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jueves, 25 abril, 2024
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Nueva perspectiva institucional; la académica, razón de ser del Cobaez

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Por: RAMIRO ESPINO DE LARA •

El Colegio de Bachilleres del Estado de Zacatecas inicia sus funciones académicas y administrativas en agosto de 1987, su creación tuvo como objetivo el satisfacer la demanda de educación media superior en el estado, la apertura se dio con apenas 520 alumnos en 5 planteles; este subsistema creció de manera paulatina en su matrícula así como también en el número de planteles, a grado tal que hoy día se cuenta con 40 de ellos y una población estudiantil de casi 16 mil alumnos. Este subsistema es el que cuenta con más alumnado en comparación con los demás subsistemas del mismo nivel educativo existentes, capta 31 por ciento del total de la matrícula estatal.

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Su actividad académica la inició con un Modelo Curricular centrado sólo en el contenido dado que la única exigencia hacia los docentes era que dosificaran los contenidos de la asignatura que impartían, al formato donde sólo se vaciaban éstos se le llamó cronodosificador. El requisito hacia el docente solamente era el que tuviera conocimiento de la asignatura que impartía –no había ningún procedimiento para seleccionarlo-, incluso no importaba el perfil y/o la certificación académica correspondiente; mucho menos importaba el hecho de que pudiese contar con conocimiento de las ciencias auxiliares de la docencia tales como de didáctica y pedagogía, entre otras. La función del docente solamente se centraba en enseñarles a los alumnos sin importar que éstos aprendieran, en consecuencia, la enseñanza de los maestros mataba el aprendizaje de los alumnos; las formas de evaluación eran la de diseñar exámenes con los cuales el alumno manifestaba lo que sabía mas no lo que aprendía; dichos exámenes incluso los consideraba el alumno como instrumento punitivo.

La primera modificación, reformulación o reforma que le hicieron al currículum fue en el año de 1993, la finalidad era que el maestro ya no debía ser el protagonista de la enseñanza sino que ahora sería generador de procesos de enseñanza-aprendizaje, dichos procesos consistían en dejar que el alumno construyera su propio conocimiento –de ahí el nombre de modelo curricular constructivista- utilizando como medio los aprendizajes y como mediador al docente, en consecuencia, que el docente no le enseñaría al alumno para no quitarle facultad cognitiva. Ya no habría dosificación de contenidos sino planeación de los mismos, en dicha planeación se especificaban el contenido, los tiempos, las estrategias didácticas y la evaluación. Las formas de evaluación consideradas en este modelo consistían en diseñar instrumentos de evaluación del aprendizaje con orientación formativa, a diferencia de los exámenes, con este tipo de instrumentos el alumno reflejaba los aprendizajes que había adquirido y, en consecuencia, los conocimientos construidos.
En el año 2008 se implementó un nuevo modelo curricular consecuencia este de la reforma denominada integral de la educación media superior, dicho modelo sigue vigente y centra sus principios en favorecer el desarrollo de competencias de diferente naturaleza en los educandos, la exigencia hacia los docentes y alumnos es mucho mayor que en la de los dos modelos anteriores. La función del docente es más que la de mediar; consiste también en ser un guía y orientador del proceso formativo de los educandos. Esta reforma adquiere relevancia dado que la suscribieron en un marco al que le llaman curricular común, de aplicación a todos los subsistemas de educación media superior; el presente modelo curricular ha generado muchas controversias dado que centra su misión, visión y filosofía en darle una connotación humanista, de formación más por la vía de la educación que de la instrucción. Otro motivo de controversia es que a la fecha no se ha visto cambio sustancial en el proceso, mismo que es una exigencia del propio modelo. La evaluación es más compleja, en un primer momento se requiere de una evaluación del aprendizaje con orientación formativa, posterior a ello, del diseño de instrumentos de evaluación de las diferentes competencias; al diseño de la evaluación le debe anteceder el de planeación, mismo que se torna más complicado pero no por eso más difícil.

En consecuencia, para cumplir satisfactoriamente con los requerimientos del modelo curricular centrado en el desarrollo de competencias, se hace necesario promover lo siguiente: a) generar espacios de reflexión y análisis con el colectivo de docentes en torno a los postulados teóricos que soportan y explican el presente modelo curricular, ello con la finalidad de que el docente configure escenarios adecuados a las necesidades de cada contexto y en aras de dar cumplimiento al modelo institucional, b) darle autonomía al docente para que se instituya como tal, que gestione sus propias necesidades y contextualice sus acciones construyendo su propio proyecto de intervención didáctico-pedagógico y, c) promocionar entre los docentes y desde la institucionalidad a la actualización permanente como un derecho y no como una obligación. En consecuencia, establecer un programa de formación y actualización de forma tal que el docente se vea beneficiado de dicho programa y pueda así ejercer una práctica profesional de calidad y con calidez, válida y valiosa y, lo que es mejor, pertinente y relevante. ■

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