El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) considera un gasto por 4 billones 467 mil 225 millones de pesos que corresponde al total de ingresos aprobados en la Ley de Ingresos, lo cual no es poca cosa hablando desde una perspectiva de quien tiene en sus manos el atributo del gasto, siendo coloquialmente el Estado mexicano que encabeza el Poder Ejecutivo y el cual reposa en el Presidente de la República.
De acuerdo a lo señalado en el PEF, la Secretaría de Educación es la dependencia federal que más presupuesto asignado tiene, al disponer de 289 mil 972 millones de pesos, cuestión demasiado importante en el momento de la distribución de estos recursos, y la forma en que se asignen a los diversos niveles educativos que integran la educación del país, los cuales van desde el Preescolar hasta el Doctorado y si son de carácter privado o público.
Si bien es cierto que otras secretarías se verán fortalecidas como la de Salud y la de Desarrollo Social, en orden descendente con respecto a la de Educación, el ejercicio del gasto va a requerir una planeación estratégica y una necesaria tendencia en el gasto para logra lo que se señaló por parte de las autoridades federales, “contribuir a la productividad a largo plazo y generar una inversión social y de desarrollo del país”, hasta aquí vamos bien y esperamos que esos deseos se reflejen en la realidad.
Más sin embargo el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, si el Estado se comporta como tal y evita verse jalonado por el interés del partido en el poder nos atrevemos a señalar que la gran capacidad de gasto que tiene en sus manos Peña Nieto se revela como un ejercicio de que “el que paga manda”, privilegio que no está muy lejos como hipótesis de sustraerse a las reglas de operación del gasto, sin embargo la autonomía dada al Ifai por el Senado de la República, permite de cierta forma una mayor capacidad de vigilancia y control del gasto público por el ciudadano.
El presidencialismo como fórmula de conducción del país y la aspiración de alcanzar un nivel de estadista por Peña Nieto producen necesariamente una contradicción que su solución no es nada fácil y requiere de cierto tiempo para ver cuál de los dos polos de la ecuación gana en la forma de actuar del Ejecutivo, hacer un buen uso de los recursos es una tarea difícil y para ello se requiere conjugar un conjunto de voluntades políticas y de acuerdos plausibles con los actores políticos, los poderes fácticos y la sociedad civil, de no ser así sucederá lo de siempre gastar para controlar y olvidar los buenos deseos de hacer de México una potencia intermedia.
Al inicio comentamos la cantidad generosa para la educación que viene asignada en el PEF, empezamos con esta idea por la indiscutible situación de crisis estructural que vive la Universidad Autónoma de Zacatecas, y que hoy requiere de una profunda reestructuración en todos los órdenes, y que se exprese en un nuevo proyecto de Universidad, requerimos adelantarnos a los cambios programados y estar en condiciones de ajustarnos inteligentemente a los cambios que se den al interior de la estructura del sistema educativo y conocer las reglas operativas para la asignación de los recursos.
Es indudable que si no existe en los universitarios y en las autoridades universitarias de la UAZ una actitud de generar un proyecto de Universidad de Calidad que incluya no sólo una actividad académica generosa en la formación de recursos humanos de alta calidad y competitividad, en carreras de nuevo tipo con enfoque a los nuevas necesidades que demanda el país y sobretodo coadyuvando a resolver los problemas sociales y económicos de la entidad por la vía de la generación de proyectos y tecnologías, nos quedaremos a la zaga y a pesar de la gran cantidad de recursos destinados a la educación, la UAZ vivirá con una pobreza estructural que la pueda conducir a una salida por la puerta falsa.
DIGRESIÓN
Sería interesante que las autoridades gubernamentales de Zacatecas señalaran como está contemplado nuestro estado en el PEF y cómo va a impactar en el desarrollo social con equidad y justicia, como va a detonar el crecimiento económico de la región. ■
*Docente investigador de la
Universidad Autónoma de Zacatecas
