■ Convocarían a una convención acompañada de un gran “sacudimiento” de la izquierda
“La unidad de la izquierda y del movimiento democrático se vuelve a ubicar como el principal desafío de los próximos meses y los siguientes años y si no, esta nueva fase neoliberal tiene todas las seguridades de poder imponerse en detrimento de las condiciones de vida de la población”, aseveró el líder nacional de El Barzón, Alfonso Ramírez Cuéllar.
Lo anterior fue dicho en referencia a la manera en la que las organizaciones y partidos opositores al régimen deben enfrentar el futuro, tras la concreción de la Reforma Energética que calificó como “el pastel para festejar el vigésimo aniversario” del TLC y “la fiesta obligada de la integración irracional que otorga mayor capacidad a las grandes empresas oligárquicas y conglomerados transnacionales”.
El paso práctico que debe darse dijo, es convenir que tanto el PRD como Morena vayan juntos desde este 2014, para lo que es una condición inicial que Cuauhtémoc Cárdenas se coloque como presidente nacional del partido del Sol Azteca, para que luego, conjuntamente con Andrés Manuel López Obrador, convocar a una convención acompañada de un gran “sacudimiento” de la militancia de izquierda en el país.
El dirigente comentó que ya no pueden darse el lujo “de andar cada quien por su lado” pues de esta manera sólo estarán “grite y grite y lamentándonos”.
Autocríticamente asumió que mucha de la responsabilidad de que hayan pasado las recientes reformas a la Constitución, se debió a la dispersión y división que se vive en la izquierda.
La reestructuración de ésta requiere, dijo, volver a la comunidad, la población y las universidades, “para comprender los problemas en cada colonia, escuela, organización empresarial, agrupación campesina o ejido”.
Como lectura de la deuda de la izquierda con la población agregó que los altos niveles de corrupción con que se ha gobernado se aparejan a los de quienes “siempre han sido los adversarios”: sin rendición de cuentas, dilapidando el presupuesto y los recursos de los zacatecanos o los mexicanos y tolerando la impunidad.
Esto es otra cosa que “se quebró” ya, dijo, el arribismo, la corrupción, la falta de escrúpulos y compromiso.
El movimiento democrático y progresista en el país, subrayó, requiere de una revisión a fondo. “Lo que necesitamos es una gran rebelión de los militantes de la izquierda. Pero hay un paso práctico muy sencillo, es una cosa de voluntad, hacer lo posible por que el ingeniero Cárdenas sea el presidente del PRD”.
Según Ramírez Cuéllar, el líder histórico, representa un liderazgo opositor, y un estadista. “Ya no es posible que (el PRD) ande experimentando liderazgos y entonces es la posibilidad para que a la menor brevedad pudiéramos constituir un nuevo partido único a través de la fusión del PRD y de lo que será Morena”.
A esta convocatoria habrán de sumarse añadió, todos los partidos “que se dicen de izquierda”. Este liderazgo encabezado por Cárdenas Solórzano debe ir acompañado de “una gran movilización y gran rebelión de sus militantes, un sacudimiento, un sacudimiento como oposición”.
“Muchas estructuras están totalmente descompuestas, no solamente en el PRD sino en los partidos que se dicen de la izquierda es una descomposición tan profunda que nos ha llevado sobre todo a que muchos jóvenes estén alejados y sientan un enorme desprecio con la forma en la que actúan los liderazgos”.
De no suceder esto, advirtió, la suerte del PRD será totalmente incierta, “pero eso no es lo más grave sino que la suerte de la izquierda resultará también llena de incertidumbres, de debilidades, de falta de capacidad para enfrentar los nuevos desafíos”.
