El momento histórico por el cual transita el estado de Zacatecas anuncia el arribo de una nueva era, la gente se rebela, se inconforma y demanda con marchas, plantones y consignas, un cambio genuino en nuestra sociedad. Esa chispa de inconformidad se propaga vertiginosamente en el terreno fértil de las políticas públicas erróneas y crece con la cotidiana insensatez gubernamental, que subestima reiteradamente la magnitud del daño social. Con sus reformas, condenan a vivir un futuro incierto a pesar de las buenas promesas con que se enmascaran intenciones ocultas.
El sistema político y sus administraciones han fallado de manera significativa; lo que deja sin argumentos a los más sagaces de los apologistas que se dicen ser nuestros representantes. Varios de ellos, con trayectorias llenas de fraude y corrupción. Sus palabras de crítica al magisterio ante los medios de comunicación, no son para el pueblo, otra cosa que retórica vana.
Lo que sorprende de las protestas magisteriales es la razón por la cual tardaron tanto en estallar, los maestros aun creía en la democracia parlamentaria. No obstante, los políticos han dejado de escuchar a sus representados. El magisterio zacatecano pide oportunidad para hacer uso de su experiencia, participando en la construcción de un nuevo modelo educativo; también exige hacer valer su derecho a un empleo digno, mediante la convocatoria de un congreso estatal de educación y en la promulgación de una nueva ley estatal que dicte los lineamientos a seguir en el terreno educativo, el cual garantice la gratuidad. Se exige a la 61 Legislatura una democracia parlamentaria, que haga uso de su autonomía en lo relativo a su régimen interno, que haga efectiva la autorregulación y se refleje el verdadero interés popular, que tanto pregonaron en sus campañas.
El magisterio zacatecano se levantó y con el apoyo de padres de familia, lograron movilizaciones de proporciones inconmensurables, las cuales entraron en un intervalo con la firma de una minuta de alcance por parte de las autoridades estatales, documento en el cual se comprometen a:
-La impartición de una educación laica, gratuita, obligatoria y de calidad a su vez asuma el compromiso del pago de agua, energía eléctrica y conectividad en los planteles educativos en donde se imparta educación pública en el estado.
-Exhortar al Poder Legislativo local para que en el marco de la discusión de las leyes locales en materia educativa se convoque a los y las maestras, padres de familia y a especialistas, a realizar las adecuaciones correspondientes a efecto que los derechos laborales, sociales, prestaciones y profesionales de los maestros sean salvaguardados.
-Rediseñar y fortalecer el sistema de Normales públicas.
-Pleno respeto al uso del derecho constitucional, jurídico, legal y de militancia para proponer ante el Legislativo, como poder del Estado facultado en la elaboración de leyes en el estado, las propuestas en materia educativa que el magisterio y padres de familia juzguen pertinentes presentar.
-La instalación de las siguientes mesas:
Mesa resolutiva de asuntos laborales.
Mesa resolutiva de asuntos laborales de Educación Superior.
Mesa para la recuperación de los días invertidos en las movilizaciones.
Mesa de asuntos especiales.
Mesa de análisis de la reforma educativa y de propuestas para su adaptación a la ley estatal de educación.
En esta última mesa se tiene que tomar en cuenta que las tres leyes reglamentarias de la Reforma Educativa entraron en vigor el pasado 11 de septiembre y las entidades federativas tendrán un plazo de seis meses para adecuar su legislación a partir de esa fecha. A este proceso, las autoridades educativas lo han denominado “armonización” de las leyes, dicho concepto no es otra cosa que el remozamiento retorico de una reglamentación infame, que con uno o dos tecnicismos envueltos en papel de aparente bondad será capaz de despojar a nuestra niñez de uno de los derechos más elementales, la educación.
El magisterio zacatecano se opone a tal armonización de leyes, lo que pide es la derogación o en su defecto que se propongan soluciones reales en el ámbito estatal, el magisterio zacatecano sólo armonizará su descontento con las demandas de campesinos, obreros, profesionistas, amas de casa, etc. en pro del futuro de nuestra niñez que está siendo condenado a sufrir carencias, en una tierra saqueada, que en un futuro cercano podrá carecer de ese sentido de pertenencia al que hoy como ciudadanos, nos aferramos al defender lo que por derecho nos pertenece.
Es por esto que el Movimiento Democrático Magisterial Zacatecano, conjuntamente con padres de familia y el Frente Normalista del Estado de Zacatecas, exige con carácter de urgente la convocatoria para la realización de un foro estatal de educación, del cual emane una nueva ley estatal de educación y un proyecto educativo más humano, realista y funcional, con fundamentos pedagógicos aplicables a la realidad de nuestro contexto. ■
