“Reconocemos que las oportunidades para que las personas influyan en su vida y
su futuro, participen en la adopción de decisiones y expresen sus inquietudes son
fundamentales para el desarrollo sostenible. Recalcamos que el
desarrollo sostenible exige medidas concretas y urgentes.
Sólo se puede lograr forjando una alianza amplia
entre las personas, los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado,
trabajando juntos a fin de lograr el futuro que queremos para las
generaciones presentes y futuras”.
El futuro que queremos, resolución aprobada por la
Asamblea General de la ONU el 27 de julio de 2012
El gran reto ambiental para Zacatecas en este incipiente 2014 será construir una ciudadanía más enterada y responsable de la edificación del presente y el futuro de nuestro Estado. Hasta ahora somos una comunidad apacible, aletargada y espectadora de las cosas buenas y malas que le hacen a nuestra querida entidad; desde siempre hemos visto como levantan y tumban obras para justificar el gasto público, tal es el caso del bulevar López Mateos, el cual ha sufrido innumerables modificaciones; recuerdo por ejemplo, el día que tuvimos que pagar la siembra de palmas de playa que duraron lo que llegó la primera helada, también colocaron cactus, luego árboles, más tarde empedraron el camellón y luego lo modificaron hasta tener su forma actual.
Por si fuera poco, las obras se realizan en pleno día, con todas las molestias que debemos soportar y, lo peor, la mayoría piensa que dicha administración está trabajando por nosotros, con materiales de pésima calidad, con acciones innecesarias o a destiempo como la realizada en las vísperas de la feria cuando llenaron de grava el bulevar, generando con las lluvias múltiples accidentes que los conductores y los seguros debieron cubrir, sin pensar en la posibilidad de demandar al Estado ante tales ineficiencias que, en el caso del bulevar, se limpiaron rápidamente a palazos por el personal de la Secretaría de Infraestructura.
Es el caso de que Zacatecas está siendo favorecido con la magna obra: gasoducto centenario, misma que se ha descrito como una nueva era para la industrialización del Estadoy que se conforma por 173 kilómetros que inician en Aguascalientes y terminan en Calera, pasando por siete municipios de los cuales, en su mayoría, rodea por fuera de su mancha urbana, no siendo el caso de la zona metropolitana Zacatecas-Guadalupe, aquí se pasa por pleno bulevar y usted puede conocer desde ahora el tipo de material y la ubicación exacta por donde pasará el gas natural; las válvulas según el gobierno, se abrirán el 23 de junio de 2014 para celebrar la Toma de Zacatecas.
Todo está escrito y planeado, sin embargo, me preocupa que los ciudadanos desconozcamos el plan de riesgo de dicha obra ante una eventual contingencia y, los alcances y beneficios que obtendremos como población ante tal gracia. Tales posibilidades pudieran ofender, máxime cuando del otro lado del escritorio inicia la amnesia de lo terrenal y se considera que, por el hecho de estar en el gobierno, ya son inmunes a una explosión similar a la que se produjo en Guadalajara el 22 de Abril de 1992, en donde se destruyeron poco más de 15 kilómetros de calles, cobrando maquilladamente la vida de más 700 personas además de mil 5000 personas sin hogar.
Nunca estaré en contra del progreso y el desarrollo de mi amado Zacatecas, pero siempre estaré criticando la simulación, la desinformación y domesticación ciudadana que ante obras y acciones de trascendencia y afectación colectiva, se mantiene al margen; por mi parte, buscaré allegarme la manifestación de impacto ambiental de la magna obra y solicitaré por los cauces de la trasparencia, el programa de riesgo que por supuesto compartiré a través de esta columna.
Lo deseable sería que usted y yo formemos parte de una comisión ciudadana de evaluación y seguimiento del gasoducto centenario, en donde el gobierno y el sector industrial favorecido comparta con nosotros información de primera mano y que, a los pobladores avecindados en la línea principal del gasoducto, se nos involucre en simulacros y programas preventivos de contingencia, para evitar acabar con la pobreza de la zona conurbada con un simple flamazo.
Señores del gobierno, pasen a la historia de Zacatecas, por generar políticas públicas consensuadas con la ciudadanía, a la luz y no en la oscuridad de la corrupción, de carácter preventivo y de rechazo total a las acciones orientadas a tapar el pozo después de que ahogó el pueblo.
Por mi parte, estaré insistiendo en el tema, antes y después de que se abra la válvula. Que tenga un 2014 lleno de felicidad, amor, paz, armonía y buenos gobiernos. ■
*Representante de Zacatecas ante el
Consejo Consultivo Nacional de Medio
Ambiente de la Semarnat
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