10.8 C
Zacatecas
viernes, 29 marzo, 2024
spot_img

Tortas japonesas

Más Leídas

- Publicidad -

Por: HERÓN EDUARDO DOMÍNGUEZ • Araceli Rodarte •

Si bien la comisión de errores es humanamente inevitable, facultad de sabios es enmendarlos, y aunque resulte infrecuente también de grandes estadistas, como evidencian los casos de Julio César, Napoleón y Cuauhtémoc Gutiérrez, por sólo mencionar algunos.

- Publicidad -

El fin último del poder,  según  muchas generaciones hemos podido constatar, consiste en el goce de todos los privilegios posibles, incluido el de salir de pobres de una vez y para siempre por parte de los estadistas, y sus numerosas familias, que además de los parientes, consanguíneos o no,  incluye compadres, amigos y amigotes, y desde luego, vecinos; lo que  puede fácilmente comprobarse visitando cualquier oficina gubernamental.

Lo que  menos al estadista debe  importar es la calificación de  dichos parientes, amigos y hasta vecinos sino su  eterna gratitud; y  las cosas así cuando alguno de ellos ha sido particularmente  inepto en sus desempeños, carecido de clientela e incluso si por  celo excesivo hubiese vergonzosamente sido echado de alguna institución mejor que mejor; ya que todo ello no hace sino acrecentar el adeudo del pobre infeliz con su “palanca” o protector.

Lo que en manera alguna conviene hacer es que subordinado a alguno de estos allegados, telillas del corazón, se nombre algún profesional, y si por encima resulta  competente y hasta honrado  menos aun,  pues amén de no sentirse en deuda  a lo peor hasta resulta independiente, su único posible beneficiario sería el público y debe por lo tanto, cuanto antes, parar.

Más vale, así pues, tarde que nunca, y  para decirlo con  una  metáfora episcopal:   la voz que desentona en el coro debe irse con su partitura a otra parroquia. Amén.

Continúa Michoacán en los encabezados, si bien Tamaulipas empieza a recuperar terreno. Exigen los inconscientes pobladores de este último estado, a Egidio Torre Cantú, poder vivir sin miedo, sin tomar en consideración los prioritarios compromisos internacionales; que el pobrecillo del gober no se manda solo y lo último que haría sería obedecer a los ciudadanos; y que todo parece indicar que la “guerra contra el crimen” fue “pactada” a veinte años,  por lo que mínimamente faltan diez. Ni modo. ■

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -