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martes, 16 abril, 2024
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Visita Alonso Reyes tianguis de los panteones en la colonia Tres Cruces

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

■ Convive con trabajadores, locatarios, niños disfrazados y compradores

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■ En compañía de otros funcionarios, decide detenerse para desayunar

El gobernador Miguel Alonso Reyes, acompañado por integrantes de su gabinete, hizo un recorrido en el tianguis de la colonia Tres Cruces, donde saludó a trabajadores, locatarios y niños disfrazados con motivo del Día de Muertos, así como también aprovechó para desayunar algunos alimentos.

A su llegada al tianguis, un grupo de trabajadoras de limpieza, conocidas como hormiguitas, recibieron al gobernador para saludarlo. Momentos antes, una de ellas expresó a sus compañeras: “vamos a verlo, si no cuando lo vamos a agarrar”.

Otros transeúntes se mostraron curiosos al observar al gobernador y a su comitiva, pero muchos otros lo ignoraron. Un señor que en ese momento pasaba con su familia le dijo a su esposa, quien se había detenido un momento: “camina, ¿qué le quieres ver?”.

Después de avanzar algunos metros, Alonso Reyes y funcionarios de su administración se detuvieron en un puesto de comida ubicado fuera de la escuela Salvador Varela, en cuya barda exterior resaltaba la publicidad de Soriana, empresa que aportó la pintura de ese plantel a cambio de publicitarse.

De inmediato un niño de aproximadamente 10 o 12 años preguntó a todos qué querían de tomar: después de escuchar y tomar la orden de Guillermo Huizar Carranza, titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP), el niño preguntó, “¿usted que quiere, gobernador?”. “Una coca”, respondió Alonso Reyes.

Momentos después distribuyeron platos desechables, cucharas y servilletas. Luego sirvieron menudo a los acompañantes del gobernador, pero no todos quisieron, porque en ese momento colocaron una cazuela llena de birria y recipientes con cilantro y cebolla.

También colocaron varios platos repletos de tamales rojos y de tacos de cabeza. El gobernador tomó un tamal, lo extrajo de la hoja y lo comió lentamente con ayuda de un tenedor que previamente había extraído de una pequeña bolsa.

Una botella de plástico de 600 mililitros no retornable, de Coca Cola, ya había sido colocada frente a él, pero ni siquiera la abrió. Prefirió tomar atole que poco antes sirvieron a toda la comitiva, aunque algunos, como el diputado Héctor Pastor, pidieron café de olla.

Después de ingerir un tamal, el mandatario se preparó un par de tacos de birria al momento que charlaba y bromeaba con reporteros y funcionarios sobre el espionaje de Estados Unidos.

En ese momento se le acercó una niña, acompañada de su madre, para saludarle. “Qué bonito te disfrazaron”, le dijo. Acto seguido, Héctor Pastor quiso adivinar el personaje de su disfraz y no atinó. Es Morticia, le corrigió bromeando Alonso Reyes.

Otras personas se le acercaron a tomarse una fotografía. Un señor posó en medio del gobernador y del legislador priísta, por lo cual Carlos Peña Badillo, alcalde de la capital del estado, se sintió marginado. “Júntese”, le dijo el joven que portaba la cámara. Tímidamente se acercó al titular del Ejecutivo para salir a cuadro.

“Es hora de irnos. Tengo un evento a las 12 en Aguascalientes. Voy a reunirme con gobernadores que me invitaron para ver el tema de la declaración de las corridas de toros como Patrimonio Cultural Intangible”.

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