■ El documental Estanislao Noriega, una historia que cantar fue realizado por Edín Alaín
■ Salaverna, aún en espera de saber si será finalista para la competencia por un Ariel
ALMA RÍOS
El onceavo documental realizado por Edín Alaín Martínez y segundo producido al alimón con Esaúl Arteaga Domínguez, Estanislao Noriega, una historia que cantar, fue seleccionado para participar en el Festival Tajín 2014, evento que se realizó en Papantla, Veracruz, el 20 de marzo.
“Es un festival muy importante. No tenía idea de las dimensiones de este festival. El festival presume mucho de traer selección de documentales, sobre todo material de Sudamérica, Centroamérica y entre otros países europeos Francia. El festival se está esforzando por hacer una amplia selección de documentales internacionales”, añadió Martínez.
La cinta fue propuesta por el propio realizador para insertarse en esta muestra y aceptada por un comité de selección. Este es el segundo año que se realiza en el seno del Festival Tajín, la muestra de documentales El Cine en la Cumbre, que en esta emisión incluye 56 películas nacionales y extranjeras.
La cinta zacatecana fue referida por su director como “ambiciosa temáticamente” ya que aunque aparentemente trata sobre un grupo de música y un persona que compone corridos y rescata la música de su pueblo, aborda además la lucha agraria de 1975 en Trancoso, Zacatecas, el vínculo que tuvieron los universitarios de la Autónoma de Zacatecas en ella y el desarraigo de la tierra del campesino, que marginado por las políticas gubernamentales se traslada a las ciudades para sobrevivir, en este caso mediante la albañilería y la música.
“A mí lo que me dejó, fue entender a muchos de esos personajes que vemos aquí en (la ciudad) Zacatecas que son campesinos y que decimos ¿por qué llegó a esa situación ese señor, por qué no está en su lugar trabajando su parcela, produciendo? Y este corto y la vida de Tanis como campesino me ayudo a entenderlo”.
Las razones por las que en principio le atrajo la historia de Estanislao Noriega, agregó, fue justo la música de este compositor oriundo de Trancoso, Zacatecas. “Me atrapó la música de Estampa Norteña porque las piezas que yo escuché eran sobre la vida de Tanis, estaban contándome una historia a través de la música y dije bueno, pues sí hay que hacerlo porque creo que aquí hay algo interesante que aportar”.
Antes de viajar a este festival que cumplió ya 15 años, para presentar su cinta, comentó para La Jornada Zacatecas, “voy contento porque se proyecta en un espacio relevante y lo va a ver un público muy diferente al del norte del país”.
Añadió sobre otro de sus documentales Salaverna, mismo que refiere la problemática de esta comunidad de Mazapil frente a la presencia de la minera de Frisco-Tayahua de Carlos Slim, que aún está en espera de saber si será finalista para la competencia por un Ariel este 2014.
En este momento se encuentra entre las 19 seleccionadas con posibilidades pasar a las cinco finalistas que aspirarán a este reconocimiento, el más importante otorgado en el país a las producción fílmica.
Sobre Estanislao Noriega, una historia que cantar, añadió que ha “empezado a correr rápido” y está propuesta para otras muestras de cine. En Zacatecas será exhibida en Cineteca Zacatecas dentro del Festival Cultural Zacatecas 2014.
Esaúl Arteaga, docente e investigador de la Unidad Académica de Artes, productor de esta película, destacó el carácter internacional del Festival Tajín y manifestó acerca de la inserción de la misma “que nos da mucho gusto porque eso le da trascendencia al trabajo que se ha venido realizando de unos años para acá en el ámbito del rescate de la difusión de la música tradicional zacatecana”.
Recordó que el documental tiene sus antecedentes en un disco que se llamó Cantares de la Revolución Mexicana, que forma parte del proyecto Testimonios Musicales de Zacatecas y donde participa el grupo de Estanislao Noriega, Estampa Norteña.
Y en términos de la filmografía que ha producido, en otro documental derivado de este trabajo de rescate denominado Jaraberos de Nochislán, música del sur de Zacatecas, dirigido también por Edín Alaín Martínez.
El documental que protagoniza Estanislao Noriega tiene un doble sentido identitario, dice, primero para los habitantes de Trancoso, Zacatecas. Pues todo gira en este entorno, pero también porque la historia de este hombre “es una especie de símbolo o síntesis de la vida campesina en nuestro país”.
“Es decir es gente que desde niños se dedicaron al cultivo de la tierra y la crianza de animales. Pero como todos los campesinos pasan una vida de penurias. Entre ellas, la lucha agraria, en la cual se involucró Estanislao en los años 70 en contra de las últimas expresiones del latifundismo en Zacatecas”.
Se creía que la lucha campesina les iba a dar para salir de la “jodidez”, pero a partir de la implantación del neoliberalismo en México y Zacatecas dieron al traste con la productividad del campo, porque a pesar de que se logró la tierra no se resolvió el problema de la productividad, dijo.
Agregó que Estanislao como mucha gente se volvió migrante. Pero en su caso mediante la música da cuenta de toda su vida, su niñez, su lucha individual y colectiva. Y da testimonio de cada una de sus facetas, entre ellas su regreso de los Estados Unidos por amor a la “matria”, tras del cual ahora sobrevive de cantar en cantinas y otros sitios marginales.
“Es una vida que yo digo que es identitaria del desempleo al que arrojan al campesinado en Zacatecas. En este caso mediante su faceta de albañil y de cantante popular”.
