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jueves, 28 marzo, 2024
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La educación como instrumento pacificador

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Por: REDACCIÓN •

El 21 de septiembre, como cada año, se conmemora el Día Internacional de la Paz y es una ocasión para reflexionar, un día en el que según el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, es el día en el cual reiteramos que creemos en la no violencia e instamos a que se terminen las hostilidades a nivel mundial.

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Donde la humanidad pide a todas las personas donde quiera que se encuentren que se rinda honores con un minuto de silencio por aquellos que han perdido la vida en situaciones de conflicto y de quienes les han sobrevivido y hoy día enfrentan traumas y sufrimientos.

Este año, la ONU ha decidido resaltar la educación para la paz bajo el argumento de que la educación es vital para fomentar la ciudadanía mundial y construir sociedades pacíficas.

Esto coincide con la visita de Malala Yousafzai el pasado junio al pleno de las Naciones Unidas, donde la escolar pakistaní, a quien los talibanes intentaron asesinar por hacer campaña en favor del derecho a la educación, dijo: “Un maestro, un libro, un lápiz, pueden cambiar el mundo”. Estas son nuestras armas más poderosas.

Por esa razón, el año pasado se puso en marcha la iniciativa mundial «La educación ante todo». Todas las niñas y todos los niños merecen recibir una educación de calidad y aprender los valores que les ayudarán a considerarse parte de la comunidad mundial.

Bajo esta campaña es claro que los gobiernos de todos los niveles deben de trabajar para que todos los niños asistan a la escuela y obtengan los conocimientos y valores adecuados y estén preparados para la vida en el siglo 21. Se ha dado un nuevo impulso a esa labor en los países donde las necesidades son más grandes, como los afectados por los conflictos, y donde vive la mitad de todos los niños que carecen de educación. Pero se deben hacer más —mucho más. 57 de niños todavía se ven privados de educación, y millones de niños más necesitan recibir enseñanza de mejor calidad.

Educar a los niños más pobres y marginados exigirá un liderazgo político audaz y mayores compromisos financieros. Sin embargo, por primera vez en un decenio, la ayuda a la educación ha disminuido. Es primordial invertir esa tendencia, forjar nuevas alianzas y dirigir una atención mucho mayor a la calidad de la educación.

Con un conflicto magisterial cada día más candente y con el Día Internacional de la Paz de fondo, es menester hacer un llamado al compromiso del Estado a enseñar a nuestros hijos y a toda la niñez el valor de la tolerancia y el respeto mutuo. Es urgente Invertir en todos los factores educativos, desde las escuelas, los métodos, condiciones de enseñanza hasta los maestros que construirán un mundo justo e inclusivo que abrace la diversidad. Luchemos por la paz y defendámosla con todas nuestras fuerzas, concluyó Ban Ki Moon.

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