denunciaron el hecho ante las autoridades competentes, sin embargo lamentan que hasta el momento no se ha actuado con oportunidad y por el contrario, han buscado “normalizar” el problema.
Luego de la agresión física que sufrió nuestra hija por parte de una de sus compañeras, cuenta la madre, con los documentos en mano, “acudimos a la Secretaría de Educación, a la Procuraduría General de Justicia (PGJE) y la propia Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas, no obstante, apunta, ha quedado manifiesto que estas instancias “ven y tratan este fenómeno social como asunto secundario, que únicamente se aborda en reuniones y en medios de comunicación, pero en realidad no existe atención, tratamiento ni solución a dicha problemática”, señalaron.
Tampoco en la escuela se hizo nada, añade, “ni siquiera cambiaron a la niña agresora de grupo, únicamente le hicieron pedir una disculpa”. Es así que los padres de “María” sienten que como familia padecen un doble bullying, no sólo el provocado al interior de la escuela sino el que fomentan las autoridades que buscan minimizar la situación.
Narran que incluso en el Ministerio Público trataron de persuadirlos para no llevar más lejos el caso, pues les sugirieron que quizá el problema de su hija sólo se acotaba a una simple riña entre compañeros. De igual forma, los padres de la menor agresora se deslindaron de lo sucedido y no aceptaron pagar una indemnización por los daños infringidos. Pese a las trabas institucionales, los padres de “María” interpusieron una denuncia en contra de la agresora, proceso que actualmente corre en los tribunales.
Aunque la agresión fue propinada a finales de marzo, “nuestra hija no ha sanado a la fecha de las lesiones sufridas, pues aún requiere terapia de rehabilitación, medicamentos y probablemente una cirugía a futuro. Además hemos tenido gastos que no estaban dentro de nuestro presupuesto”, apunta la madre y en seguida se pregunta “¿quién nos va a reparar este daño, no sólo económico sino físico y moral?”.
