Todas las relaciones que sostiene el gobierno con el movimiento social en Zacatecas parecen una novela. Si eligiéramos el estilo de algún escritor, sin duda sería Franz Kafka. La realidad representada en la ficción de sus novelas siempre nos traslada a los recuerdos más fuertes del holocausto: la injusticia y la barbarie. El gobierno del estado de Zacatecas y algunos diputados de la 61 Legislatura parecen encarnar perfectamente la antítesis de los valores democráticos.
Vamos por partes para entender la trama de esta novela. Primero Gobierno del Estado encarceló injustamente a cinco estudiantes de la normal rural de San Marcos. Arturo Nahle García, el alumno más avanzado de Jesús Murillo Karam (PGR), fue el que tomó esa decisión. Se sabe que los estudiantes fueron acusados de secuestro y por tanto se les puso a disposición en la cárcel de Loreto, también nos consta que serán liberados gracias a la presión de los normalistas y no por la justicia.
El gerente de Pepsico, Nahle y los sanmarqueños, sabían que el hecho de conducir una unidad móvil con chofer de esta empresa refresquera se debía a una acción que hicieron los estudiantes para presionar el diálogo con el gobierno local, la misma empresa estaba en acuerdo con los normalistas. Por lo tanto, la decisión del procurador fue incorrecta e injusta; dolosa; algunos expertos en leyes dicen que “torció la ley”, porque sabía que acusarlos de secuestro exprés era una falacia, ya que tal acción nunca existió. En el Proceso de Kafka, el señor K está frente a un tribunal que no sabe de qué lo acusa, ni quién lo acusa, pero lo obligan a permanecer en la celda, cualquier parecido con las acciones nahlistas es un accidente de la literatura.
Nahle ha fabricado miles de historias policiacas. Su trabajo ha sido proteger a los verdaderos delincuentes. Era lógico que alguien que trata cotidianamente con malhechores, quiera, en nombre de lo que entiende por ley, ver y tratar a todos como malos. ¿Qué caso tiene gastar y desgastarse en un pleito con los estudiantes a sabiendas que el gobierno tiene pocos argumentos políticos/legales? ¿Cómo demostrar ante la opinión pública lo que fue, pero que a la vez no pudo ser? Cualquiera que sea la respuesta, se respira un aire de derrota en el gobierno. Los normalistas acertaron, el gobierno se equivocó.
La segunda pieza de la historia está compuesta por el magisterio que lucha, como el de todo el país, por la suspensión de la reforma educativa peñista. Recientemente Enrique Peña Nieto instruyó a Miguel Alonso Reyes para que implementara la reforma educativa en la entidad. El mandatario estatal, a diferencia de otros homólogos del país, se comprometió dócilmente con el Presidente.
Sin embargo, el gobierno del estado signó el 24 de octubre de 2013 con el magisterio de la sección 34 y 58, telesecundarias, Colegio de Bachilleres y normalistas, una minuta en donde se garantiza una educación gratuita y respeto a los derechos laborales adquiridos por los trabajadores de la educación (inamovilidad en el empleo), así como dar empleo a los normalistas. El compromiso “lo lleva tatuado” y lo reiteró miles de veces con spot en la radio pagados con dinero del erario público. El compromiso social existe.
El magisterio zacatecano propuso una negociación al gobierno que implicaba un tercero en discordia, la 61 Legislatura. La idea fue trabajar con los maestros la construcción de una nueva ley estatal de educación en donde sí se tatuaran con tinta indeleble los derechos sociales, humanos y laborales de la niñez y los maestros de Zacatecas. El gobierno no respetó la división de poderes y utilizando de alfil a la diputada panalista María Elena Nava, ha intentado por todas las vías posibles cancelar a los profesores y profesoras su derecho de construir alternativas educativas y laborales que tengan rango de ley y sean un instrumento que logre enfrentar los embates de la reforma educativa.
En este momento se están realizando los foros de consulta ciudadana para hacer una nueva ley de educación. El desarrollo de estos eventos está plagado de irregularidades: la Seduzac y el SNTE han querido imponer a los moderadores y relatores de mesa; se niegan a que haya plenaria y discusión entre los docentes. El riesgo lo están corriendo. Hasta ahora una diputada abandonó “a gritos y a sombrerazos” el foro de Fresnillo por temor a perder la discusión frente a maestros y maestros ¿A qué le temen los diputados y la Seduzac?, ¿Acaso no está claro que la reforma educativa y sus medidas son indefendibles ante el magisterio y la sociedad? ¿Quieren seguir negando que lo único que generará la reforma educativa es más ignorancia en nuestros niños y jóvenes, como lo mostraron los resultados PISA? Los foros terminan el 11 de diciembre, el magisterio exigirá el respeto a los compromisos firmados. Los estudiantes normalistas, los profesores y el movimiento social están en rutas paralelas al gobierno, es claro que el único que tiene riesgo de derrota es el Godezac, pero está a tiempo de encontrar otro camino.
