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miércoles, 24 abril, 2024
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Preocupación o Demagogia

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Por: ALFREDO SANDOVAL ROMERO •

El pasado fin de semana estuvo en Zacatecas, la secretaria de Desarrollo Social del Gobierno Federal, y realizó un pronunciamiento ¿preocupación o demagogia?

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Veamos, la demagogia consiste en el discurso vacío y falaz, es decir, a la argumentación que trata de convencer a un determinado número de personas sobre un tema en específico, pero sin tener fundamento real alguno que sustente dicho testimonio.

En un ambiente festivo y pomposo, la secretaria de Desarrollo Social y el gobernador del estado anunciaron la inversión de poco más de mil 100 millones de pesos para abatir la pobreza en Zacatecas.

Señalaron ambos, que por instrucciones del Presidente de la República, en Zacatecas esperan levantar bandera blanca en relación con la lucha contra la pobreza extrema y alimentaria, ya que dicha inversión impactará de manera directa a 115 mil zacatecanos en tres ámbitos diferentes, y es aquí donde desde mi punto de vista comienza la demagogia.

Como si por instrucciones de un gobernante se pudieran borrar de golpe y porrazo la pobreza que ellos mismos generaron durante sus primeros setenta años en los que pudieron generar riqueza en nuestro país, y sin embargo, lo único que generaron fue un México subdesarrollado, con una inequitativa distribución de la riqueza, y como consecuencia, millones de mexicanos en pobreza extrema.

Sin embargo, dicha pobreza se acabará, porque así lo instruyó el Presidente de la República, y por tanto, sus indicaciones se tienen que acatar.

Hace algunos meses, cuando se anunciaba el programa punta de lanza de Gobierno Federal, me preguntaba si el programa representaba en sí mismo un programa asistencialista o un programa social.

Señalaba la diferencia muy clara entre lo que es un programa asistencialista que  son aquellos que ponen a disposición del ser humano, lo necesario para cubrir sus necesidades del momento, los que le generan un “bienestar” momentáneo o pasajero, y que una vez que se le termina dicho apoyo, regresa al estado en que se encontraba antes de obtener dicho apoyo, es decir, con la misma necesidad.

Estos programas, lo único que generan es una situación de clara dependencia del ser humano, con aquella institución que le brindó su apoyo.

Al menos a mí en lo personal, así me parece que está encaminado dicho programa, ya que no se plantean políticas transversales para desde varias ópticas atacar el problema severo de pobreza.

Por su parte un programa realmente de corte social provienen de políticas públicas con objetivos determinados, encaminados a reducir la pobreza, que el ser humano adquiera capacidades que le permitan generar igualdad de oportunidades, abatir la marginación y el rezago de grupos sociales vulnerables.

Es decir, generar oportunidades para que el ser humano mejore su calidad de vida, elevando sus niveles de ingreso, la generación de un patrimonio digno y una protección social adecuada, en pocas palabras, que el ser humano resuelva por sí mismo sus necesidades.

La verdad, no me gusta mucho repetir la historia, sin embargo, la visita de Rosario Robles, me pide a gritos que retome lo dicho ya hace algunos meses.

A los mexicanos se nos olvida muy fácil la historia.

Somos gente noble que en verdad lo único que buscamos es lograr las condiciones necesarias para tener una mejor calidad de vida.

Setenta años de gobiernos del PRI, fomentaron en la sociedad mexicana, sobre todo en los grupos más vulnerables, una clara dependencia entre los gobernados y el gobierno.

La preocupación del PRI en los años pasados y debo decirlo también en los actuales, no es resolver el problema de la distribución inequitativa de la riqueza de nuestro país.

La preocupación del PRI, es mantener cautivos los cotos de votos que le pueden generar programas asistenciales como los que nos anuncian con bombo y platillo, eso, amigas y amigos, está más claro que el agua.

Sigue el programa sin tener reglas y objetivos claros, y a eso se le llama opacidad, y a que me refiero, simple y sencillamente a que se anunció en un principio que se tomarían en cuenta dos municipios de la entidad y ahora resulta que a mitad del año, el número de municipios en los que se aplicará el programa aumento a más de treinta.

Y ello no significa que no lo necesiten, no quiero decir eso, lo que señalo y seguiré señalando en que no tiene reglas de operación claras del porque se aplica donde se aplica y a quienes está realmente dirigido el programa.

Y no sólo eso, el asistencialismo se observa en la manera en que se está manejando dicho programa. Y no es que le cueste al gobierno el presupuesto destinado para ello, la verdad es otra, nos cuesta a cada uno de los mexicanos que pagamos nuestros impuestos, nos cuesta a cada uno de los mexicanos nacidos en éste país, porque la deuda ha aumentado cifras alarmantes desde que llego nuevamente el PRI a Gobierno Federal.

La verdadera democracia no se encuentra en engañar al pueblo con programas que le resolverán un problema añejo por unos cuantos meses.

La verdadera democracia se encuentra en generarle a los seres humanos que vivimos inmersas en ella, las condiciones necesarias para salir adelante nosotros mismos, una democracia participativa.

Mientras sigamos creyendo que por la simple declaratoria de un Presidente de la República, la pobreza se acabará, seguiremos viviendo en un México con políticos demagogos, que solo buscarán solucionar sus problemas personales o de grupo.

¿Preocupación o Demagogia?

Desde mi muy personal punto de vista, el PRI seguirá actuando desde Gobierno Federal con un discurso demagógico, falaz y vacío, por supuesto, ustedes tendrán al final la última opinión. ■

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