Hay quien piensa que el espacio es inocuo, que es igual un espacio que otro pero se equivoca, el espacio está cargado de altos grados de significación. No es casual que en el mundo virreinal todas las ciudades y hasta los pueblos pequeños tuvieran en su centro la casa de gobierno civil, la iglesia y la casa del hacendado juntos.
Estas edificaciones están en el centro porque son el lugar más alto del poder; como en la pintura barroca el centro es lo más alto de la jerarquía. De manera que el poder religioso, el civil y el económico ocupan el lugar central de las ciudades, cuya vida gira alrededor de ese lugar. Y así, podríamos poner muchos ejemplos donde la forma de ocupación del espacio, es el signo inequívoco de las relaciones y valores de la vida social.
Pues bien, a la luz de estas reflexiones, interpretamos lo que ocurre en Zacatecas con el conflicto intermitente entre la asociación de libreros y la presidencia municipal (con los comerciantes que están detrás de ésta). Se impide que los libreros hagan exhibición de libros en el centro de la ciudad. Los vendedores de libros quieren ocupar ese lugar justamente porque es el centro. Y los comerciantes del centro acusan a los libreros de comercio informal y asumen que el espacio público del Portal de Rosales es de su propiedad.
¿Qué nos dice la decisión de impedir que los libros ocupen el centro, aunque sea por unos días, en un país que tiene graves problemas de lectura? Eso refleja varias cosas; primero, el valor que por los libros tiene la administración municipal; y segundo, su prioridad por obedecer los intereses de los comercios, entre ellos los de comida-basura. Y una tercera cosa: la apropiación de espacios públicos centrales por parte de estos negocios.
La ciudadanía toda debe sentirse indignada por la actuación de las autoridades municipales, que-son-autoridades-públicas (deben recordarlo). Están mostrando sus prioridades: no les interesa el fomento a la lectura, sino el mantenimiento de la ignorancia. Si la jerarquía de valores fuera la que esta sociedad necesita, las autoridades estarían dando todas las facilidades para que los libreros estuvieran en los portales y en otros espacios del centro; y además, con todos los apoyos en publicidad para asegurarse de que los transeúntes se topen con los libros y se vean estimulados a meterse en alguno de los textos exhibidos.
Es famosa la recomendación que hacen los expertos en promoción de lectura: hacer libreros de pared, donde los libros estén de frente (recargados en las paredes del hogar) para provocar que los niños se topen continuamente con ellos. Es justo lo que los libreros hacen en la ciudad: nos obligan a toparnos con los libros y nos incitan a tomarlos y a meternos en ellos. La mediocridad está tomando el poder: ocupa el centro de la ciudad y el gobierno municipal, están a tiempo de rectificar.
