Un día 18 de marzo, pero hace 76 años, a primeras horas de aquella noche de 1938, el Presidente de la República, General Lázaro Cárdenas del Rio emitía un histórico mensaje a la nación por los medios masivos de comunicación disponibles en la época; El país vivía aquel año un grave problema de serias y complejas repercusiones, y el Michoacano, “Tata Lázaro” en ese momento tomaba cartas en el asunto de manera firme y serena, enfrentando públicamente a las poderosas e influyentes trasnacionales petroleras de la época, nada menos que sacándole de las garras el patrimonio nacional, el petróleo, que 17 empresas ya venían saqueando desde el Porfiriato.
En su mensaje Cárdenas denuncio la actitud asumida por las compañías petroleras negándose a obedecer el mandato de la Suprema Corte a cumplir la sentencia que las condenó a pagar a sus obreros el monto de la demanda económica que las propias empresas llevaron a los tribunales judiciales por inconformidad con las resoluciones de los Tribunales del Trabajo, trabajadores quienes prácticamente sin derechos laborales, se veían obligados a laborar extenuantes jornadas de sol a sol en precarias e insalubres condiciones, con salarios miserables y hostigados por cuerpos policiacos privados que perpetraron incluso asesinatos, por lo que enfrentando el conflicto de manera inédita hasta el día de hoy, Lázaro Cárdenas asume los costos de expulsar a estas empresas y nacionalizar el petróleo con todas sus consecuencias.
Es de destacar la similitud de circunstancias de aquel momento histórico, el Presidente Cárdenas afirma que: “Se ha dicho hasta el cansancio que la industria petrolera ha traído al país cuantiosos capitales para su fomento y desarrollo”.
Continuó el presidente de origen Michoacano: “Esta afirmación es exagerada. Las compañías petroleras han gozado durante muchos años, los más de su existencia, de grandes privilegios para su desarrollo y expansión; de franquicias aduanales; de exenciones fiscales y de prerrogativas innumerables, y cuyos factores de privilegio, unidos a la prodigiosa potencialidad de los mantos petrolíferos que la nación les concesionó, muchas veces contra su voluntad y contra el derecho público, significan casi la totalidad del verdadero capital de que se habla; Riqueza potencial de la nación; trabajo nativo pagado con exiguos salarios; exención de impuestos; privilegios económicos y tolerancia gubernamental, son los factores del auge de la industria del petróleo en México”.
En cuanto a la labor social de estas empresas se preguntó: “¿En cuántos de los pueblos cercanos a las explotaciones petroleras hay un hospital, una escuela o un centro social, o una obra de aprovisionamiento o saneamiento de agua, o un campo deportivo, o una planta de luz, aunque fuera a base de los muchos millones de metros cúbicos del gas que desperdician las explotaciones? ¿En cuál centro de actividad petrolífera, en cambio, no existe una policía privada destinada a salvaguardar intereses particulares, egoístas y algunas veces ilegales? De estas agrupaciones, autorizadas o no por el Gobierno, hay muchas historias de atropellos, de abusos y de asesinatos siempre en beneficio de las empresas.
¿Quién no sabe o no conoce la diferencia irritante que norma la construcción de los campamentos de las compañías? Confort para el personal extranjero; mediocridad, miseria e insalubridad para los nacionales. Refrigeración y protección contra insectos para los primeros; indiferencia y abandono, médico y medicinas siempre regateadas para los segundos; salarios inferiores y trabajos rudos y agotantes para los nuestros”, acusó Cárdenas del Rio aquella noche de 1938.
Estas palabras pronunciadas hace 76 años retratan de manera inmejorable la situación actual a la que “El nuevo PRI” nos está arrastrando, es claro que el PRI de Lázaro Cárdenas, que expropio el petróleo en un acto de defensa a los trabajadores Mexicanos, cuyos intereses fueron considerados intereses de México, no es el mismo PRI de Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas, quien allana el camino a la entrega del hidrocarburo a estos mismos intereses con una “reforma laboral” que regresa a los obreros a las mismas condiciones de indefensión de hace 76 años.
Además, la Expropiación Petrolera realizada por Cárdenas, inicio un periodo de expansión de la industria, de crecimiento económico sostenido por décadas de más de un 7% anual, de conquistas laborales, de fortalecimiento al campo, y un continuo crecimiento del PIB, todo ello consecuencia directa de la acción del Presidente Michoacano que hoy se conmemora habitualmente, en tanto, desde la llegada de Peña Nieto, que con las “Reformas estructurales” se está trabajando para echar atrás esta expropiación, implementando las condiciones constitucionales y jurídicas para la entrega al gran capital trasnacional de los recursos del país que no pudo transferir en el periodo de Carlos Salinas, (Ahora el titiritero de Peña Nieto), todo ello apoyado con una intensa campaña mediática con abundantes recursos mercadotécnicos, sumiendo al país aún más en el caos que todos los mexicanos enfrentamos día a día.
El PRI de Enrique Peña Nieto está restituyendo a los extranjeros el petróleo y los recursos Nacionales que les fueron expropiados en el 38, incluso algunas empresas que seguramente tendrán de nuevo su tajada, como Shell, Chevron y Amoco son aun las mismas que fueron expulsadas del país, y que en su momento han provocado algunos de los más serios conflictos que aún se viven en el medio oriente por su voracidad. Al PRI no le importa México, lo está vendiendo al mejor postor, lo que ya es claro y evidente para cualquiera, la gran pregunta en este día del primer aniversario luctuoso de la expropiación petrolera es: ¿seguiremos otorgando la confianza indefinidamente a esta camarilla Priista que hoy gobierna así?
[email protected] Coordinador Estatal de Movimiento Ciudadano en Zacatecas
