En el país arde la violencia. El caso de Tepalcatepec es un velo que cae y muestra la realidad de la inseguridad y de la actuación del Estado en el tema. En todo el país la situación no es muy diferente, pero en ciertos lugares es una actuación en la oscuridad de las bandas delincuenciales y en otros sitios la reacción de la sociedad ha permitido que la negra mancha que nos cubre se vea con toda su crudeza. Sale a la luz una ausencia: eclipse del Estado.
Veamos un poco de cerca este caso que es demostrativo: los pobladores de esta cuenca del estado de Michoacán decidieron resolver el problema por sí mismos, sin recursos públicos, sin capacitación, sólo con organización y profundo hartazgo. Al poco tiempo de actuación de la población (sin infraestructura) los resultados se dejan ver. ¿Por qué el Estado con altísimas inversiones públicas no logra disminuir la delincuencia? Pasa lo mismo en relación a la corrupción: la estructura del Estado no descubre y castiga a los corruptos, ningún caso relevante que hemos sabido ha salido de las estructuras institucionales de fiscalización, todos han sido a causa de filtraciones a la prensa. Igualmente es el caso de la Fepade: ningún caso relevante de delitos electorales ha sido conocido y castigado por esta instancia. Y así nos podíamos seguir, constatando lo mismo: la ausencia de Estado.
El mismo caso de Tepalcatepec revela que los resultados se obtienen cuando se logra involucrar a la sociedad en la solución de los problemas. Pero no hay programas de la participación ciudadana que se requiere para este tipo de políticas. No es cualquier tipo de participación la que se necesita. La participación es de muchos tipos, y un diseñador de políticas públicas sabe que, según el programa es el tipo de participación que se activa. Consejos donde concurren Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) sueltas que nacieron para temas diferentes a la seguridad, en un órgano que no tiene funciones relevantes y que se convierte en consultivo; poco podemos esperar de ellos.
El error grave en la estrategia es “invitar” a organizaciones a un consejo a conocer iniciativas y a opinar de manera genérica sobre el tema, pero sin estar en la estructura de implementación que se necesita: la territorial. Es decir, la participación que se requiere tejer y organizar es la de tipo territorial, de manera que la densidad de acciones localizadas sean las que se conviertan en la clave de la solución. Es cosa de analizar las experiencias exitosas donde se ha logrado desterrar a la delincuencia, y ahí están las claves.
Y lo que propone Gobierno federal es la estrategia llamada de “acupuntura”, que prescribe que en Zacatecas actuará en tres cabeceras municipales nodales y, con eso, impactarán en el resto del estado. Todo el diseño de las políticas de seguridad provocan lo que arriba señalamos: costosa ausencia del Estado. Como el programa denominado “inteligencia social”, que se promueve con OSC sueltas y sin estimular las redes neurales de la inteligencia social en los territorios, ¿cuál ha sido su resultado? Ninguno.
