■ Busca animar a pacientes del Hospital General de Zacatecas, mediante el proyecto Arte-Terapia
■ Los menores internados aprenden a elaborar títeres, juguetes tradicionales, entre otras cosas
El proyecto de Arte-Terapia, que se realiza en el Hospital General Zacatecas, coadyuva a mejorar el estado de ánimo de menores que se encuentran internados en el área de Pediatría.
Cada sábado, Gabriela Rosas Ponce, encargada del taller, enseña a niños a olvidar por un momento la incertidumbre y el miedo de estar en un hospital, a través de cuentos, talleres de pintura, de títeres y de juguetes tradicionales.
“El arte llega a salvar a los pacientes del dolor y de la tristeza en cierta forma. Cuando un niño entra a un hospital, no se le explica cuánto tiempo se va a quedar, cuántas agujas entrarán a su cuerpo, y eso le provoca miedos e interrogantes”, menciona la también actriz.
El programa consiste en el acompañamiento y la atención personalizada a cada uno de los pacientes que se encuentran en áreas como oncología. Cada paciente trabaja en su cama atendiendo las indicaciones de la instructora.
Los menores aprenden a elaborar títeres, juguetes tradicionales, a dibujar, a elaborar pinturas al óleo y figuras de barro. Se les narra cuentos, y a los recién nacidos se les cantan canciones de cuna.
Los menores también utilizan su imaginación para recrear cuentos por medio de una representación teatral, y a construir historias con los títeres que elaboran para crear un montaje donde ellos participan.
Al contar con sólo cinco horas, se evita realizar trabajos muy elaborados o que deban tener seguimiento, pues la rotación de pacientes es constante, y se debe tomar en cuenta sus aptitudes y el tiempo que se utiliza.
Gabriela Rosas expone que este tipo de terapia hace que el menor olvide por un momento su estancia en el hospital, y su realidad de permanecer con angustia e incertidumbre sobre su estado de salud.
A la instructora, los menores le han manifestado que el tiempo que permanecen en el hospital les parece largo, por lo que llegan a aburrirse, a desesperarse, a sentir miedo, a llenarse de dudas y a querer salir de ese lugar, lo cual desaparece cuando toman su terapia de arte.
Dentro de este acompañamiento, el menor puede explotar sus habilidades por medio de la creación, ayudándole a exteriorizar y a expresar de forma artística sus sentimientos sobre su enfermedad.
“El menor puede crear, imaginar, desarrollar sus habilidades a pesar de encontrarse internado en un hospital, puede darle color a sus miedos, dibujar su angustia, expresar su sentir por medio de una obra artística”, dice Rosas Ponce.
Agrega que según estudios, este tipo de terapia con arte ayuda a que el estado de ánimo del paciente mejore y que por ende, el tratamiento médico correspondiente de buenos resultados, sea aceptado por el paciente y pueda comunicarse mejor con familiares y personal que lo atiende.
También ayuda a la interacción entre los mismos pacientes, para evitar que lleguen a aislarse motivados por la tristeza, pues por medio de los títeres y el teatro, los menores socializan entre ellos.
Después de cada ciclo del programa de Arte-Terapia, se realiza una exposición de los trabajos hechos por los pacientes, algunos de ellos se llevan sus trabajos a casa como recuerdo de su estancia en el hospital.
Otros llegan a regalarlos a sus seres queridos, incluso se los dedican a la instructora, se toman fotos de la obra y se invita a los familiares de los pacientes y al personal del hospital a que disfruten la exposición.
El proyecto nació hace cinco años como una propuesta de la artista hacia el Instituto Zacatecano de Cultura (IZC), a través del programa Alas y Raíces, logrando convenir con las autoridades del Hospital General que se llevara a cabo.
Gabriela menciona que aunque este trabajo le da satisfacciones; es triste ver que hay pacientes que fallecen o que no vuelve a ver. “Se siente bien dar algo de ti a esos niños, pero a la vez cada que salgo de ahí me embarga la tristeza de ver que estén en esa situación”, afirma.
Rosas Ponce ha trabajado con títeres desde hace más de 20 años. Oriunda del Distrito Federal, radicó un tiempo en Puebla y posteriormente, con Martín Letechepía, instala una escuela de educación especial en el municipio de Morelos.
Ahí también se utilizaba el arte como terapia, ejemplo de ello eran los talleres de modelado en barro, lo que servía a los alumnos a resolver problemas psicomotrices; asimismo, los títeres ayudaban a los menores que padecían problema del lenguaje.
“El arte alimenta el alma, en una ocasión en que con estos niños hicimos una obra de teatro, recuerdo que un menor que estaba en proceso de rehabilitación para poder caminar, se levantó de su silla para interactuar con los personajes”, comenta la actriz.
Después, entre los dos se dedican a montar obras de teatro, sobre todo de títeres, creando la compañía Hilos de la Invención, con la cual retoman la cultura popular para transmitirla a través de títeres.
Años después, de forma independiente, funda la agrupación Rehilete Azul bajo la misma dinámica de llevar historias, arte y magia a municipios y pueblos alejados por medio de títeres, para que los niños que no tienen acceso a la cultura aprendan más sobre las leyendas y cuentos mexicanos.
Señaló que actualmente es difícil que las nuevas generaciones conozcan las leyendas y narraciones mágicas de nuestros antepasados, pues se ha perdido la tradición de la narración oral de abuelos a nietos.
“Es por eso que buscamos llevar la cultura popular a través de los títeres, como lo son las leyendas, las danzas y las pastorelas, para comunicarlo a la gente de otra forma y que no se pierdan los usos y costumbres de nuestro pueblo”, dice Rosas.
Con su grupo Rehilete Azul, en el cual también participan sus hijos, ha dado a conocer parte de la cultura mexicana y de sus tradiciones en países como Perú y Brasil en festivales internacionales de títere en los últimos años, poniendo en alto el nombre de México y de Zacatecas.
