■ Realizan charla con motivo de los 100 años del natalicio del premio Nobel de Literatura
■ En sus escritos no influye la imagen “chocante” de él por vincularlo con televisora, dice
En México hay un gran problema con la obra de Octavio Paz al haber más interés en su actuación política que en su obra poética o estrictamente literaria; cuando fuera del país se invierte la regla, dijo Juan Horacio Garibay parafraseando a Anthony Sataiton. Esto durante una charla con motivo de los 100 años del natalicio del ya fallecido premio Nobel de Literatura.
Garibay, académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), como estudioso del escritor participó del programa convocado por el Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) y en el patio del Museo Zacatecano impartió la conferencia, Poeta e historia: Octavio Paz.
Destacó cómo en México, y sobre todo en los festejos enmarcados en el centenario de su nacimiento, la atención se centra en su última etapa de un vínculo muy cercano al salinismo y priísmo, pero se olvida toda su trayectoria como escritor.
De ahí que el académico que desde hace años lo estudia de manera sistemática al haber sido el proyecto de doctorado presentado en la Facultad de Filosofía de la UNAM, evita analizarlo desde el punto de vista de la política, sino desde su obra crítica, en el entendido de que Paz era más un pensador que un poeta, en todo caso es un poeta moderno con una preocupación filosófica e histórica, las cuales desarrolló en la poética, teoría del arte o estética, la sexualidad y la sicosocioantropología del mexicano.
En México casi no se estudia la obra de Paz, la gente está enterada más de “chismes” de su vida que de su obra ensayística. Consideró que las universidades públicas por ejemplo, han sido muy “antipacianas” porque han estado muy vinculadas con la izquierda dogmática, la cual nunca aceptó a Octavio Paz por haber sido un gran crítico del socialismo real. “Como universitario me topé con eso, lo cual me pareció interesante”.
Horacio Garibay considera necesario hacerle justicia a la obra del mexicano, quien también, dijo, en sus últimos años de vida fue muy condescendiente, aunque eso es más biológicamente normal, “no podemos entender cómo nuestros abuelos fueron tan malos con nuestros padres y son tan buenos con nosotros, la gente cuando envejece se vuelve condescendiente”.
Como respuesta a las críticas que se le puedan hacer a Paz respecto de su actuar político, dijo que ello no invalida la solidez de la obra de sus últimos años, por lo menos La llama doble y Vislumbres de la India.
Tampoco influye en sus escritos la imagen “chocante” que se tenga de él por haber estado tan vinculado con Televisa, empresa de la que se tiene la idea de “nefasta” y que si bien, quizás sí lo sea, también se debe valorar los programas que hizo, como un testimonio y ejercicio intelectual de uno de los mejores pensadores de México.
Sin embargo, vincularlo a la televisora le ha perjudicado mucho, de ahí que se preguntó cuáles serán los efectos de tanto homenaje al autor de El Laberinto de la Soledad, porque incluso también se han publicados libros con alguna discusiones “muy torpes e incluso superadas”, cuando en la realidad lo que se requiere es leerlo más.
El académico creyó que quizás deban pasar unos 50 años más para poder leer a Paz sin tanto prejuicio asociado al priísmo y la televisora, ya que incluso con o sin Premio Nobel él hubiera sido igual.
Se pronunció además por tener comunidades de diálogo sobre el autor; en la UNAM hay en torno a la obra de Heidegger, la de Lacan y otros, pero no así sobre la obra de Paz o Alfonso Reyes. Pese a que se debe mirar más a esos pensadores que dieron mucha identidad intelectual a México y mediante ese ejercicio sería como mirar a nosotros mismos.
Sobre la vida de Paz, Garibay finalmente agregó como poco se habla de que en 1937 estuvo en plena Guerra Civil Española, aunque los biógrafos estrictos no lo mencionan, sí comentan cómo quiso enfilarse en un frente pero lo convencieron de que mejor escribiera.
Además su naturaleza fue belicosa porque su abuelo participó en la Intervención Francesa a lado de Porfirio Díaz y su padre fue muy cercano a Emiliano Zapata. Lo cual evidencia, venía de una tradición de poca paz por contrario muy bélica”. Además nación en 1914 cuando surgió la Primera Guerra Mundial y seguía presente el conflicto civil en México.
