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jueves, 28 marzo, 2024
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Innovación productiva y el impulso a la ciencia en Zacatecas

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS •

Es ya casi un lugar común que la producción robusta de saber científico-tecnológico, su incorporación al proceso productivo y la innovación son clave para el crecimiento de mediano y largo plazo, particularmente en países de desarrollo intermedio. La innovación en productos, procesos y en prácticas organizacionales e institucionales favorece los aumentos sistemáticos de productividad y, por ende, la competitividad de largo aliento requerida para una inserción viable en una economía internacional cada vez más volátil e incierta. Existe evidencia empírica creciente en los últimos años que muestra una correlación altamente positiva entre inversión en investigación y desarrollo (I+D) y expansión económica rápida, citándose las experiencias de Corea, Israel, Australia, Nueva Zelanda, Finlandia e India, entre otras, como ejemplos casi paradigmáticos de la vinculación virtuosa entre innovación y crecimiento.

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Si se toman en cuenta las dos últimas décadas del siglo pasado, también se verifica que los países que exhiben una mayor tasa de crecimiento de la productividad total de los factores de crecimiento presentan una serie de rasgos comunes: buenos fundamentos macroeconómicos y economías dinámicas; una alta tasa de inversión en educación, tecnologías de la información y las comunicaciones; una elevada participación del sector privado en el financiamiento de la I+D; una masa crítica importante y diversificada de innovadores, y vínculos estrechos entre la investigación científica y la industria, y entre los distintos agentes del sistema de innovación.

Pero si en México estamos atrasados en este renglón, en Zacatecas tenemos un atraso mayor en los principales indicadores en ciencia, tecnología e innovación. Antes de mencionar las condiciones más lamentables, señalaremos algunas puntos que representan avances, aunque sean pequeños: contamos ya con un instituto de ciencia, tecnología e innovación, que aunque recibe muy poco presupuesto, trabaja en el impulso de la política respectiva, y lo ha hecho con ilustración; se cuenta con la ley de ciencia e innovación; y se han dado avances notables en las instituciones de educación superior en la formación de investigadores y formadores. Así, hay bases para dar pasos más decisivos y ambiciosos para que Zacatecas mejore el lugar que ahora tiene en el tema en el concierto nacional. Sobre todo, hace falta revisar medidas creativas que aumenten sensiblemente la inversión en Innovación, específicamente donde estamos más bajos: en infraestructura para la investigación vinculada a la inversión para el desarrollo. En infraestructura empresarial asociada a la innovación estamos en la nada, las inversiones son del sector público.

Y la productividad científica asociada a patentes (economía de las ideas) también estamos casi en ceros. Requerimos un plan estatal en ciencia, tecnología e innovación que contemple las especificaciones regionales del estado, anclado en las necesidades de innovación específica en los diversos territorios del estado. Hay algunas experiencias que pueden tomarse como demostrativas, como las emprendidas por algunos grupos de la UAZ con productores de tomate, el caso del sistema producto ajo con el Inifap, y los avances en la ampliación de las tecnologías de la información en todas las IES del estado. En suma, hay materia para tomar decisiones con visión estratégica.

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