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sábado, 20 abril, 2024
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Poniatowska se reúne con estudiantes en la Universidad de Alcalá

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Por: La Jornada •

Alcalá de Henares. Con una amplía sonrisa e infatigable a pesar de la abultada agenda que tiene estos días en España, la novelista mexicana Elena Poniatowska se reunió con estudiantes en la Universidad de Alcalá de Henares, en el recinto que ayer sirvió de escenario para que se convirtiera en la cuarta mujer en la historia en ser reconocida con el Premio Cervantes.

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“El México de ahora es inferior a su pasado”, aseguró la también articulista de La Jornada, quien también recordó la brutalidad del régimen priista que gobernó México durante la mayor parte del siglo XX y que perpetró la masacre de estudiantes en la Plaza de Tlatelolco, en 1968, y que ella misma denunció en su mítico libro La noche de Tlatelolco.

Poniatowska regresó a la Universidad de Alcalá, en esta ocasión no para reunirse con los Reyes de España ni para ser el centro de las miradas de un selecto auditorio de escritores, empresarios, dirigentes políticos e intelectuales. Ahora regresó para platicar con estudiantes y catedráticos, con quienes entabló una conversación desenfadada y ágil, en la que lo mismo se refería a las obras literarias que tiene en curso que a denunciar la escasa -o nula- aportación de los diplomáticos mexicanos para elevar el prestigio y el bienestar de nuestro país.

Y compartió con este corresponsal sus sensaciones un día después de recibir el galardón y convertirse en el centro de atención del mundo hispano. “Estoy muy emocionada, muy agradecida. Camino por las calles y la gente me abraza, me saluda. Ahorita me encontré a un montonal de niños. Ha sido muy bonito. Yo no esperaba nada, así que es inédito esto que me ha sucedido y me llena de alegría. Fue una jornada muy intensa y muy bonita”, explicó.

En lo que fue la conversación con estudiantes, la autora de Tinísima adelantó que actualmente trabaja en dos proyectos de novela; uno sobre la historia de su familia, los Poniatowski, que arranca desde una carta de amor escrita a Catalina la Grande; y, la segunda novela, sobre Lupe Marín, tras descubrir -según explicó- que “era una mujer mala, una mala madre y que como personaje resulta muy atractivo”.

Precisamente el personaje de Lupe Marín, quien fue esposa del pintor Diego Rivera -con el que tuvo dos hijos- le servirá a Poniatowska para “revivir una época de un México que ya no hemos vuelto a conocer. Porque ahora nuestro México es inferior a su pasado en lo que se refiere a arte, quizá no a pensamiento, pero sí a lo que podríamos darle al resto del mundo”.

La escritora también elogió la labor de los catedráticos y la sociedad civil para el estudio y la elevación del prestigio de México frente a la clase política y los diplomáticos: “Los catedráticos mexicanistas que están en Estados Unidos y en Europa son una migración extraordinaria que pone a México en muy alto nivel y que por desgracia no lo han podido hacer los embajadores de México en los países en los que están destinados”.

Poniatowska también recordó, a pregunta de una joven alumna, la masacre de Tlatelolco, que, a su juicio, demostró la brutalidad de un régimen que fue capaz de asesinar a miles de jóvenes. “Matar a un joven es lo más espantoso que hay”, si bien -añadió- “ese movimiento estudiantil sirvió para hacer un México más contestatario y rebelde”.

Poniatowska estuvo acompañada por el rector de la Universidad de Alcalá de Henares, Fernando Galván, quien destacó que la escritora mexicano “es uno de los premios Cervantes de más amplío espectro”. También participaron las académicas Raquel Serur, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Rosario Alonso, de la Universidad de Salamanca y Sara Poot-Herrera, de la Universidad de California.

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