Michoacán está ubicado en una zona geográfica envidiable que resulta estratégica para el comercio internacional. Rica en productos agrícolas, maderas preciosas y minerales, esta región, como se sabe ahora, ha sido fieramente “resguardada” por “empresas templarias” que han echado raíces en el negocio de la droga, la madera y la minería al exportar millones de toneladas de hierro al mercado asiático.
Hace más de un año, surgió ahí un nuevo alzamiento armado. No se trata ya del mismo grupo rebelde que declarara la guerra al salinatoun primero de enero, como tampoco de las policías comunitarias guerrerenses. El nuevo grupo es conocido como Autodefensas y surgió el 24 de febrero de 2013 para enfrentar con las armas en la mano al cártel de los “Caballeros Templarios”.
Las Autodefensas–surgidas de la desconfianza en la capacidad y voluntad del Estado mexicano para resolver los problemas de la región– son, a juicio de su mismo pueblo, una forma emergente de organización social y la mejor respuestapara contrarrestar la fuerza del narcotráfico en aquella región que el aparato estatal no quiso o no pudo enfrentar. Dada la confabulación de los tres niveles de gobierno con los narcotraficantes, estos grupos no tuvieron otro camino que el de tomar en sus propias manos la seguridady el destino de sus comunidades.
Algunos analistas (de manera ingenua o deliberada) quisieron ver desde un principio que el alzamiento de las Autodefensas era una maniobra federal que emulaba el caso colombiano. Pero las operaciones y la situación actual de estos grupos nos dicencuan alejada estaba esa versión de la realidad: “Mientras los paramilitares colombianos quieren afirmar el poder de los terratenientes sobre los campesinos, en México las autodefensas quieren acabar con la violencia, las violaciones, los saqueos, la tala de bosquesy la eliminación de las conquistas históricas de la reforma agraria realizada por el gobiernodel michoacano Lázaro Cárdenas”. “Los paramilitares colombianos son ejércitos de mercenarios maniobrados por la mano oculta del poder capitalista que luchan contra los campesinos; las Autodefensas luchan en cambio contra una fuerza moderna y trasnacional -la de la droga- apoyadas por su pueblo y bases campesinas (Guillermo Almeyra, La Jornada).
Una de las conquistas más claras de las Autodefensas, es la de haber redistribuido a las comunidades campesinas las tierras que los narcos les habían robado. Esto pareció no solamente molestar a los “Caballeros Templarios” sino también al propio Gobierno Federal que lanzó una ofensiva para desarmar, desmovilizar, desacreditar y desaparecer a estos grupos. La dinámica y autonomía local del movimiento armado, preocupó a un Estado central que vio en aquel, los inicios de un poder popular y hasta la posibilidad de un levantamiento social general en Michoacán que podría extenderse y contagiar a otras regiones del país.Se puso en jaque al régimen de tal forma que pronto se dio a la tarea de ocultar la situación soltando una campaña para confundir a la opinión pública y emplazando a los grupos de Autodefensa a deponer las armas. El 10 de mayo fue la fecha prevista pero el sainete mediático terminó en una orquestada división de la resistencia armada. No hubo desarme pero la sociedad mexicana fue testigo de las “mentadas”que saturaron las redes sociales.
El comisionado para la Seguridad de Michoacán –Alfredo Castillo- tomó protesta a 250 elementos de la nueva Fuerza Rural y les entregó armas de alto calibre y uniformes similares a los de la Policía Federal. “El mismo infierno, pero con otro diablo” comentaría una señora presente en aquel acontecimiento.Estanislao Beltrán, líder visible de la “Rural” diría jactancioso: “tenemos ya un compromiso, somos gobierno”… Pero lo que no sabe este “Papá Pitufo”, es que al oficializarse, “al ser gobierno”, los nuevos Rurales de los que ahora forma parte se han separado de las bases de apoyo que daban vida y nutrían la organización popular… Lo que se avecina entre Rurales y Autodefensas es de pronóstico reservado.
La intención del gobierno ha quedado clara: desaparecer los grupos de Autodefensa. Por eso la conversión “rural”ocurrió solo días después de que el doctor Mireles fuera destituido como vocero y líder del grupo y de que este hiciera público su emplazamiento a Peña Nieto para sostener un diálogo abierto en los medios y discutir la situación michoacana. Este hecho y la actitud firme y autónoma del doctor con respecto al Estado, siempre molestó a las autoridades a tal grado que ahora es investigado por una presunta responsabilidad en la muerte de cinco personas…
Ya se verá, pero un problema social tan complejo no puede resolverse desde el derecho penal ni con la fabricación de acusaciones insostenibles.Mientras tanto, el líder de las Autodefensas -Dr. José Manuel Mireles-,el poeta Javier Sicilia y el padre Alejandro Solalinde, han proyectado realizar un foro en su apoyo y para la creación de nuevos grupos en todo el país, esto es, la formación de un Frente Nacional de Autodefensas de expresión ciudadana,que exija al gobierno detener la violencia y la inseguridad que están socavando la vida del país… ■
