Beirut. El Frente al Nosra en Líbano, considerado un brazo del grupo sirio vinculado a la red Al Qaeda, reivindicó el atentado con coche bomba perpetrado el sábado contra un bastión del movimiento chiita Hezbolá en el este del país, en el que murieron cuatro personas.
Otras quince personas resultaron heridas por la explosión.
En un comunicado publicado en su cuenta de Twitter, este grupo afirmó que el ataque llevado a cabo en la ciudad de Hermel fue una represalia por la implicación de Hezbolá en la guerra en Siria junto a las fuerzas del régimen de Bashar al Asad.
«Llevamos a cabo un segundo ataque suicida contra el bastión del partido de Irán (Hezbolá) en la ciudad de Hermel para responder a sus crímenes cometidos contra nuestro pueblo y su insistencia en enviar más mercenarios para matar al pueblo sirio», afirmó el grupo.
Este grupo había ya reivindicado dos atentados en enero contra bastiones del movimiento chiita libanés.
El ataque del sábado se produjo hacia las 18:25 locales (16:25 GMT) en una estación de gasolina y dejó cuatro muertos y 15 heridos, según un balance del ministro del Interior, Marwan Charbel.
«Hay al menos cuatro muertos y más de 15 heridos, tres de ellos están en estado crítico. Creemos que se trata de un ataque suicida», declaró el ministro del Interior Marwan Charbel al canal de televisión del Hezbolá Al Manar.
La explosión provocó un enorme incendio que perturbó la llegada de los servicios de auxilio.
Las fuerzas de seguridad fueron desplegadas y el sector del ataque fue acordonado después de que los bomberos lograran apagar las llamas.
Esta gasolinera forma parte de una red caritativa creada por Mohamad Husein Fadlalá, uno de los líderes chiitas más importantes de Líbano, fallecido en 2010.
Este es el segundo atentado con coche bomba en Hermel en menos de un mes. El 16 de enero, un coche bomba estalló en esta misma localidad, situada a una decena de kilómetros de la frontera con Siria.
El ataque de este sábado es el séptimo que golpea un bastión de Hezbolá desde que el movimiento chiita envió activistas a combatir contra los rebeldes sirios al lado de las fuerzas del presidente Bashar al Asad.
La embajada estadunidense en Beirut, por su parte, condenó este atentado «terrorista» en un comunicado, reafirmando el apoyo de su país «a las fuerzas armadas libanesas», y llamando a que los responsables de este ataque «sean llevados ante la justicia».
También el secretario general de la Naciones Unidas, Ban Ki-moon, subrayó «la necesidad de lograr que los responsables sean juzgados», según un comunicado de la ONU tras conocerse al atentado.
Para el ministro del Interior sirio, Omran al Zohbi, en declaraciones a la cadena de televisión satelital Mayadeen, «este ataque terrorista, así como los precedentes, sólo benefician al enemigo israelí».
En el plano político, el ex primer ministro libanés Saad Hariri, quien vive exiliado en Francia desde 2011, afirmó en una entrevista estar dispuesto a formar un gobierno precisamente con miembros de Hezbolá.
Este anuncio de Hariri, que dirige la coalición prooccidental y antisiria llamada 14 de Marzo, significa un claro cambio de actitud respecto a sus declaraciones recientes contra Hezbolá, al que a finales de diciembre acusó del asesinato en Beirut de uno de sus consejeros, Mohamad Chatah.
Hezbolá, aliado del régimen sirio, reconoció a mediados de 2013 haber enviado hombres para luchar contra los rebeldes junto a las fuerzas gubernamentales, motivo por el cual sufre represalias en sus propios bastiones en territorio libanés.
