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viernes, 19 abril, 2024
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Unas 250 mil personas en 66 países disfrutarán en vivo de La Met de Nueva York este sábado

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Por: Afp •

Nueva York. Sophie Koch acomoda en la oscuridad un detalle de su vestido de época y se prepara para salir al escenario de la Ópera Metropolitana de Nueva York. La esperan una sala repleta y cientos de miles de espectadores más en cines del mundo entero.

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Junto a la mezzosoprano francesa, en un reducido espacio, se encuentran otros cantantes, una directora de escena, una vestuarista, dos camarógrafos y una docena de empleados que cargan el tronco de un árbol y un banco de plaza para redefinir el decorado del segundo acto de «Werther», el drama de Jules Massenet adaptado de la obra de Goethe.

«Va a haber un montón de gente en movimiento ahora. Quédense donde están y no bloqueen las puertas», advierte momentos antes con cordialidad la directora de escena, que sigue la ópera con el libreto en mano y a través de una pantalla que le muestra a la orquesta.

Koch sonríe, respira hondo y sube una corta escalera de madera. Unos segundos más y la cantante francesa ya se encuentra en el escenario junto al tenor alemán Jonas Kaufmann.

«No hay ninguna otra forma de arte que requiera de manera simultánea una orquesta sinfónica completa, un coro gigante, bailarines, una inmensa cantidad de decorado, un gran número de personajes. ¡Es un ejército artístico!», dice a la AFP Peter Gelb, el director general de la Metropolitan Opera (Met), al hablar de la inmensa y delicada maquinaria en marcha.

Este sábado es un día especial en el templo neoyorquino de la música clásica. En el marco del programa «La Met: En vivo en Alta Definición» («The Met: Live in HD»), «Werther» es retransmitido en directo en 2 mil cines de 66 países, desde París hasta Pekín, pasando por Buenos Aires, Moscú y El Cairo.

«Hoy tendremos entre 200 mil y 250 mil personas mirando esto en directo», explica Gelb en referencia a la iniciativa lanzada en la temporada 2006-2007 con 248 cines en apenas ocho países y que se han convertido en un «gran éxito mundial» con más de 14 millones de entradas vendidas.

Una decena de cámaras de alta definición son las encargadas de llevar a todo el mundo doce veces por temporada la magia de la ópera en vivo. La obra es subtitulada en ocho idiomas (inglés, francés, alemán, italiano, portugués, español, ruso, sueco).

La Met tiene un programa anual de unas 30 obras y costosas producciones -incluyendo varias nuevas cada año- que combinan lo clásico y lo innovador y atraen a miles de turistas además del público neoyorquino.

Los espectadores disfrutan de un espectáculo del máximo nivel en todos los aspectos, aunque pocos saben el trabajo que hay detrás de cada ópera.

En el laberinto de la Met pasan muchas cosas al mismo tiempo y la perfección solo se alcanza por una meticulosa preparación. Si la nueva producción de «Werther» de Richard Eyre comienza a las 13H00 del sábado, la actividad se pone en marcha en varios frentes mucho más temprano, a media mañana. El escenario ya había sido preparado la noche anterior.

«Llegué a las 10H30 para cantar a las 13H00 porque tenía la retransmisión de alta definición. El maquillaje especial para la televisión tarda más de lo habitual y quería estar bien despierta», cuenta a la AFP Sophie Koch, que está debutando en la ópera neoyorquina con esta obra, sin esconder sus nervios por el doble desafío.

Detrás del escenario la soprano estadounidense Patricia Racette, presentadora de la emisión del sábado, ensaya con un equipo la introducción y las entrevistas que hará en el entreacto.

En los largos pasillos, en los que un visitante se pierde casi de inmediato, miembros de la producción circulan con carpetas bajo el brazo y trabajadores se mueven con carros con decorado y vestuario.

«Estos son gladiadores saliendo al escenario y el público, que entiende eso, responde», afirma Gelb para dar una idea del desafío que significan estas retransmisiones para los artistas.

Jonas Kaufmann corrobora esta visión: «Soy un gran admirador de la alta definición. Es un gran desafío. Uno tiene que ser muy creíble», dice.

«Es un estrés enorme porque la menor cosa -si no estamos bien, si fallamos una nota o cualquier otra cosa-, la va a saber todo el mundo», confiesa de su lado más tarde Koch en su camerino.

Todo se controla desde un camión estacionado detrás de la ópera. Sentado junto al director de cámaras, Peter Gelb sigue atento la filmación, los cortes y primeros planos.

Además de los detalles arriba del escenario, la retransmisión permite descubrir secretos de la Met. Por ejemplo que al mismo tiempo que se representa «Werther», otro grupo de cantantes ensaya «La Boheme» de Puccini -en el programa esta semana-, en una sala en el tercer subsuelo de la ópera.

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