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viernes, 29 marzo, 2024
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Bordando ideas sobre la transición del romanticismo al postromanticismo

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Por: RICARDO BERMEO •

Para entendernos, quizás, puede ser conveniente, a modo de ejercicio para dar inicio a una efectiva puesta en común del tema elegido, responder -juntos- algunas preguntas, libre -y reflexivamente-. Pensando, sobre todo, en las prácticas –en lo que hacemos-, y fijándonos, al responderlas, mucho  menos, en lo que profesamos como valores,  más o menos compartidos. Si nos dejamos llevar por lo conceptos, representaciones, (del orden del discurso), entonces,  contestaríamos según los estándares del amor romántico, aun prevalecientes. Nos encontramos en un nuevo territorio amoroso, en confluencia perversa con una escalada de violencia sin fin. No existen respuestas “correctas”, ni estándares, ni una nueva “normalidad”, ni forzosamente, tenemos que llegar a ser postrománticos. En este cuadro trazado, es esencial, recordar que, un número significativo  de seres humanos; enfrentan procesos de destrucción personal; viven condiciones adversas; fracasan ante las pruebas, que forman parte de la vida (en la sociedad que somos -injusta y desigual-), esas pruebas existen –también- en el ámbito de la vida amorosa y de la sexualidad. Lograr una experiencia social exitosa, en el ámbito íntimo, es muy difícil,  con las “cartas marcadas” (-para decirlo así-). Las consecuencias, del fracaso en la realización afectiva y sexual, no siempre son leves, o benignas. Muchas veces (lo sabemos) pueden traducirse en acciones de una crueldad que consideramos monstruosa; vinculémoslas  –claro- a la “materialidad” constituida por las condiciones que hacen posible -o imposible- esas realizaciones personales. No olvidemos, que, en esta sociedad, hay condiciones socialmente establecidas, que permiten solventar con mayor o menor nivel de dificultad, esas “pruebas”, trabajo, salario o ingreso, capacidad adquisitiva, inteligencias múltiples, etc., no contar con esas condiciones, puede ser no solo inhabilitante, conlleva estigmatizaciones, que -eventualmente- desembocan en la destrucción de los demás, y del propio “sí mismo”. Si bien, el panorama, es más complejo, no recurriré a la teoría de la represión sexual, etc. (o, soluciones a la Wilhem Reich).  Preguntémonos básicamente… ¿de qué manera asumir que algunos de los males que padecemos, hunden sus raíces, en esas dificultades afectivas y sexuales, (psicoanalíticamente: volitivas, intelectuales, psicosociales)? Entre las condiciones para la reconstrucción del tejido social  ¿Podemos incluir prácticas como las del sexo hipster? donde se experimenta de todo, hay goce  (donde hay dos caben tres), no hay represión. Pero, (aunque los sexhipster, no lo excluyan), esas prácticas, no configuran -por sí mismas- un movimiento de autoinstitución explícita de la sociedad que somos. Vivimos una crisis  civilizatoria. De ahí, también que sea pertinente  plantearnos, cómo podemos construir modos de vida vivibles, donde el amor no nos pseudo-individualice (aún más: casa, trabajo, pareja, familia), sino que nos impulse a crear nuevas formas de comunidades afectivas, ciertamente complejas.

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Bienvenido los desacuerdos. Exploremos, ahora, en nuestras respuestas, la visible dicotomización, entre las nuevas prácticas (postrománticas), y las creencias (románticas), para ir tomando conciencia del modo en que el amor romántico pierde eficacia, (o ¿la recobra, cómo refugio en un mundo despiadado?), interrogándonos así, sobre figuras de la afectividad y de la sexualidad, que nos permitan ir más allá:

1.- ¿Qué piensas sobre la posibilidad de defender una sexualidad recreativa y no sólo reproductiva, como elemento fundamental del amor?

2.- ¿Qué piensas de la distinción entre un tipo de fidelidad “carnal” (cómo cada vez menos  aceptada), y un tipo de fidelidad “espiritual”?

3.- ¿Qué piensas de que se está dando una progresiva desaparición del ritual del cortejo?

4.- ¿Qué piensas de la no obligatoriedad de establecer  vínculos civiles y religiosos en la pareja?

5.- ¿Cómo crees que pueda lograrse una mayor igualdad entre ambos sexos?

6.- ¿Junto a otros factores clave, las prácticas afectivas y sexuales de la sociedad actual, pueden coadyuvar a reducir la violencia?

7.- ¿Cómo crees que puedan desestigmatizarse las relaciones homosexuales?

8.- ¿Qué significa para ti, el fin de la hegemonía de las relaciones heterosexuales?

9.- ¿Qué piensas del abandono de la idea de que el cuerpo de cada uno es propiedad del otro?

10.- ¿Qué significa que el hombre pierda la capacidad de iniciativa en las relaciones afectivas y sexuales?

11.- ¿Qué piensas de la igualdad de los esfuerzos, en las tareas domésticas, entre la pareja?

12.- ¿Cómo podríamos vivir con los niños nuestros y de los otros, de otra manera, y redefinir la función educativa, sin separarla (escuela) de la vida social?

 

Tomadas del modelo postromántico de Ulrich Beck. La utilidad de reflexionarlas colectivamente, se deriva de la  idea que  el ámbito íntimo, no es en absoluto secundario, es parte –fundamental-, junto a otros factores, de una transformación antropológica, necesaria (del propio y múltiple ser); no solo requiere la “materialidad” de condiciones… ingresos, etc., nos implica a cambiar emociones, afectos, miedos, sexualidad; luchar –compartiendo todas esas tareas- tiene sentido si queremos construir un mundo común, frente -y contra-  su vertiginosa destrucción en curso. ■

 

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