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jueves, 25 abril, 2024
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¿Sabemos hacerlo?

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Por: LIZ CARRILLO •

En la campaña federal del año pasado, el Partido Revolucionario Institucional y su candidato pregonaron por cielo, mar y tierra, el hecho de que ellos sí sabían gobernar y lo hacían mejor que todos los demás partidos políticos.

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A prácticamente un año de distancia de la toma de posesión de Peña Nieto, los resultados ¿saltan a la vista?

Hoy nuestro país se encuentra inmerso en una recesión económica, que hace que el crecimiento programado por los que sí saben gobernar, no sea el que ellos esperaban.

Tan desesperados se encuentran que promueven una iniciativa de reforma hacendaria que genera más impuestos para aquella base de la sociedad que más los paga, es decir, la clase media de nuestro país, que como siempre durante los gobiernos emanados del PRI, son los que más sufren las consecuencias de sus malos gobiernos, y eso no significa que no los tengamos que sufrir todos los mexicanos, menos por supuesto, los privilegiados, que créanlo, no son los mexicanos que viven en pobreza o pobreza extrema, como ellos nos quieren vender la idea.

La reforma promovida por el PRI es una reforma que carga con más impuestos a los que pagan siempre y no busca ampliar la base recaudatoria de mexicanos, es una reforma que busca sólo recaudar y no simplificar el pago de impuestos.

Decía mi padre –por cierto, a seis años ya de su partida- y cito, “Hijo, el problema que más me preocupa es que siempre el sentido común, es el menos común de los sentidos”.

Y lo veo reflejado en todos y cada uno de los actos del gobierno de Peña Nieto, incluida por supuesto, la defensa que realizan los priístas de su monstruo hacendario.

Lo bueno, es que ellos sí saben cómo gobernar.

Y lo vemos reflejado en el IVA que querían imponer a la vivienda, a las colegiaturas, el impuesto sobre la renta, entre otros.

El Partido Acción Nacional promovió en todo momento discutir una reforma bajo los principios de la justicia, de la simplificación fiscal, del federalismo tributario, del aumento de la base de contribuyentes.

Al gobierno de Peña Nieto sólo le interesó la cantidad de recursos que obtendría para el gasto del gobierno a través del aumento a los impuestos y  a los derechos a costa de los trabajadores y sus empleos.

Se aprobaron impuestos de 16 por ciento al transporte terrestre público foráneo, a la goma de mascar, al alimento de mascotas, un gravamen de 8 por ciento a alimentos como los cereales integrales, el pan, las galletas y demás productos básicos, botanas, productos de confitería, chocolates, flanes y pudines, dulces de frutas y hortalizas, cremas de cacahuate y avellanas, dulces de leche, alimentos preparados a base de cereales y helados, nieves y paletas de hielo; a las bebidas saborizadas envasadas, en polvo o en jarabe se les impuso 1 peso por cada litro.

De igual forma se verán afectadas muchas fuentes de empleo debido a que esta reforma le cargó la mano a industrias que dan trabajo a millones de mexicanos, entre las que se encuentran las maquiladoras y las mineras. También se verá un fuerte impacto en la economía de los trabajadores que ahora sólo podrán deducir hasta 53 por ciento de sus prestaciones y muchas empresas optarán por no ofrecer seguridad a sus empleados.

Y por si esto fuera poco, se aprobó que el país pueda contratar una deuda de 700 mil millones de pesos, situación que no se veía desde hace 25 años, y que tendrán que pagar las próximas generaciones de mexicanos.

Defienden su postura los priístas alegando que quienes pueden tener una mascota es porque tienen el dinero suficiente para pagar impuestos de alimentación de las mismas. Defienden los priístas que el gravamen de 8 por ciento a los alimentos que consideraron es para impulsar un México más sano y menos obeso.

Dicen que conocen nuestro país y saben gobernar, sin embargo, no fueron capaces de pensar que muchos mexicanos tienen mascotas, no por el hecho de que tengan el poder adquisitivo para tenerla, sino porque se ha demostrado a través de diversos estudios, que las mascotas tienen un efecto positivo en la vida familiar, pero perdón, se me olvidaba, Peña Nieto no lee, y al parecer, sus diputados y senadores tampoco. Si conocieran el país como ellos dicen, se darían cuenta que la mayoría de los mexicanos tienen en casa al menos una mascota.

Dicen que quieren un México más sano, pero no son capaces de generar las condiciones necesarias para que la población de nuestro país tenga acceso a una buena alimentación, como no lo fueron durante los primeros setenta años en que tuvieron la oportunidad de generar riqueza en nuestro país.

Perdón retiro lo dicho, se me olvidaba y debo de reconocerlo, sí son capaces de generar riqueza, pero riqueza sólo para ellos, sus familias y la de sus allegados.

Para nadie es oculto que si tienes un universo de cien habitantes y diez de ellos te pagan un impuesto de diez pesos cada uno, tendrás en tus manos una recaudación de cien pesos. Pero tienes la necesidad de erogar en ellos la cantidad de trescientos pesos, ¿tú qué harías?

¿Gravas a esas diez personas con más impuestos para que te paguen los trescientos o tratas de que de las cien te aporten mejor esos mismos diez pesos cincuenta con lo que tendrías quinientos?

Diría mi padre por sentido común, mejor que te paguen cincuenta los diez pesos, y no les cargues a los diez de siempre más carga tributaria. Sin embargo papá, que razón tenías, el sentido común es el menos común de los sentidos.

Y gobernar sin sentido común, a mi parecer no es saber gobernar, como lo pregonan los priístas, y tal vez ese sea el menor de los problemas, el mayor, es que el sentido común nos decía que el PRI no debería de seguir gobernando nuestro país, y sin embargo, lo sigue haciendo.

Saben o no saben gobernar, nuestros bolsillos lo resentirán el año que entra, por supuesto, eso pienso yo, al final Ustedes tendrán la última opinión. ■

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