En México la captación de recursos por vía tributaria es muy baja, burocratizada e injusta. Con la últimas reformas se buscó construir un sistema de coordinación fiscal que (con el argumento de la eficiencia) concentrara la captación de impuestos, de tal manera que Gobierno federal percibe más de 96 por ciento de los recursos tributarios, y después por medio de las participaciones entrega a los estados y municipios parte de estos, para que ellos ejerzan el gasto de ese recurso.
Con lo cual se estimula la arbitrariedad del gasto en los niveles sub-nacionales, porque dichos gobiernos gastan algo que no captaron. Pero lo que se obtiene es muy poco: si descontamos lo que aporta el petróleo al presupuesto de cada año, tenemos que en México se obtienen recursos por el orden de 10 por ciento equivalentes al PIB, mientras en Argentina se percibe 35 por ciento. ¿Y por qué se capta tan poco en impuestos en este país? Significa que aquellos que pagan impuestos llevan en sus hombros el financiamiento de la educación, promoción de empleo, obra pública, subsidios al campo, etcétera: toda la gestión del desarrollo que se hace a través del presupuesto público.
Para los próximos años tenemos dos grandes metas fiscales, sin las cuales este país no será viable: incrementar la recaudación y hacerlo con equidad. Sobre el primer objetivo, los estudios indican que son los grandes capitales los que no están siendo gravados, tienen situaciones de privilegio y evaden o eluden el pago de impuestos.
Así como la minería está en un paraíso fiscal, los ingresos netos de los accionistas tampoco reciben gravamen (ganancias de capital de las personas físicas), ni las ganancias bursátiles, tampoco el capital externo de corto plazo, y así. Lo cual significa que los ricos deben pagar los impuestos de los que hasta ahora han estado exentos. No sólo se debe corregir la pequeña empresa informal, sino los regímenes especiales de grandes sumas que están fuera del fisco.
En cuanto a la equidad, debemos crear un sistema fiscal progresivo. Sabemos que gravar el consumo es una opción regresiva, lo cual significa no pensar en aumentar los montos fiscales por vía del IVA, sino por la vía del ingreso y generación de riqueza. Además, de completar las propuestas fiscales con el tema de equidad en el gasto, que dicho sea de paso, en México es espantosamente regresivo e injusto. Es muy importante lograr un esquema hacendario eficaz (con amplia captación) y equilibrado (justo) porque es ahí donde nos jugamos el futuro de esta nación.
Discutir con calma el asunto y dar el tiempo para meditar los estudios ya elaborados, y además, generar los mecanismos para tomar en cuenta todas las opiniones, y no sólo las presiones de las grandes empresas que se ven afectadas porque les quitan sus privilegios, es de vital importancia. En la reforma fiscal que viene debemos poner extrema atención en estos tópicos.
