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jueves, 28 marzo, 2024
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Pederastia en Zacatecas

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Por: MIGUEL ÁNGEL AGUILAR •

Ahora que en el mundo y especialmente en México, congregaciones religiosas como los Legionarios de Cristo y Opus Dei quieren pedir públicamente perdón por la pederastia que muchos de sus integrantes y principalmente su máximo líder, (ahora extinto por causas naturales), Marcial Maciel, practicó hasta la demencia, cabría recordar un poco acerca de cuantos sacerdotes, escandalosamente, en Zacatecas, fueron excomulgados, desterrados, obligados al ayuno y a no hablar ni en voz baja y otras linduras no exentas de perdones, omisiones y “arrepentimientos” con tal de continuar con la predicación del evangelio entre los indígenas.

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Y es que la Sala del Secreto del Santo Oficio de la Inquisición en Zacatecas era el terror de siglos, pero con cierta benevolencia con sus sacerdotes, no así con quienes eran delatados por sus familiares o vecinos que sospechaban de conductas diabólicas, y a los que volvían a sucumbir “al irresistible llamado del sexo”.

Tan solo en nuestra ciudad 58 casos fueron denunciados y atendidos de 1711 a 1791, la mayoría de la legión de los Franciscanos, muchos otros agustinos, mercedarios, etc., muchos del famoso Fide de Guadalupe, donde residían numerosos seglares que se aprovechaban de tener contacto con numerosas jovencitas a las que, por ejemplo, el sacerdote zacatecano, nacido en Ojocaliente, Fray José Manuel Pedrajo, “con cada una tuvo tactos torpes y acciones deshonestas del acto carnal”, según reza en uno de oficios acusatorios en propiedad del Poder Judicial de Zacatecas.

Este sacerdote llegó al extremo de sodomizar a mulatos con quienes, después de oír su confesión de detalles íntimos entre parejas “normales”, es decir, marido y mujer, tuvo el incremento de proponer actos homosexuales y la consumación de ellos, lo que le valió el destierro total, el castigo en algunos conventos de la Ciudad de México (en donde reincidió) o de Sonora, en donde jamás se volvió a saber de él.

Algunos de los sacerdotes hacían del confesionario un uso para tener con mujeres “juego de manos”, su casa, en parajes desolados y otros, hasta en el mismo camposanto como el caso de Fray José Oviedo quien tenía una extrema excitación, confiesa, por realizarlo en dicho lugar sagrado.

Por supuesto que muchos de los acusados eran nativos de España, Guadalajara o Puebla, pero muchos otros, nativos orgullosos de Zacatecas. Tenían derecho a abogado, ya sea del Santo Tribunal Novohispano o particulares como el caso del Lic. Pablo de Heras quien defendió a Pedrajo haciéndolo ver “como inocente o ingenuo”.
Y así muchas historias, unas llenas de hilaridad, otras de indignación, las más de estupor. Eran los menos, pues la labor eclesiástica tuvo mártires en todas las zonas zacatecanas, labor educativa y apoyo a la población en desastres, epidemias, agobios naturales y convulsiones sociales.Ya desde la época de la Independencia en donde numerosos sacerdotes fungieron como verdaderos valientes, en la Revolución, en la Toma de Zacatecas, en la Guerra Cristera, etc., temas que serán comentados por este espacio libre y sin ataduras. ■

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