Con agitación y problemas, Peña Nieto termina su primer año en el poder. La represión abierta o soterrada da nota en el país. Hay problemas añejos o no, desatendidos o no resueltos. “La dominancia” apunta como en gobiernos y años anteriores hacia incrementos benéficos del capital, chico, mediano o grande, poco importa. Esa es la tendencia y su contraria, un deterioro mayor en las concretas condiciones de pobreza.
Peña Nieto insiste en abrir Pemex a la iniciativa privada nacional o extranjera, forma apreciada para posicionar el presidencialismo priísta en un período al que quisieran longevo como Fidel Velázquez. ¿Esa actualidad enarbola Peña Nieto? ¿Su rostro joven esconde el dinosaurio cada día más presto a depredar a México o a dejar que lo deprede el capital trasnacional o nacional en beneficio privado? Sus modos, su decir, rostro y sonrisa, aunque congelada, son cliché tras tantos años de exposición televisiva. A sus tropiezos con el lenguaje, quién presta atención, si lo importante para las mayorías continúa dosificado para alimentar un viejo presidencialismo hoy sujeto a un amo, no tan interesado, aunque dispuesto a servirse de ello: EU, a quienes no afecta que Peña voltee hacia Londres en la ruta de privatizar el petróleo. ¿Tan pobre y pequeño, o tan atado está en Peña Nieto su afecto o sentimiento por la Nación como para no atreverse a desencadenar un proceso de desarrollo científico, técnico y energético, capaz de construir una refinería y todo lo que falte para explotar el petróleo en bien de todos los mexicanos y ya no obedecer ni beneficiar a los pactistas, por México? Si a ellos obedece, mejor no hablar de valores, ni de la estatura intelectual requerida para ser Presidente de México, pues será una autoridad inclinada para adorar los pies del capitalismo cuya rapacidad ahoga todo esfuerzo de crecimiento y desarrollo independiente en todos los órdenes. Independencia significa privilegiar el lazo de obligación y responsabilidad que se tiene para respetar y servir a los mexicanos y zacatecanos, los electores formales de las autoridades en nuestro país, nuestro estado y municipios. ¿Qué acción política es la más notoria y difundida por los medios? La de una autoridad que da y reparte los recursos públicos; que canaliza y dosifica las demandas, asigna el tiempo de atención, el tipo de atención y su calidad. Ya en el poder, la autoridad designada, en concreto, define, nombra y designa lo político, no al revés, como debiera ser según la frustrada exigencia popular. El medio natural – histórico y social de mexicanos y zacatecanos no es la seguridad social y política, sino la incertidumbre y “el sentimiento de miedo y desamparo o desencanto”. Se sobrevive en la reproducción de la necesidad como modo de vida nunca resuelto por convertirse en cultura y medio para el usufructo del político y de una política sin andamios para exigir responsabilidades, ni introducir novedades. ¿Qué queda? El statu quo y la memoria de un círculo no virtuoso, sino perverso por su mayor efecto reproductor de pobreza y miseria de todo tipo, lejos está el cambio virtuoso en el sentido cultural y político. Hasta que la propia recurrencia de “más de lo mismo” obligue a ver a la política como el arte de mentir y a la mentira como la forma usual de hacer política por parte de los políticos.
¿Alguien dispone de tiempo, fuerza y ánimo, para acercarse y examinar los discursos pronunciados en campañas, ayuntamientos y cámaras? En este desierto, ¿qué tan fragmentada está la vida y el discurso en el devenir de las familias? Y en política, ¿qué quieren y desean éstas a escasas semanas de navidad y año nuevo? ¿Les gustaría que algún político o política fueran a cargar los peregrinos del barrio en sus posadas y a acostar al “Niño Dios”?
Ayer por la mañana estudiantes de la Escuela Normal Rural de San Marcos, tomaron Ciudad Administrativa, Palacio de Gobierno, Secretaría de Educación de Zacatecas, Legislatura del Estado y Secretaría de Finanzas en protesta por la detención de cinco de sus compañeros, acusados de robo, asociación delictuosa y privación ilegal de la libertad. Lo importante, ¿cómo se suscitaron los hechos imputados? Está la versión de los estudiantes y la versión del procurador. Ambos son conscientes del acontecimiento sucedido y del imputado. Uno es realidad vivida y otro, realidad construida por la autoridad, mediante el derecho y en cumplimiento de su función. ¿Qué límites confronta dicha función? Son tan amplios como lo quiera la procuración de justicia.
Tildar de secuestro un incidente usual e indebido, marcará el futuro de los estudiantes detenidos, les cancelará acceder a un futuro de educadores. En 120 años y con un neoliberalismo, cuya destructividad se trata con guante blanco, la mayoría de los vivos hoy estaremos muertos. ¿Aparte de ampliar el penal, tiene Nahle otra oferta? ¿Y la Sezac? ■
