■ El libro se compone de 64 relatos, situados en el contexto de cualquier ciudad cosmopolita, confiesa
■ La Ilíada, de Homero, es una de las obras clásicas que más ha disfrutado, comparte
El escritor Guillermo Samperio, estuvo de visita en Zacatecas para impartir un curso taller de cuento y presentar su libro Historia de un vestido negro, editado por Fondo de Cultura Económica. Mismo que integra 64 relatos, entre ellos, el que da título al volumen, elegido por ser “el que atrajo más la atención, y en que recrea la vida de una pareja que habiendo llevado una larga vida en común, se desenvuelve entre pleitos y reconciliaciones, y encuentra en un conflicto por la vestimenta, otro más de sus momentos de desencuentro.
Las historias de Samperio en este volumen expresó, se sitúan en el contexto de cualquier ciudad cosmopolita. Quiso en él proponer una unidad de lenguaje y omitir, aunque a veces se entienda que alguna de las urbes sea el Distrito Federal, los modismos y caló “chilangos”.
Reúne en estos relatos lo mismo el realismo y la fantasía en diversidad de historias y personajes.
En Historia de un vestido negro, la parte que expresó, le gustó más, es un “pleitazo” que se da a la par, del de los protagonistas, entre ropajes, al animarse éstos al interior de un clóset.
El conflicto se desencadena a partir del cansancio que el hombre, quien se desempeña como escritor, tiene, de ver a su mujer siempre vestida de negro. Al pedirle que para la presentación de un libro lleve un atuendo colorido, todo se complica al aparecer, contrario a su promesa, enfundada otra vez en tono de luto.
Luego vendrá el episodio de las vestimentas coloridas y las negras peleando en el armario y un final inesperado.
Guillermo Samperio comentó, éste es uno de sus libros escritos de manera sucesiva al darse cuenta hace años de que padecía un problema de memoria, que se ha venido agudizando.
Refirió al respecto de este tema que de manera reiterada regresa por ello a encontrar hallazgos, al releer el que considera “su libro”: La Ilíada, de Homero. Al que consideró hasta sus “veintitantos” años de edad, el mejor de todos cuantos había leído.
Después de escribir entre seis y siete volúmenes de cuentos en poco más de diez años recientes, comentó, actualmente solo escribe ensayos para el portal de noticias Sin embargo.
Para Guillermo Samperio, quien comentó que a pesar de haber sido un lector precoz, jamás imaginó que se dedicaría a escribir, hacerlo lo hace sentirse feliz, “es como si tuviera un infante que pervive dentro de mí”.
Justo cerca de su infancia se encontró con la obra de Homero, a la que sólo se le pueden agregar dos o tres libros clásicos más dijo, entre ellos alguno de Shakespeare, otro autor que le deleita.
Sus problemas de memoria le han enfrentado al olvido del fundamento de la Ilíada, y por ello además del gusto a volver siempre a él para encontrar “cosas que estaban perdidas”.
Refiere con emoción su encuentro como lector con el episodio que relata el momento en que los aqueos se encuentran cercados contra el mar por los troyanos. “Entonces matan al gran amigo de Ulises y él entra a la guerra de nuevo y cambia todo. Los aqueos se recuperan y hacen recular a los troyanos” hasta su territorio.
De la Odisea expresa el encanto que le implica el relato en que aparecen las sirenas, “que encantan a los marinos y el protagonista se hace amarrar para poder cruzar y oir ese canto…”
“Para mí esos dos libros son como mis libros preferidos, a veces he dicho que son los mejores de Occidente. Y luego Shakespeare que me encanta también…”
Una deficiencia bioquímica le obstaculiza la memoria, “hace un poco más de 10 años dije, después va a ser muy difícil escribir, entonces escribí en este lapso como unos seis o siete libros”.
Los talleres de cuento, otra actividad que ha marcado su vida, y en la que ancla su nacimiento como autor, siguen dándole satisfacciones, el que impartió durante la semana pasada en Zacatecas a invitación del Área de Arte y Cultura de la UAZ, expuso, “estuvo nutrido y todos lograron escribir”.
De este género comentó como particularidad, siempre tiene una parte visible y una oculta que se va madurando a través del relato, “por eso al lector le gusta el cuento, porque no sabe por dónde va a saltar la liebre”.
Sobre Zacatecas, ciudad a la que no volvía desde hace más o menos 15 años, dijo, “me encanta. Es una de las ciudades más bellas de México y yo diría de América Latina y hasta del mundo. Los mexicanos no sabemos la riqueza arquitectónica y humana que hay en Zacatecas. Y me dio mucho gusto volver a caminar sus calles…”
