Ante tantos retos de carácter ambiental que tenemos frente a nosotros, es urgente la búsqueda de soluciones y alternativas que nos conduzcan a trazar las acciones que mitiguen los efectos adversos que el cambio climático está generando en todo el mundo; en el estado de Zacatecas por ejemplo, ya hemos experimentado las consecuencias de la extrema sequía en las comunidades del semidesierto, como no se había visto desde hacía más de 70 años; en los Estados Unidos de Norteamérica, las nevadas y temperaturas bajo cero, se remontan a más de un siglo, lo cual es un fiel reflejo de las alteraciones al clima que nuestros estilos de producción y consumo insostenibles han generado en contra del ambiente. Ahora más que nunca, la pérdida de ecosistemas, especies, capa forestal, recursos naturales y la contaminación del agua, suelo y aire, deben motivar la acción mundial ya que el cambio climático ha mostrado su falta de respeto a las fronteras que los países se han impuesto, lo cual amerita una planeación más eficiente de las políticas públicas ambientales, ya no como medidas locales sino como posibilidades regionales e internacionales. Desde el contexto de la Universidad Pública, estoy convencido de que la educación será el elemento central para lograr cambios de fondo, por lo que es fundamental insistir en una educación ambiental para el desarrollo sostenible enfocada al cambio climático, en la que las y los niños y jóvenes estén informados desde preescolar, primaria y secundaria, sobre la vinculación de su vida presente y futura en entornos impactados por el cambio climático, poniendo énfasis en las medidas de adaptación. Al respecto la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), ha señalado respecto al cambio climático que tenemos la obligación de actuar en el plano local mediante una perspectiva dinámica que asocie factores ambientales, económicos, sociales y culturales; para la Unesco, las causas profundas del cambio climático como los modelos de desarrollo económico, la industrialización, la urbanización, el consumo y los estilos de vida, etc.), sus efectos constatados y previstos (mayor escasez de los recursos, afluencia de refugiados, etc.) y los medios que contribuyen a mitigarlo (convenciones internacionales sobre emisiones de carbono, impuestos ecológicos nacionales, programas de sensibilización, etc.) no son de carácter exclusivamente ambiental. La Unesco promueve la educación ambiental sostenible como planteamiento óptimo para hacer frente a las problemáticas asociadas al cambio climático, para tal fin y, con el propósito de hacer una contribución educacional mejorada y más notable a la respuesta internacional al cambio climático, la Unesco está diseñando una iniciativa sobre educación sobre el cambio climático para el desarrollo sostenible, a fin de reforzar y promover el aprendizaje activo y los medios innovadores de enmarcar el problema, de tal modo que cobre sentido en el contexto de la vida diaria de las personas, ayudando a traducir la conciencia pasiva en interés activo y en transformación de las conductas. Por nuestra parte, en la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas, estamos trabajando a través del Cuerpo Académico de Estudios Sociojurídicos en Materia Agraria y Ambiental, en la investigación del conocimiento tradicional con la finalidad de adoptar a nuestra realidad, aquellas estrategias ancestrales que pudieran contribuir a mejorar nuestro ambiente común, de tal suerte, el proyecto que actualmente desarrollamos, pretende establecer los parámetros de una educación ambiental exhaustiva que promueva las relaciones armónicas con la naturaleza; la trasmisión de conocimientos tradicionales para sanar el ambiente y recuperar nuestro sentido de pertinencia natural con el planeta; delimitar las alternativas para un cambio profundo en los estilos de vida consumistas y el rompimiento de atavismos económicos que depredan los recursos naturales; promover el uso de energías alternativas y tecnologías sostenibles para evitar la emisión de los gases de efecto invernadero; promover una reingeniería institucional que logre la utilización de recursos ambientalmente sostenibles y que responda con certeza y eficacia en la aplicación de los recursos públicos. El fin del proyecto es trasmitir el conocimiento tradicional y contemporáneo para generar un cambio de fondo en nuestras actitudes humanas frente a la naturaleza y de esta forma, iniciar el camino hacia la sostenibilidad, a sabiendas de que los tomadores de decisiones no comparten en su mayoría el tema de la protección y mejoramiento del ambiente, sin embargo, le apostamos a la construcción de una sociedad informada y con los elementos necesarios para exigir, por la vía del derecho, acciones posibles y resultados concretos en beneficio de las presentes y futuras generaciones. ■
*Representante de Zacatecas ante el
Consejo Consultivo Nacional de Medio Ambiente de la Semarnat
