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sábado, 20 abril, 2024
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Factores estructurales, naturales y culturales sumen en la crisis a frijoleros: académico

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Por: RICARDO PIÑA ARELLANO •

■ Los bancos sólo dan crédito a quienes ven con posibilidades reales de pago: Márquez Herrera

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■ Se ha perdido la capacidad adquisitiva de la leguminosa por productos más baratos, señala

La crisis que viven los productores de frijol en el estado de Zacatecas en los últimos años se debe a la falta de atención en los problemas de fondo que atraviesa este sector, comentó en entrevista Armando Márquez Herrera, especialista en temas del campo zacatecano e investigador de Estudios de Género de la UAZ.

El académico señaló tres ejes que generan problemas a los campesinos en el estado: estructurales, naturales y culturales. Refirió que, “los primeros son aquellos que han afectado la estructura productiva como resultado de las reformas estructurales que se han implementado en la economía y en la sociedad mexicana en su conjunto, en el curso de por lo menos los últimos 30 años y cuyos efectos tienden a agudizarse”.

Especificó que la privatización de empresas productoras de insumos agrícolas provocó que varios de estos elementos fueran menos accesibles y más caros para el agricultor.

“Situación similar ocurrió con la desaparición de la banca oficial, pues antes ésta otorgaba a los campesinos créditos para tractores, bombas de agua e insumos para que iniciaran sus actividades. Y en caso de que el productor no pagara en tiempo y forma el préstamo, la banca se cobraba a lo chino, con la cosecha o lo que estuviera en las manos de sus deudores”, agregó.

Armando Márquez comentó también que ahora estas prestaciones son parte de bancos privados con criterios de alta rentabilidad, los cuales sólo dan crédito a quienes ven con posibilidades reales de pago.

Por otro lado, destacó que otro grave problema es el incremento permanente de los precios de servicios que presta el gobierno, además de combustibles y otros insumos empleados por el productor en sus equipos para preparar la tierra, cultivarla y recoger su cosecha, así como trasladar el cultivo a la casa o al lugar donde lo ofertará.

“La desatención y el recorte presupuestal a las actividades de investigación, de asesoría y de extensión dispararon el rezago y la dependencia tecnológica, ya que en estos tiempos sólo se valen los campesinos del conocimiento que se transmite de generación en generación y aun éste se está perdiendo”, explicó el universitario.
Sobre los problemas naturales, expuso Armando Márquez que el agua y la tierra, el trabajo humano, y las condiciones tecnológicas actuales son los recursos fundamentalmente naturales para producir el frijol.

Sin embargo, describió que “los costos del agua cada vez son mayores y este líquido tiende a reducirse. De tal manera que hay productores de frijol que prefieren sembrar temporal, lo que reduce los costos de producción, pero también la cantidad y la calidad que pudieran recoger en otras condiciones”.

Asimismo, dijo que el empobrecimiento de las áreas de cultivo y el agotamiento de los límites de expansión exigen un incremento en el uso de agroquímicos, así como el uso de semillas mejoradas, determinados fertilizantes. También se consideran acciones de irrigación para fortalecer la tierra y para que al campesino normalmente le vaya bien.

En relación a los problemas culturales, el investigador en Estudios de Género expuso que ya se abordaron en gran parte en la nota que se publicó el 20 de noviembre de 2013 en este diario, donde se manejó que el frijol tradicionalmente constituía un elemento imprescindible en la dieta de los mexicanos, tanto en el ámbito rural como urbano, lo que permitía que este grano se vendiera en el mercado. No obstante, “en la actualidad se ha perdido su capacidad adquisitiva por productos más baratos”.

“Esta quiebra de la agricultura tradicional dejó como resultado el crecimiento de la pobreza en el campo y dificultades muy graves para mantener el frijol como parte de la dieta, lo que llevó a sustituir su consumo o a complementarlo con otros recursos, según las regiones del país y las disponibilidades de otros alimentos”, comentó el especialista en temas del campo.

Armando Márquez, además de analizar la situación que atraviesan los productores de frijol en el estado, señaló algunas soluciones que pueden implementar los agricultores, por ejemplo: “la ejecución de políticas públicas que estén basadas en una planeación y que ayuden a abaratar los costos de producción, así como a subsidiar mejores créditos para la siembra”.

Expresó que “otra solución es la creación de empresas que le den valor al frijol y amplíen sus condiciones de realización en el mercado y diversifiquen la oferta de productos y sus derivados, acorde a los cambios en la demanda de nuevos bienes. Éstas pueden absorber también fuerza de trabajo que pudiera verse desplazada por los cambios tecnológicos implementados en el proceso productivo”.

También “la implementación de políticas públicas que propicien la formación de grupos multidisciplinarios de investigadores, académicos y estudiantes, que se empapen de las condiciones de los productores regionales, de las estructuras y problemáticas productivas de los sectores, global y regionalmente, que brinden asesoría económica, agronómica, administrativa y contable a los productores para un manejo cada vez más adecuado de sus capacidades”, puntualizó Armando Márquez.

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