■ Incluso partidos de oposición están doblegados ante modelo hegemónico, dijo especialista
■ Impartió docente la conferencia El autoritarismo en México, rupturas y continuidades
Después de la transición y haberse modificado el régimen político en México para dejar atrás el presidencialismo autoritario del siglo 20 durante los gobiernos del PRI, con el regreso una vez más del partido hegemónico, se instaura ese modelo, en el que si bien la figura del presidente de la República no volverá a ser imperial, sí hay una doblegación, incluso de los partidos de oposición, opinó Héctor de la Fuente Limón.
El docente de la Unidad Académica de Ciencias Sociales de la UAZ, impartió este miércoles la conferencia, El autoritarismo en México, rupturas y continuidades, en el ámbito del Coloquio Internacional Ciencia para el Desarrollo y la Democracia que se realiza aquí en Zacatecas.
Consideró que el autoritarismo de nueva cuenta se cuela por canales instituciones y a espaldas de los ciudadanos en lo que se presume es una democracia, sin embargo, en la realidad se centraliza el poder político, con el objetivo de reforzar el modelo económico neoliberal en el país.
Justificó su aseveración al hecho de las reformas estructurales, las cuales se han dado incluso con el aval de la oposición mediante el Pacto por México, instancia de concertación que permitió la aprobaron fast track, sin mayor deliberación.
Se trata, dijo de la Fuente Limón, de reformas que fortalecen el presidencialismo y el sistema neoliberal, como la educativa la cual centralización plazas; la laboral que flexibiliza la jornada laboral y se pierden derechos; la energética que compromete la renta petrolera a extranjeros, pese a ser la principal fuente de gasto público; la fiscal que no ataca grandes contribuyentes y la electoral que consagra el bipartidismo, suicida a un desgastado IFE pero crea un órgano que centraliza como es el INE.
Sin contar que la Secretaría de Gobernación (Segob) asume funciones de la Secretaría de Seguridad Pública, que a decir de varios especializas, en gran medida criminalizar la protesta social, comentó.
De la Fuente Limón analizó algunos antecedentes históricos del régimen en la etapa postrevolucionaria y recordó que cuando el presidencialismo estaba instaurado en su apogeo, el jefe del Ejecutivo federal tenía el control sobre Congreso de la Unión y facultad de veto, en el Poder Judicial, él tenía la facultad de nombrar la terna de los integrantes de la SCJN, condujo la economía, intervención sobre medios de comunicación y el gobierno del Distrito Federal.
Sin contar que removía gobernadores, tenía el control del corporativismo y partido oficial le garantizaba legitimidad al régimen y con todo ello se negó la democracia representativa. Si bien, algunas situaciones se han modificado, otras están vigentes y regresaron con fuerza.
Comentó el conferencista como en el siglo 20, pese al régimen se tuvieron periodos de crecimiento, incluso buenos salarios aunque el subdesarrollo prevaleció y se profundizó, pero con de pronto, empresarios del norte del país fuertemente involucrados con el capital trasnacional, impulsaron su propio modelo de desarrollo y después del fraude electoral del 1988 proceso se generaron coincidencias entre los intereses de la derecha y la élite neoliberal en el poder. Para que con el asesinato de Luis Donaldo Colosio, el surgimiento zapatista y las crisis económica de 1995 se puso en las cuerdas al régimen autoritario.
De modo que detalló, llegó la transición y se acotó al presidencialismo, sin contar que ya se había logrado quitar el control sobre proceso electoral y el presidente perdió la conducción de la política monetaria. En 2000, algunos consideraron que había llegado la consolidación de la democracia, aunque por la vía de los hechos es lo contrario.
Es así que a la fecha siguen las tendencias autoritarias del gobierno, y máxime con el regreso del partido hegemónico, pese a que el presidente llegó con 19 millones de votos de una lista nominal de 80 millones y para gobernar a 120 millones de personas.
Por lo referido, el catedrático de la UAZ concluyó con la premisa de que se observa una refuncianolización del presidencialismo autoritario, donde se tiene el control de facto sobre los gobiernos de los estados como el caso de Michoacán y ahora el control de otros partidos con el Pacto por México.
