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jueves, 28 marzo, 2024
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Autoritarismo autista contra la sabiduría del tejedor

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS •

Si la clase política está alejada de la sociedad y ensimismada en sus propias preocupaciones, el gobierno también está en la misma sintonía. La muestra clarísima de la separación que mencionamos es la promoción de reformas sin la participación de los actores.

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El caso que deslumbra en este tema es el conflicto magisterial. Se lleva a cabo una reforma donde no se organiza la opinión de los actores principales del proceso educativo, a saber, los profesores; luego entonces se desata un conflicto que no observamos indicios de que se vaya a resolver a la brevedad. ¿Las negociaciones para cambiar algunos de los dispositivos en el sistema educativo, deben hacerse antes o después de las reformas? Un axioma en la dinámica política dice que si se excluye a un actor clave, éste será la mayor de las oposiciones, y justamente así está pasando.

¿Por qué el acuerdo sobre las condiciones de aplicar la reforma educativa en Zacatecas se llevó a cabo justamente sin los grupos magisteriales que están organizando las protestas? No se les tomó en cuenta en la reforma, y no se les toma en cuenta en acordar las minutas para conciliar el conflicto.

En lugar de acercarse a conciliar, se les acusa de ser manipulados por grupos políticos, lo cual genera más alejamiento. Y si por desgaste, se llega a una falta de protestas activas, eso no significa que exista conciliación: la oposición a los contenidos de la reforma continuarán por otros medios. Y esa dinámica puede provocar que las metas de la llamada calidad no se consigan; entonces, ¿para qué una reforma que no logrará sus fines? Aristóteles decía que el saber de la política se llama “phrónesis”, que se traduce como “prudencia”, lo cual significa “sabiduría práctica”, es decir, saber operar y conducir la acción entre los hombres para llevarlos a caminos felices. Justo eso no lo observamos: verificamos callejones sin salida, conflictos sin rumbo e imprudencia política.

El signo que advertimos es una élite que centraliza el mando, toma todas las decisiones, y las impone; pero no hay construcción de cuerpos sociales que le den vida a esas decisiones. Por tanto, puede tratarse de autoritarismo estéril. Y esa dinámica se verifica no sólo al interior del gobierno, sino en todos los partidos, como caso está la recién propuesta de reforma política, donde las élites de los partidos elaboraron las propuestas y no las pasaron a discutir y acordar por sus militancias. Y se reproduce la misma historia: conflicto de las bases partidarias por acuerdos no consultados.

Extrañamos la política de estadistas que logren con su arte, crear acuerdos con los distintos actores y tejer acciones conjuntas. Platón decía que el arte del político era parecido a una araña, consistía en saber tejer redes. Y un tejedor de relaciones sociales no puede ser sordomudo. Sin la sabiduría del tejedor, este país puede salirse de control.

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