15.3 C
Zacatecas
jueves, 25 abril, 2024
spot_img

Las ilusorias redes del poder político universitario

Más Leídas

- Publicidad -

Por: ROLANDO ALVARADO •

En su libro Las redes imaginarias del poder político, Roger Bartra explica que una “red imaginaria del poder político” es un conjunto de relaciones sociales, ideas e instituciones organizadas de tal modo que su función principal consiste en constituir un espacio alternativo al de las luchas reales, en el que se escenifican luchas imaginarias. Los estratos dominantes, que son los que mantienen la red en funcionamiento, tienen en ella la ventaja, porque una derrota ahí infligida no cambia la estructura de dominación.

- Publicidad -

En la UAZ, pasando a un teatro más interesante para los universitarios y los observadores agudos, la red imaginaria del poder político consiste de los denominados “grupos políticos”, las ideas que propalan y las prácticas administrativas viciosas con las que manejan los recursos humanos y económicos. Toda esta red tiene en una pequeña cúpula, formada por los líderes de los grupos, su sostén porque mediante ella es que se mantiene la estabilidad, la coherencia y la unidad de la Universidad. Pero su fin principal es el capital económico y el prestigio social que de los loables objetivos universitarios se obtiene, manteniendo para ello la situación laboral precaria de la masa de docentes marginales que trabajan mucho, ganan poco y son sometidos a constante enervamiento mediante exigencias delirantes que no redundaran en beneficio de ellos sino de sus dirigentes. De aquí se deriva el porqué se propagan ideas tales como la de la existencia de conspiraciones para derrocar al rector o de una necesaria unidad de todos los universitarios ya que, según se alega, los culpables de la situación son otros, nunca los universitarios. Sin embargo, situaciones como la corrupción generalizada, que involucra a los líderes sindicales mediante convenios lesivos a la masa marginal, el desvío de recursos para campañas electorales fallidas, el exorbitante pago de compromisos asumidos en esas campañas, el endeudamiento excesivo y la ausencia de transparencia en todos los procesos universitarios no son responsabilidad de nadie más que de los que asumen la administración universitaria, que son parte de esa cúpula que toma decisiones erróneas que quiere ocultar mediante la red imaginaria. Un primer paso para eliminar esta red es dejar bien claro que el patrón real y legal de los universitarios es el rector, porque es quién ejerce, de acuerdo al artículo 21 fracción X de la Ley Orgánica de la UAZ, el presupuesto universitario con la venia del Consejo Universitario. Un apego irrestricto a la letra de la citada Ley Orgánica, sin invocar fantasmas, implica que la suspensión unilateral de pagos al ISSSTE contó con la aprobación del Consejo Universitario; i.e. de la mayoría de los directores de Unidades Académicas. Si esto nos queda claro podemos ver que el interlocutor del sindicato no es toda esa burocracia universitaria, ni el gobierno estatal o el federal, sino el Rector, quién por poseer facultades para el ejercicio del gasto es también el titular de todas las responsabilidades derivadas de ello. Por eso es al Rector al que deben hacerse los reclamos. Sin embargo el Rector es el representante de una facción dentro de la cúpula universitaria, por lo que los intereses que representa no son los de todos los universitarios. Los supuestos representantes de la masa marginada y desorganizada de universitarios son los sindicatos; sin embargo al reflexionarse sobre esta idea pronto se descubre el escenario de una paradójica situación: la masa marginal quiere mejores salarios, mejores condiciones laborales, mejor preparación, más libertad de expresión y mayor democracia pero quienes asumen, desde los sindicatos, esta representación son impuestos desde las cúpulas, por lo que asistimos, en cada choque entre el Spauaz y la Rectoría, a una irrelevante discusión entre facciones de la cúpula. Uno de los resultados de esa incapacidad de representación es la poca movilización que logra el Spauaz con sus llamados, y por eso el problema de la apatía de la masa marginal es una constante. Pero si la masa marginal de universitarios toma conciencia de la situación objetiva en la que está sumida se habrá dado un gran paso.

Después de todo, la libertad comienza cuando se toma conciencia de los intereses colectivos que nos agrupan en torno a la ardua empresa de construir el conocimiento. ■

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -