Este mes desciende hasta 20 por ciento la afluencia de pacientes que reciben tratamiento por adicción a las drogas en los Centros de Integración Juvenil (CIJ), aunque retoman su consulta iniciando el año.
Este ausentismo se debe a que aprovechan las fiestas “para darse un descanso de su tratamiento, se dan una especie de inter en su tratamiento, para tener consumos en estas épocas”, explicó Pedro Rodríguez de la Torre, director estatal de los CIJ.
Esto no significa una recaída en el paciente, sostuvo, pues es normal que el adicto consuma en temporadas festivas, como en septiembre, durante la Feria Nacional de Zacatecas, donde dejan de forma momentánea el tratamiento para consumir alcohol, sin embargo, regresan a la terapia.
Este año los CIJ atendieron a cerca de 320 pacientes y a más de 400 familiares de éstos, es decir, se tuvo un incremento de 15 por ciento en comparación con el año pasado.
Del total de pacientes, 65 por ciento son personas del sexo masculino y 35 por ciento del sexo femenino.
Las drogas más comunes que consumen los hombres son el alcohol, tabaco, la mariguana, cocaína, el crack o piedra, mientras que en las mujeres son las metanfetaminas, por cuestiones de estética, pues la droga inhibe el hambre y les permite adelgazar.
Añadió que en estas fechas navideñas, incrementa el consumo de alcohol de forma excesiva, no sólo en jóvenes, sino en adultos, ya que en las reuniones sociales, posadas y fiestas es normal el consumo de alcohol, que se usa como una manera de socializar “la gente toma suele consumir cantidades exageradas de alcohol en esta fechas”, dijo Rodríguez de la Torre.
En otro tema, informó que en el estado no se han presentado casos de jóvenes que utilicen la droga llamada “Kokodrile”, ni se tienen indicios que sea usada entre zacatecanos, y solamente se ha atendido un caso de una persona que era adicta a heroína, la cual provenía de Estados Unidos.
Apuntó que se tiene conocimiento de casos en los estados de Tijuana, Tampico, Cancún y en el Distrito Federal.
Aunque no se tiene mayor información sobre esta droga, se estima que los usuarios tienen un promedio de vida de uno a dos años, ya que según estudios, incluye la necrosis de las zonas del cuerpo en las que se inyecta, el desprendimiento de la carne hasta dejar los huesos a la vista, y en muchos casos la aparición de gangrena, lo que conlleva a una amputación obligatoria de los miembros infectados.
