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miércoles, 24 abril, 2024
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Madero y la Revolución

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Por: SOCORRO MARTÍNEZ ORTIZ •

La Revolución Mexicana fue un proceso que inició el 20 de noviembre de 1910 y culminó con la Obra del Constituyente de Querétaro en 1917. Tuvo una duración de 7 años, durante los cuales, el país vivió una época de inestabilidad. Sin embargo, no obstante que la situación que la propició fueron las condiciones infrahumanas en que los habitantes mexicanos se encontraban, no fueron directamente ellos quienes llevaron a cabo la rebelión. Los pobres no. Tampoco los ricos. Fueron los intelectuales y los de clase media quienes se encargaron de despertar la conciencia en el pueblo, para lograr los ideales de libertad, y la reivindicación de sus derechos.

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Se encontraba reciente, la represión en contra de los obreros de las fábricas textiles de Río Blanco, Veracruz de diciembre de 1906, cuando se declararon en huelga para exigir mejores condiciones laborales. En respuesta, el 24 de ese mes y año, para frenar la movilización de la región, los industriales emprendieron un paro patronal.
Al solicitar los obreros la intervención de Díaz, éste favoreció a los empresarios y ordenó la reanudación de labores en las fábricas el 7 de enero de 1911, no sólo sin satisfacer las demandas de los trabajadores, sino que atentaba contra la libertad de asociación y aprehensión de los huelguistas, sociedad campesina u obrera. También era reciente la represión en contra de los mineros de Cananea, Sonora, cuando en 1906 estalló una huelga contra la empresa Cananea Consolidated Cooper, debido a la discriminación salarial a favor de los empleados extranjeros y el maltrato y sobreexplotación a que eran sometidos los obreros mexicanos.

El régimen porfirista así aplastaba al pueblo, porque de esta manera, tenía asegurada su permanencia en el poder. Bajo esta situación con dificultad surgieron líderes populares que no sólo exigieron el cambio, sino que trataban de conocer el resultado de su rebelión.

Pero no todo lo que realizó Porfirio Díaz durante su larga dictadura fue malo. Hay que reconocer, que el “ordenamiento” de “mucha administración y poca política”, le permitió lograr un gran desarrollo económico para el país. Sólo que de este, los únicos beneficiados eran los políticos qué el mismo nombraba y el grupo de personas que lo adulaban. Entre mayor era la adulación, eran más los beneficios para ellos, pues al dictador le gustaba, que lo adularan.

Un joven de familia acaudalada originario del norte del país, se enteró de que algo malo pasaba en el país; que se exigía el cambio por las condiciones en que el Porfiriato mantenía al pueblo. Su familia era conocida y amiga de don Porfirio, pero no obstante, se trasladó a la ciudad de México, sin tener ninguna necesidad económica y, sin ser parte de la opresión. Llegó en el año de 1908, justo cuando se hablaba ya de la elección de 1910, y el país se preparaba para ella.

De las primeras acciones que llevó a cabo para la concientización popular, fue escribir en aquel año, su libro titulado La Sucesión Presidencial en 1910, en el que proponía restaurar la democracia al amparo de la Constitución de 1857, y formar un Partido Nacional Democrático. Asimismo, sugería a Díaz que continuara en el poder hasta 1914, a cambio de que permitiera elegir libremente al vicepresidente, a los gobernadores, senadores y diputados.

El 22 de mayo de 1909 participó en la creación del Centro Antirreeleccionista de México presidido por Emilio Vázquez Gómez, y fue vicepresidente del mismo, junto con Toribio Esquivel Obregón. Dicho Centro adoptó como lema: “Sufragio efectivo, no reelección”. El 15 de abril de 1910, en la Ciudad de México, se llevó a cabo la Convención Independiente de los Partidos Nacional Antirreelecionista y Nacional Democrático. Al término de la Convención, ambas agrupaciones lanzaron las candidaturas de Madero y Vázquez Gómez para la presidencia y vicepresidencia respectivamente. Como candidato, inició una gira por el norte y el este del país, la que se interrumpió en Monterrey el 6 de junio de 1910, cuando fue encarcelado bajo acusación de “conato de rebelión y ultraje a las autoridades”. Fue trasladado más tarde a San Luis Potosí, donde debió esperar la realización de los comicios que lo favorecieron mayoritariamente. Pero luego se enteró del fraude electoral cometido por Díaz, quien se declaró nuevamente reelegido.

Ya libre, Madero huyó el 6 de octubre y se refugió en San Antonio, Texas, a fines de ese mes encargó la redacción del Plan de San Luis a Roque Estrada, Juan Sánchez Azcona, Francisco González Garza, Enrique Bordes Mangel y Ernesto Fernández. Este Plan, declaró nula la reelección del dictador, nombró presidente, designó gobernadores provisionales y llamó a la insurrección nacional, misma que inició el 20 de noviembre de 1910 a las 6 de la tarde, aunque la fecha y la hora no fueron cabalmente respetadas, hubo levantamientos armados en algunos estados del país, pero estos en un principio no fueron significativos, adquirieron fuerza paulatina y en 1911, el Ejército federal difícilmente oponía resistencia. Madero permaneció en Texas, hasta el 13 de febrero de 1911, cuando fue perseguido por Estados Unidos y se vio obligado a regresar a México. ■

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