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jueves, 18 abril, 2024
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Hegemonía a través de la inestabilidad

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Por: GABRIEL CONTRERAS VELÁZQUEZ •

El pasado 21 de noviembre, quien fuera primer ministro en Ucrania, Viktor Yanukóvich, desató una correlación de fuerzas políticas sin precedentes, en aquél país del oriente balcánico. La decisión de suspender las preparaciones de un acuerdo comercial con la Unión Europea, detonaría meses de protestas que mantienen paralizada a aquella población vecina de Moscú.
A la fecha ya se suman un centenar de muertos, entre protestantes y las fuerzas del orden, y se ha girado una orden de aprehensión en contra de Yanukóvich, por favorecer esta suerte de decesos masivos.}

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Esto debido a las (para este autor) incomprensibles leyes “antiprotesta” de diciembre de 2013, donde se criminalizaban las, de por sí, abundantes manifestaciones públicas, y se prohibía a los disidentes usar cascos o máscaras y ocupar edificios públicos.
Como resultado de las incesantes presiones públicas, este fin de semana, el ex primer ministro fue relevado de su cargo, denunciando un intento de golpe de Estado en Ucrania. Intentó dirigirse a Rusia, donde ha contado, desde el inicio de su ministerio, con el apoyo del presidente Vladimir Putin. Sin embargo, la guardia fronteriza detuvo sus intenciones de exiliarse en la potencia oriental.
Recientemente el parlamento ucraniano ha designado a un presidente interino, Alexandr Turchinov, mientras se organizan elecciones emergentes, y se apuesta por perfiles disidentes, entre los cuales, tres son quienes tienen posibilidad de entrar al nuevo gobierno ucraniano: Arseniy Yatseniuk, Vitaly Klitschko, y Oleg Tiagnibok.
La coyuntura que se vive en Ucrania muestra similitudes con el escenario de polarización política y social que coexiste en Venezuela. En el país balcánico, lo que está en juego es el abastecimiento de gas ruso al desarrollo de la Unión Europea (encabezada por Alemania), que permite un crecimiento económico sostenido suficiente para competir con los Estados Unidos. Estas últimas potencias trabajaron en una especie de coalición de facto, que logró desbancar al gobierno pro ruso de Yanukóvich.
La potencia norteamericana, aunque ha intentado mostrar indiferencia y respeto, gestiona recursos políticos y financieros para establecer un gobierno pro occidental. Muestra de ello es el diálogo filtrado en un video en Internet (que no ha sido desmentido por el gobierno americano), donde la secretaria de Estado estadunidense adjunta para asuntos europeos, Victoria Nuland, debatía con el embajador estadunidense en Kiev, Geoffrey Pyatt, sobre cómo facilitar el éxito de la protesta contra el gobierno ucraniano.
Ambos se pronunciaron por apoyar la candidatura de Arseniy Yatseniuk (ex ministro de economía ucraniano, así como de asuntos extranjeros), por encima del carismático ex boxeador Vitaly Klitschko, quien cuenta con el respaldo explícito de la Unión Demócrata Cristiana de la primer ministra alemana, Angela Merkel.

La secretaria Nuland dejaría verlo así: “sería estupendo, creo, para ayudar a soldar esto y tener a la ONU ayudando a soldarlo, y ya sabes, que se joda la Unión Europea.”
Independientemente de la lucha entre potencias económicas, Ucrania evidencia una correlación de fuerzas que busca ampliar las esferas de influencia de occidente sobre oriente. La ex Unión Soviética ha perdido cohesión, y Rusia perdió aliados estratégicos, quienes se refugiaron en la Unión Europea, entre ellos: Polonia, República Checa, Lituania, Letonia, y el más reciente, Serbia.
Las declaraciones de Nuland confirman que el conflicto hegemónico entre la Unión Europea y Estados Unidos es latente, y da pistas del posible cabildeo que realiza el gobierno de su país en las manifestaciones públicas en Venezuela.
El gobierno de Nicolás Maduro ha ofrecido el escenario ideal para el cultivo de las protestas radicales, con el encarecimiento de las harinas y la distribución racionada (a manera populista) de piezas de pan por ciudadano, lo cual atenta directamente a la soberanía alimentaria de aquella nación.
La mala gestión política de la huelga en “Molinos Nacionales”, empresa expropiada al gobierno por Hugo Chávez, propiciaron que 40 por ciento del mercado local que cubre se encareciera en poco tiempo. A la par, con errores burocráticos costosos, las otras empresas no recibieron a tiempo las licencias de importación, ni los certificados de producción de trigo. Cabe subrayar que las harinas no son los únicos productos básicos que escasean actualmente en Venezuela.
Posteriormente, la movilización estudiantil venezolana, exigiendo mayores condiciones de seguridad en diversas provincias del país, propició el fortalecimiento de la oposición encabezada en el joven líder Leopoldo López. Días más tarde, Leopoldo sería aprehendido por cargos relacionados con las protestas del 12 de febrero, y el timón fue retomado por Henrique Capriles, perfil anti chavista bien visto por el gobierno norteamericano en las pasadas elecciones presidenciales.
Las condiciones políticas alrededor del conflicto venezolano encajan con aquellas en Ucrania, donde Estados Unidos apostó por la inestabilidad social para debilitar a Moscú. En México, el gobierno vecino también mostró recientemente su influencia institucional. La detención de El Chapo Guzmán, fue una realidad gracias a la DEA. ■

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